𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 14: escaneando el código

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Una noche tranquila, con un clima templado, envolvía las pequeñas calles por donde pasaban algunos autos de manera gentil

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Una noche tranquila, con un clima templado, envolvía las pequeñas calles por donde pasaban algunos autos de manera gentil. El viento soplaba con pasividad, moviendo las hojas de los árboles, mientras los grillos salían a recitar su canto, acompañados por los bostezos de los demás animales que se preparaban para dormir.

Katriana estaba en su habitación, revolcándose en la cama, aún afectada por lo que había pasado en la mañana. No podía evitar pensar en ello y se preguntaba por qué no había hecho algo al respecto. Su cuerpo daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, y mordía la almohada con frustración, sacando el relleno.

---Katriana... ya duérmete --resonó la voz de Mai en su cabeza. Mai, la guardiana de la honestidad, había sido encargada de monitorear a Katriana esa noche.

Mai se cepillaba su cabello lacio mientras no quitaba los ojos de la pantalla. Le habían hablado de los arranques repentinos de Katriana, así que estaba muy alerta ante cualquier movimiento. De repente, alguien llamó a la puerta, golpeándola tres veces.

---Katriana, soy yo, papá. Quisiera hablar contigo, mi niña --dijo su padre tras la puerta.

Katriana, sin muchas ganas, se levantó y fue a quitar el seguro de la puerta para que su padre pudiera entrar. Tan pronto como abrió la puerta, volvió a tirarse en la cama, dándole la espalda a su padre. Él, muy tranquilo, se acercó y se sentó al borde del colchón.

---¿Cómo estuvo tu día? ¿Todo bien? -- preguntó su padre, dándole palmaditas en la espalda.

---Sí... supongo --respondió Katriana cortantemente.

---¿Por qué esos ánimos? ¿Qué te pasó, pequeña? Puedes contármelo, y yo lo resolveré.

Katriana, después de pensarlo, se levantó con lentitud y se sentó a su lado.

---Ojalá pudieras resolverlo, papá. Sabes que me pasan muchas cosas.

---y tu nunca me las cuentas, puedes decírmelo, aunque sea solo por esta vez.

---Mmm... ¿Me creerías si te digo que destruí un restaurante de un millón de dólares, golpeé a un superhéroe y casi me secuestra un espectro?

---Jajaja, ¿esa fue tu aventura imaginaria de hoy? Con razón estás triste, jajaja.

---Sí... Y... ¿Cómo te fue hoy a ti? Tú tampoco me cuentas mucho de tus días, así que puedes decírmelo solo por esta vez.

---Mmm... ¿Y tú me creerías si te digo que me pasó casi lo mismo, pero yo me enteré mucho después?

La respuesta de su padre le llegó a Katriana como una flecha. Ella, un poco incómoda, se rió, pero su risa se apagó al ver que su padre no reía con ella. Él la miraba fijamente y ella evitó su mirada, tratando de regular su respiración.

---Porque me la pasé leyendo el periódico todo el día, jajaja --dijo su padre mientras la tocaba con el codo entre risas. Katriana soltó la respiración, aliviada al saber que no era lo que ella pensaba.

𝑬𝑳 𝑮𝑹𝑨𝑵 𝑴𝑼𝑵𝑫𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑴𝑨𝑹𝑨𝑽𝑰𝑳𝑳𝑨𝑺 (Misterio Sombrío) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora