HIDDEN LOVE 〢 Song Eunseok

Jealousy

44. Provocaciones

La última vez que Donghyuck y Jane compartieron una mesa en un evento de alta sociedad para fin de año, las cosas terminaron fatal. Nadie se sorprendería si esta vez todo terminara de la misma manera. La diferencia es que esta vez hay más gente famosa y reconocida en redes sociales alrededor de ellos. La presencia de Wonbin es algo que Donghyuck aprovecharía para molestar y ponerlo a prueba.

── Jenni ── la llamó en un tono cariñoso y la chica, acostumbrada, voltea al darse cuenta de que Sungchan, detrás de su jefe, quiere reírse de ella, lo que la confunde. ── Espero que tu novio no se enoje por estar rodeada de hombres exitosos, guapos y solteros.

No recibe respuesta. Donghyuck carraspea.

── Oye, debiste preguntar ¿Acaso tú lo eres? Y yo debía responder, sí lo soy.

Comenta, y los ojos de Jane vuelven a posarse en el coreano; seguía teniendo el cabello negro, incluso más largo que antes, y ahora deja a la vista la frente, dejando caer algunos mechones que le dan un toque atractivo.

── Baby, you are so handsome and attractive that I am jealous of you ── comentó Jane, le sonrió coquetamente y le guiñó un ojo, llevando su cabello de adelante hacia atrás con una mano.

Donghyuck tragó saliva, apartando la mirada de golpe y posándola en un punto del gran salón.

── Jane uno, Donghyuck cero ── Ayumi habló entretenida de las escenas que hacían ambos estando juntos.

Haciendo la velada más como una pasarela, agradeciendo a la estilista de la familia Choi por darle el vestido beige claro con un escote cuadrado, tirantes finos, un corte lateral que expone la pierna izquierda y ajustado al cuerpo de Jane, quien lo luce espectacular. Atrae a varios hombres, pero ella los rechaza, dejando que el rumor de que ella es lo que un hombre necesita siga esparciéndose.

── Tienes una bonita espalda ── comenta Ayumi, posando una mano en la espalda descubierta de su amiga.

── Me voy ── dijo levantándose, y la japonesa sonríe burlona.

Le gustaba molestar a Jane con chistes más subidos de tono para tocar casi su límite, y lo bueno es que la estadounidense suele sonrojarse con frecuencia.

Acomodándose el collar que combina perlas, cuentas doradas y un colgante en forma de corazón transparente, se miró en el espejo, arregló un poco su cabello y verificó la hora en el reloj que rodeaba su muñeca.

── Deben dolerte los pies al caminar con esas sandalias de tacón alto ── le comentó una mujer desconocida mientras se retocaba el maquillaje.

── Un poco ── respondió, aunque en realidad ya estaba acostumbrada.

── Eres extranjera, ¿cierto? ── preguntó la mujer, guardando el labial en su bolso de diseñador.

── ¿Se nota? ── Jane preguntó, bajando la mirada para ver cómo el vestido resaltaba cada fracción de su cuerpo.

── Demasiado, ── la mujer se acercó y le sonrió amistosamente. Para Jane, la desconocida era hermosa. ── Me llamo Sofía, un gusto.

── Jane, ── dijo, tomando la mano que le habían extendido y estrechándola ligeramente.

── Déjame decirte, Jane, que podrías ser modelo. Seguro tu novio es muy posesivo y celoso.

── Espero no tener uno así ── dijo Jane, siguiéndole la conversación. ── También eres extranjera, por tu nombre, ¿de dónde eres?

── Alemania, y tú, eres de Estados Unidos por lo que he escuchado.

── ¿Me conoces?

── Lo hago. Todos tienen los ojos puestos en ti y, por lo que he oído, no es solo por tu belleza ── continuó Sofía, sonriendo enigmáticamente.

Agradeció el cumplido y se despidió, saliendo del baño se encontró con Wonbin esperándola apoyado en la pared con los brazos cruzados. Tomó aire y se acercó, no porque quisiera, sino porque por ahí nada más podía salir.
Wonbin la observó con una expresión inexpresiva, como si no le importara lo que estaba pasando. La tensión entre ellos era palpable, un silencio incómodo que solo se rompía por el murmullo de las conversaciones provenientes a unos metros.

Se sintió incómoda bajo su mirada. No era la primera vez que se encontraban en una situación similar, pero esta vez era diferente. La presencia de Donghyuck y sus provocaciones habían puesto todo en un nuevo contexto.

── No te preocupes, no estoy celoso, ──dijo Wonbin finalmente, su voz suave pero firme. ── Sé que solo estás jugando.

Jane frunció el ceño. ¿Cómo podía saberlo? ¿Acaso había estado observándola todo el tiempo?

── No estoy jugando,── respondió, tratando de mantener la compostura. ── Simplemente estoy siendo amable.

Wonbin sonrió, una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
── Claro, Jane. Siempre tan amable.

Se quedó en silencio un momento, observándola con una mirada penetrante.

── No te preocupes, linda,── dijo Wonbin, su voz ahora más suave. ── No voy a hacer nada que te haga sentir incómoda.

Se acercó a ella, su cuerpo emanando un aura de seguridad y control.

── Pero no me hagas pensar que no estoy interesado,── continuó Wonbin, su voz ahora un susurro. ── Porque estoy muy interesado en ti, Jane.

Se inclinó hacia ella, su aliento rozando su oído. Jane sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

── Y no voy a dejar que nadie se interponga en nuestro camino.

Jane se quedó paralizada, incapaz de hablar. La mirada de Wonbin era intensa, llena de una pasión que la dejó sin aliento.

En ese momento, recordó las palabras de Seunghan el día siguiente a navidad: Quítate la venda de los ojos y date cuenta que él no te quiere como tú lo haces y la frase que siempre decía Nicholas, las almas gemelas están destinados a encontrarse no a estar juntas.

Lamentablemente se encontraron y se conocieron formando un vínculo que Jane no quería romper porque esta enamorada.

Pero en el fondo de su mente, una pequeña voz le susurraba que no debía confiar en Wonbin. Que él era un lobo con piel de cordero, que solo estaba jugando con ella.

Jane se aferró a la esperanza de que esa voz estuviera equivocada. Que Wonbin realmente la quería, que no era solo un juego para él y que la situación en la que hacen las mismas cosas que una pareja enamorada, podía estar cerca de los verdaderos sentimientos o capaz si Jane  se arriesga podía ser correspondida.

Pero la verdad era que no podía estar segura. Y esa incertidumbre la atormentaba.