09. 𝐄𝐤𝐤𝐨

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La hija de Grayson había cumplido sus 12 años, así que, como tenía que seguir el camino de su madre como agente, se la llevaría al trabajo para enseñarle lo más básico

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La hija de Grayson había cumplido sus 12 años, así que, como tenía que seguir el camino de su madre como agente, se la llevaría al trabajo para enseñarle lo más básico.

Durante aquella época los agentes de Piltóver estaban metidos en asuntos con Zaun y el robo de los Kiramman, por lo que no supondría la violencia (de momento) en las misiones de Grayson.

Un día de esos, ___ acompañó a su madre al trabajo. Le puso un uniforme de su talla para dar ejemplo y le dio una máscara para cuando entrasen a la ciudad subterránea, además de un pequeño cuchillo por si las cosas se torcían.

Grayson le había enseñado a su hija todos los trucos de defensa y todo lo que necesitaba saber para ser una buena agente, justo como ella, así que decidió que estaba preparada.

En cuanto llegaron la niña y su madre junto con otro agente a Zaun, los tres se colocaron las máscaras y se dirigieron hacia el local de un tal Benzo, donde se encontraba también Vander, el líder de la ciudad subterránea.

La madre de ___ le dijo antes de salir que se quedara fuera de los locales a los que entrasen para vigilar, aunque la niña también sabía que era para no escuchar las conversaciones que tuvieran.

En cuanto llegaron al local, un crío de tez morena y pelo blanco los saludó antes de entrar. ___, como le había dicho su madre, se quedó esperando fuera, justo al lado de aquel chico.

___ le ignoró, ya que quería parecer lo más profesional posible, pero no se callaba ni debajo del agua, así que empezó a hablar con él.

— ¿Cómo te llamas? — le preguntó por quinta vez.

— ___, ¿y tú? — el chico se emocionó al ver que le había contestado.

— Ekko, es un placer.

El niño le extendió la mano, pero la chica lo rechazó, justo como su madre la enseñó. Ekko quitó la mano un poco avergonzado.

— ¿Trabajas de vigilante? ¿Qué edad tienes?

— Mi madre es agente, solo la acompaño en sus misiones. Tengo 12.

— ¿Y has luchado contra alguien? ¿Sabes disparar con una pistola? Tenemos la misma edad, ¿sabes?

— No.

— ¿Por qué eres tan seria?

— Ni siquiera tendría que estar hablando contigo, quiero tomármelo en serio.

— Ya... ¿Cómo es la vida en Piltóver?

— ¿Dejarás de hacer preguntas de una vez?

— Lo siento...

___ no quiso sonar borde. Lo hizo sin querer, y eso decepcionó a Ekko.

— En Piltóver todos visten de blanco, vuestro estilo es más original. Me gustan los colores oscuros — contestó la chica al ver la desilusión en la cara del chico, que cambió de nuevo a una alegre.

Al escuchar que los agentes salían de la tienda, Ekko le preguntó una última cosa.

— ¿Volverás a venir?

Pero a ___ no le dio tiempo a contestar. Su madre la cogió de la mano y se fueron por donde habían venido. ___, disimuladamente, giró la cabeza hacia atrás y asintió, dándole a entender a Ekko que se volverían a ver, algo que provocó una sonrisa por parte de ambos. 

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ARCANE - one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora