Capítulo 4: Amarillo💛💛 =Brillante

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Los días pasaron después de ese mágico encuentro en el Parque Hundido, y Ángel se encontraba flotando en una nube de felicidad. Cada vez que pensaba en Nat, una sonrisa involuntaria aparecía en su rostro. No sabía exactamente qué era lo que tenían, pero estaba convencido de que era más que una simple amistad.

Ángel y Nat continuaron hablando todos los días, compartiendo sus experiencias y profundizando su conexión. Sin embargo, la vida universitaria no se detiene y Ángel se encontraba en medio de una serie de exámenes importantes.

Una tarde, mientras estudiaba en la biblioteca de la universidad, recibió un mensaje de Nat.

Nat: Hola, Ángel. ¿Cómo estás hoy?

Ángel: ¡Hola, Nat! Estoy bien, solo un poco abrumado con los exámenes.

Nat: ¡Ánimo! Sé que lo harás muy bien. Eres muy inteligente y dedicado.

Ángel: Gracias, Nat. Tus palabras me animan mucho.

Nat: ¿Te gustaría tomarte un descanso esta noche y salir a caminar? Podríamos despejar tu mente un poco.

Ángel: ¡Me encantaría! Necesito un descanso. ¿A qué hora te parece bien?

Nat: ¿A las 7? Podemos encontrarnos en el mismo café de la última vez.

Ángel: Perfecto. Nos vemos entonces.

Ángel sonrió, sintiéndose aliviado de tener algo que esperar después de un día de estudio intenso. Siguió repasando sus apuntes, pero su mente seguía volviendo a Nat y a la cita de esa noche.

Más tarde, en su grupo de WhatsApp, les contó a Carlos y América sobre sus planes.

Ángel: Chicos, tengo una "cita" con Nat esta noche. Vamos a caminar un poco para despejarme de los estudios.

Carlos: ¡Eso suena genial! Te vendrá bien un descanso. Y una cita con Nat siempre es buena idea ;)

América: ¡Exacto! Solo relájate y disfruta. Te mereces un poco de tiempo para ti.

Ángel: Gracias, chicos. Siempre saben cómo animarme.

Ángel quería que su encuentro con Nat fuera especial, así que decidió preparar un pequeño pastel de fresas, una de las cosas que más le gustaba hacer. Se pasó la tarde cocinando, poniendo todo su empeño en que el pastel quedara perfecto. Sabía que a Nat le encantaban las fresas y quería sorprenderlo con algo hecho por él mismo.

Cuando llegó la hora de la cita, Ángel llevaba una pequeña caja con el pastel dentro. Al ver a Nat en el café, sintió una mezcla de nervios y emoción.

Al verlo, Nat sonrió y lo abrazó.

Nat: ¡Hola, Ángel! ¿Qué llevas ahí?

Ángel sonrió tímidamente. "Te preparé algo. Espero que te guste."

Nat abrió la caja y vio el pastel de fresas. Sus ojos se iluminaron de sorpresa y alegría. "¡Ángel, esto es increíble! No tenías que hacerlo, pero me encanta."

Ángel: Quería agradecerte por estar siempre ahí para mí. Sabía que te gustaban las fresas, así que pensé que te gustaría.

Nat sonrió y tomó la mano de Ángel. "Eres muy considerado, Ángel. Muchas gracias. Vamos a probarlo."

Se sentaron en una mesa del café y compartieron el pastel. Nat no dejaba de elogiar lo delicioso que estaba, lo que hizo que Ángel se sintiera feliz y orgulloso.

Nat: Esto es delicioso. Eres un gran cocinero, Ángel.

Ángel: Me alegra que te guste. Me encanta cocinar, especialmente para las personas que me importan.

Nat: ¿Listo para nuestra caminata?

Ángel: ¡Claro! Necesito despejarme un poco.

Después de disfrutar del pastel, decidieron salir a caminar. La noche estaba tranquila y fresca, y la conversación fluía naturalmente entre ellos. Ángel se sintió cada vez más seguro y feliz con Nat a su lado.

Ángel: Nat, quería decirte que me he sentido muy bien desde que nos conocemos. Has hecho que estos días sean más brillantes para mí.

Nat lo miró con ternura y apretó su mano. "Ángel, tú también has traído mucha felicidad a mi vida. Me alegra que nos hayamos encontrado."

Ángel sonrió, sintiendo una conexión profunda y sincera con Nat.

Caminaron por las calles tranquilas, hablando sobre sus días y riéndose de pequeñas anécdotas. Ángel se dio cuenta de lo fácil que era estar con Nat, cómo su presencia lo calmaba y lo hacía sentir especial.

Nat: Ángel, me alegra que hayas aceptado salir hoy. Sé que los exámenes pueden ser estresantes.

Ángel: Gracias, Nat. Me haces sentir mucho mejor. Contigo todo parece más fácil.

Nat: Me alegra escuchar eso. Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, en los buenos y en los malos momentos.

Ángel sintió una calidez en su pecho al escuchar esas palabras. Aunque aún no había un título para su relación, sabía que lo que tenía con Nat era algo especial y genuino.

El capítulo concluye con Ángel y Nat caminando juntos bajo las estrellas, con la promesa de un futuro lleno de posibilidades y la certeza de que se tenían el uno al otro, sin importar lo que la vida les deparara.

COLORES DE LA VIDAWhere stories live. Discover now