Está serie trata sobre la mente humana y sus emociones acompañada de la psicología desde varias perspectivas y de una madera fantástica con aventuras, misterios por resolver, acción y comedia. ¿Qué hay en la mente? Ese lugar que solo nosotros conoce...
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Un lugar rodeado de muros y barras de metal que cierran toda la zona. Donde las almas tienen que agobiarse y permanecer encerradas siguiendo órdenes durante horas. No es una cárcel, es algo parecido, pero solo es la escuela.
En la parte de la primaria, los estudiantes mueren de aburrimiento. Han estado durante horas escuchando al maestro hablar sin cesar. Katriana se agobia. Golpea su cabeza contra la mesa mientras se revuelve el cabello y se pregunta: ¿Para qué estudiar si un forest ya tiene conocimientos avanzados? La cuestión es que debe actuar como una niña normal con una vida normal.
---¡Katriana, pasa al frente y resuelve esto! --dice el maestro. Katriana levanta el rostro y se dirige al pizarrón. Su cara parecía que fuera a derretirse de la expresión tan apagada que tenía. Ella toma la tiza y traza la primera línea. Tan pronto como lo hace, un rechinido alborota a toda la clase; unos se tapan los oídos y otros meten sus cabezas en sus mochilas. Katriana no se detiene y continúa.
En su cabeza, el equipo de las tres guardianas se encuentra haciendo guardia, esperando a que algo pase.
---¡Aaaah! ¡Que pase algo emocionante yaaaa! -exclamó Akira con su cabeza sobre los controles.
---Es mejor que no pase nada, así no tendremos que salir a media clase --respondió Delaila mientras pasa las páginas del libro que está leyendo.
---(Gruñe) Oye, ¿y Kahimi? -pregunta Akira con curiosidad. Al girar la cabeza, kahimi aparece de la nada y Akira salta del espanto.
---¡Ay! ¡No otra vez!
---Pero si tú fuiste quien me llamó -dice Kahimi con los ojos llorosos.
---Sí, perdón, es que me asustaste, no llores --le dijo Akira con una sonrisa incómoda.
Katriana por fin termina de escribir. Todos descansan del horripilante sonido. Ella iba regresando a su lugar y, de repente, la campana suena. Automáticamente, los estudiantes se llenan de energía y salen disparados como petardos encendidos.
---Ah... niños --suspiró el maestro.
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Katriana está en el pequeño parque de juegos. Está sola, pues nadie se junta con ella por ser tan intimidante y rara. Pero eso no le impide ser feliz, ya que le gusta oler el aire fresco y ver las nubes del cielo azulado. De la nada, su tranquilidad es interrumpida por Alan (un bravucón del salón de ella) en la rodea con su grupito, y Katriana solo se queda parada con curiosidad.
---Oye, rara, ¿qué haces en mi zona? --dice Alan con mucha seguridad.
---No me llamo rara, me llamo Katriana, ¿y a qué te refieres con tu zona? Si no veo tu nombre en ningún lugar --respondió Katriana tranquilamente.
---Jajaja, deberías mostrar más respeto, pobretona.
---¿Tú me llamas pobre? Pero si literal mente estamos en una escuela pública --dijo Katriana con una ceja levantada.
