¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Como todo el mundo, ___ también tenía inseguridades. Su cuerpo no era el "ideal" para la belleza. No estaba, digamos, delgada, y eso era algo con lo que tenía que lidiar cada día.
A pesar de ser una integrante de los firelights y ser muy buena en su trabajo, sentía que, cuando la gente la felicitaba, solo lo hacían por educación, y no por que les gustara ella. Todo por culpa de su cuerpo.
Es verdad que nunca se había sentido excluida, pero siempre se comparaba con las demás chicas y se sentía fatal... Se preguntaba que por qué los demás eran sus amigos. ¿En realidad lo eran?
Durante todo ese tiempo, ___ se sintió fatal, aunque era buena ocultándolo. Sobre todo por que estaba enamorada de su líder, Ekko, y eso era algo que ___ sentía que era imposible que pasara, ya que, bueno, él era un tío fuerte, y ella solo una chica que ni siquiera tenía un buen cuerpo. Y, seamos sinceros, ¿qué hombre se enamora de la personalidad antes que del físico? Ninguno. Esa era una de las razones por las que ___ odiaba su cuerpo. La sociedad no lo entendía, ni nadie.
Durante uno de esos días, ___, al acabar una misión, no se fue con los demás, sino que se dirigió hacia una azotea, donde podía ver Piltóver iluminada cuando el sol se escondía en el horizonte. Le encantaban esas vistas. Sin duda, era su lugar favorito donde pensar y reflexionar.
Se sentó justo en el borde, dejando su tabla a un lado. Esta vez no pensó en nada, excepto en lo bonita que era la ciudad del progreso. Se concentraba en eso para no sobre pensar. Veía los zepelines voladores que llegaban con mercancía nueva, la gente cruzando el puente, el sol escondiéndose detrás de los edificios, tiñendo el cielo de un azul anaranjado...
Todo era tranquilidad, hasta que escuchó el ruido de otra tabla. No le hizo falta mirar hacia ningún lado, ya que Ekko se alzó hasta quedar en frente de ella, en el aire. Se quitó la máscara de búho y ___ lo miró, sin saber por qué estaba allí.
— Hola — saludó él primero. ___ alzó las cejas en forma de saludo —. Te he estado buscando durante un buen rato, no sabía donde estabas — dijo con el tono un poco alterado.
— ¿Por qué me buscabas? — preguntó con curiosidad, aunque no se hizo ilusiones, ya que seguramente sería algo para misiones próximas. Puede que hubieran hecho una reunión sin ella y venía a informarle.
— Bueno... — dijo, un poco dudoso —. Quería hablar contigo.
— Mhm, ¿Sobre qué?
Un pequeño firelight se posó en la pierna de ___, que la tenía medio fuera del edificio, balanceándola de un lado hacia otro. En cuanto se posó allí, dejó de mover la pierna y entró en pánico.
