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Estábamos Vi, Cailtyn, Ekko, Jayce, y yo en un edificio medio destruido de Piltóver, intentando hacer un plan para capturar a Jinx.
— Es mi hermana, no vamos a matarla — dijo Vi, en contra de Caitlyn.
— ¡Yo no he dicho eso! Pero tenemos que estar alerta y ser fuertes, ella también es fuerte y ha destrozado ya media ciudad, no podemos ir de rositas e ir a hablar con ella como si no hubiera hecho nada — se defendió la peli azul.
Durante la discusión, yo resoplaba, esperando a que la pareja (aunque no lo fueran) acabara de discutir. Jayce y Ekko estaban apoyados en un mueble, en frente de mí, también cansados de la situación.
— ¡Powder es mi hermana, no voy a permitir que le hagáis daño! — siguió Vi.
— Ni siquiera se llama Powder. ¡Y ella no tuvo piedad al destruir nuestra ciudad, hay que hacer algo ya!
— ¡No voy a...!
— Woah, woah, woah — me levanté de mi sitio y me interpuse entre ellas, cortando a Vi —. Chicas, ya sabemos que estáis enamoradas, ¿vale? Pero no tenemos tiempo para vuestras peleas.
— ¿Qué? — dijo Vi.
— Estás muy equivocada, ___ — dijo Cait enfadada, a la vez que la pelirroja.
— Sí — la defendió —. Nosotras no estamos enamoradas y no se trata de eso, se trata de Powder.
— Exacto.
— Veo que os ponéis de acuerdo en algo — dije —, perfecto. Todos estamos cansados de vuestras discusiones de enamoradas.
— ¡Te he dicho que no estamos...! — empezó Vi.
— ¡A mí no me gusta Vi! — Dijo Cait a la vez.
— ¡Ahorrádmelo, ahorrádmelo! — las paré —. Por dios, parecéis un matrimonio a punto de separarse.
— ¿Qué? — Caitlyn se sorprendió.
— ¿Perdona? — contestó Vi, ofendida.
— Si os confesarais la una a la otra, creedme que todo esto sería mucho más fácil, pero...
— Para el carro — Vi me cortó —. Aquí la única que no confiesa eres tú. No me hables de confesiones cuando llevas detrás de Ekko desde tus cuatro años.
— ¡¿Qué?! — dijimos todos a la vez, incluido Jayce, que disfrutaba del chisme.
— Perdona, pero yo no voy detrás de nadie. Y estamos por Jinx, ¿por qué me cambias de tema?
— Ah, ahora sí hemos cambiado el tema.
— Agh, da igual, hablemos de Jinx — interrumpió Ekko.
— Y tú tampoco te escapas. Cualquiera con dos dedos de frente sabría lo mucho que te gusta ___. Ale, ya podéis besaros, gracias.
Me quedé petrificada y miré hacia otro lado para ocultar mi nerviosismo.
— ¡A mí no me gusta ___, vaya tontería!
— Ya, aún recuerdo aquella vez en La última gota donde me pediste ayuda para que se enamorase de ti.
— ¡Eso fue hace años! Además, yo también recuerdo como miras a Caitlyn. Hasta Jayce se daría cuenta de que te gusta, y eso es decir bastante.
— ¡Eh!, a mí no me metas, tío — se defendió.
— ¿Ah sí? Pues... — Vi iba a hablar, pero Jayce la interrumpió.
— ¡Ya basta! — gritó Jayce. Por dios parecéis niños de tres años.
— Ekko lo es.
Ekko le metió un codazo en el lateral a Vi por su comentario.
— Vi y Cailtyn, se nota desde aquí a Zaun que os gustáis. Ekko y ___, más de lo mismo. ¡Ya está! Caso zanjado, ahora hablemos de Jinx.
— Esto no se quedará así — Vi me amenazó.
— Claro que no, las dos acabaréis siendo novias — la piqué —, ya lo verás.
— Podría decir lo mismo.
— Callaos ya — dijo Jayce —. Continuemos con el plan.
El caso se quedó ahí y continuamos con el plan para capturar a Jinx. Ekko no me miró en todo el rato y me sentí extrañada. Sí que era verdad lo que decía Vi, pero, ¿tanto se notaba?
