ʜɪᴅᴅᴇɴ ʟᴏᴠᴇ (amor oculto):
Jane nunca imaginó que estaba viviendo su primera vida y que existía un hilo rojo que unía a las almas gemelas, aunque ella no tenía uno. Pero ¿qué debería hacer cuando descubre que está conectada por este hilo rojo con ot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
── Ya puedes golpearme, princesa ── exclamó Donghyuck chocando los guantes en su pecho, alentándola para darle el primer golpe. ── Te juro que no te morderé.
Sin dudarlo, se acercó y lanzó el primer golpe, recordando rápidamente las estrategias de lucha que le enseñó Nicholas en las últimas semanas.
Esquivando los golpes de Donghyuck y devolviéndolos de manera ingeniosa. Podrían matarse si se lo proponían, pero seguían tranquilos, siguiendo la práctica de una forma normal; los golpes que Jane recibía eran casi suaves, dejándola pensando en cómo Donghyuck podía medir su fuerza. Mientras tanto, ella solo trataba de no darle en la cara.
── ¿Te enseño mi mejor movimiento? ── preguntó alejándose un poco sin bajar los puños, y al no recibir respuesta, sonrió de lado── Mira.
En un movimiento rápido, se quitó los guantes, dejando sus manos solamente cubiertas por las vendas. Se movió ágilmente, llegando a abrazar por la espalda a Jane, ejerciendo fuerza para mantenerla quieta. Le quitó el casco protector que le había puesto Nicholas junto al suyo, tirándolos en el suelo del ring. Procedió a sostenerla de la cintura y hacerle unos giros.
── Wow, eres más liviana de lo que pensé ── comentó, siguiéndole dando vueltas.
── Estás loco, suéltame, oso mañoso.
Donghyuck siguió girándola por unos momentos más, disfrutando de su risa y de los débiles intentos de Jane por liberarse. Se detuvo, dejándola de pie pero todavía sujetándola por la cintura. Finalmente, la soltó suavemente.
── Vamos, no fue tan malo, ¿verdad? ── dijo Donghyuck con una sonrisa traviesa.
── La próxima vez, te juro que te voy a noquear ── respondió Jane, fingiendo estar molesta pero con una sonrisa en los labios.
── Sí, la próxima vez ── Nicholas interrumpió, subiendo al ring y levantando las cosas tiradas.
Sacudió el cabello de Jane de manera juguetona y le susurró que podía irse. Ella alegremente aceptó, yéndose rápidamente, sin percatarse de la verdadera intención del taiwanés al querer que se fuera.
── ¿Lo has sentido? ── le preguntó a Donghyuck, quien frunció el ceño.
── Tienes... ── a punto de burlarse, logró detectar a las personas que los espiaban. ── El mismo aroma que lleva Jane en la ropa y uno desconocido.
── Seunghan y compañía, salgan de donde estén ── exclamó en tono alto, dándole una oportunidad al coreano de salir de su escondite de manera pacífica.
