𝑬𝑳 𝑮𝑹𝑨𝑵 𝑴𝑼𝑵𝑫𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑴𝑨𝑹𝑨𝑽𝑰𝑳𝑳𝑨𝑺 (Misterio Sombrío)

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 8: otra batalla

Otro día en la escuela y como todos los demás, igual de horrible. Katriana estaba viendo a los niños jugar desde la ventana de su salón ya que no se le permitió salir, como ordenó el director.

Katriana estaba escribiendo en el pizarrón "Debo portarme bien" hasta llenarlo todo. El profesor estaba sentado a su lado observando que no se detuviera.

--- ¿A dónde vas siempre que sales? -- de la nada preguntó el maestro, a lo cual Katriana se detuvo por un momento, pero luego continuó escribiendo. El maestro no esperaba una respuesta, así que volvió a concentrarse en su celular.

En ese momento, Katriana miró la ventana y vio a Mekan (el perro raro). Él la estaba observando mientras agitaba la cola.

--- ¿Puedo ir al baño? -- pregunta Katriana con una risa incómoda.

--- Nel -- responde el maestro.

--- Por favor, ¡en verdad tengo que ir!

--- ¡Que no!

Katriana mira hacia todas partes, pensando qué hacer y de repente suelta la tiza y se desploma al suelo mientras se retuerce.

--- ¡Oh no! ¡Es demasiado! ¡No puedo aguantar, en serio tengo que ir! ¡AAAAH! -- chilló Katriana.

--- Ay ya, está bien, vamos.

El maestro la espera afuera y Katriana entra al baño. Ella le pone seguro a la puerta y empieza a buscar por dónde salir. Ve la ventana de tamaño reducido, pero se las arregla para pasar sin mucho esfuerzo. Al salir, Mekan la estaba esperando muy tranquilamente.

--- ¡Hola! En el centro comercial hay bestias causando estragos. Las autoridades ya evacuaron el lugar, así que puedes entrar sin problema. Ve rápido y resuelve.

--- ¡Sí, ya voy! ¡Adiós!

Katriana rápidamente se aleja corriendo, está de prisa pues el maestro no la esperará por mucho tiempo.

--- Oye, ¿ya te dije que también estaba Metratón?... Bueno, que te vaya bien -- murmuró Mekan con una expresión muy tranquila.

Katriana se da prisa corriendo lo más rápido que puede. Cuando llega, la mitad del lugar está destruido. Ella entra y observa en busca de alguna criatura pero de golpe fue levantada por los aires.

--- Oh vaya. Tú otra vez, qué bueno que estés viva -- le habló Metratón, el súper héroe fastidioso.

--- ¡Bájame, idiota!

Metratón atrevidamente pasa su mano por el cuello de Katriana y mueve un poco el dobladillo que tapaba su nuca. Pero como el flash de una cámara, un instinto se encendió dentro de Katriana y de pronto se da la vuelta y le lanza un zarpazo en el rostro a Metratón, quien de inmediato reacciona soltándola.

--- ¡Aaaaaah! ¡Mi ojo! ¡Me diste en el ojo! -- un grito desgarrador brotó de Metratón. Inesperadamente aparece la primera criatura y se lanza a atacar a Metratón. Katriana observa y él sin problema acaba con la criatura de un solo golpe.

Su visión está casi nula y no logra ver con claridad.

--- ¡Me atacaste! Ahora deberás pagar las consecuencias porque es un delito atacar a un héroe de la justicia... ¿Me estás escuchando? -- dice Metratón, pero solo el silencio lo acompaña porque Katriana se fue.

A Katriana se le agota el tiempo, así que sigue buscando. De la nada aparecen más criaturas bestiales, todas de distintos tipos y tamaños, la rodean.

--- ¡Wow! ¡Esto se puso interesante! -- gritó alguien en su cabeza. Las criaturas se le lanzan todas a la vez, pero Katriana con una velocidad impresionante ataca.

Golpes y patadas, giros y volteretas. Katriana no para ni un instante. Esquivando rasguños y mordidas, ella sigue firme. Las criaturas van disminuyendo, ella no tiene ni una gota de sudor en su frente y acaba con todas las criaturas.

Cuando todo cesa, ella revisa su alrededor... Parece que todo acabó pero repentinamente es aplastada.

La criatura se da a ver. Es enorme, alargada y escamosa (es un dragón). Suspirando y de sus fosas nasales salía vapor, no mueve su pata. Pero siente que es levantada, el dragón sorprendido pisa fuerte, pero Katriana no se deja y lo levanta por completo para quitárselo de encima.

Katriana ve una barra de metal, la agarra y le saca filo con los dientes. El dragón escupe fuego y de las llamas sale Katriana, con un solo giro corta la cabeza del dragón como si fuera mantequilla.

Con un salto de gracia, cae al suelo en pie y con una pose de gloria. Sus guardianes enloquecen entre aplausos y admiraciones. Katriana se sacude las manos y expresa un orgullo intenso.

--- ¡Gracias! ¡Gracias! Soy la mejor -- murmulla Katriana.

--- ¡ESTÁS EN PROBLEMAS! -- de repente grita Metratón. Katriana lo mira con una ceja levantada. Ella levanta sus manos y saca el dedo del medio para luego irse corriendo. Metratón rrechinea los dientes e intenta atraparla pero ella se escurre.

Katriana corre de regreso a la escuela mientras suelta carcajadas. No puede dejar de reír pues se le hizo muy divertido haber molestado a Metratón.

Ella entra por la ventana, acomoda su uniforme y sale. El maestro se había quedado dormido de pie, ella lo jala de la ropa haciendo que él reaccionara.

--- Oh ya, ¿tan rápido? Vamos al salón que ya toca clases -- musitó el maestro.

La clase continúa hasta la tarde. Todos los niños volvieron a sus casas y también Katriana.

Katriana, al llegar a casa, se percata de que solo está su padre, el cual estaba en la mesa haciendo unas cuentas y se le veía preocupado. Ella se le acerca y él sonríe al ver a su hija.

--- Hola, ¿cómo fue tu día? -- pregunta su padre mientras le revuelve el cabello.

--- ¡Bien! ¿Y qué haces tú?

--- Nada, solo... unas cuentas, pero todo está bien. Si tienes hambre, en la estufa hay guisado.

--- No, gracias, sabes que no me gusta cenar, así que me iré a dormir -- dice Katriana y se va, pero su padre la toma del brazo.

--- ¿Y está todo bien? Es que te he notado muy distante y te estás metiendo en muchos problemas -- pregunta su padre muy amablemente.

--- ¡Sí! Pero ellos son quienes empiezan y mamá no hace nada por mí -- responde Katriana muy rápidamente.

--- Ya, tranquila, entiendo. Soy tu padre y sé que eres muy interactiva. Disfruta tu infancia y diviértete mucho.

Su padre le da un beso en la frente. A Katriana le brillaron los ojos, pero se los tapó inmediatamente y subió a su cuarto.

Después de una ducha, se recuesta a descansar y se queda profundamente dormida.

--- ¿Ya se durmió? Bien. ¡LLAMEN A REUNIÓN! ¡Esto es serio! ¡Que suene la alarma ya! -- gritó el maestro Dan. Se le notaba muy preocupado y sin ánimo.

--- Esto es grave, muy grave y tenemos que hallar una solución rápido.