CAPITULO 9

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La cara de Zeus era un carnaval ante mi mirada, detrás estaba Arina con el puñal pegado a la espalda de nuestra víctima. Quise decirle tantas cosas o mejor dicho, hacerle muchas cosas antes de asesinarlo, como torturar por ejemplo, pero se nos agotaba el tiempo y por su cara comenzaría a gritar dentro de poco. Arina sin pensarlo dos veces le clavó el puñal varías veces en la espalda haciendo que soltase una exclamación ahogada. Cayó al suelo y le cortó la garganta, el pecho le subía y bajaba de los nervios, uno menos.

-Fue muy fácil Beth -me dijo.

-Es sólo el comienzo, faltan dos que no serán tan tontos como este -señalé despectivamente.

Sentimos la voz de Tulio llamando a su compañero y decidimos alejarnos, ya que les habíamos dejado un regalito entre la maleza. Corrimos hacia Diablo y nos marchamos sintiendo el grito de rabia de Kiara. Después volveríamos por ellos, pero se hacía de noche tan rápido allí que estaba sorprendida. Buscamos un lugar seguro y divisé a lo lejos una pequeña colina que sería nuestro resguardo por esa noche. Al bajar, Arina estaba muy callada. Ato al caballo a un árbol y observo a la niña.

-¿Qué sucede? -le pregunto.

-Lo maté Beth...lo maté y...no siento remordimiento...

-¿Entonces, por qué estás tan callada?

-Porque es extraño y me da miedo seguir matando y no tener remordimientos.

-Para todo hay una primera vez Arina, son ellos o nosotros.

-No quiero que quedemos solo tú y yo Beth -me miraba con tristeza, sabía a qué se refería.

-Tranquila, no pienses en eso y vayamos a ver que encontramos para comer.

La tomé del hombro y nos adentramos a buscar algo de comida. Pudimos encontrar algunas uvas y otros frutos, pero bueno al menos el pescado de la mañana nos ayudaría a fortalecernos un poco. No prendimos fogata ya que la colina tenía una mini cueva y ahí nos dispusimos a descansar, puesto a que si algo se aproximaba lo sentiríamos con facilidad. Monté la guardia para que ella descansara, estaba asustada y era evidente, hasta yo lo estaba. Me puse a pensar en las veces que quise ser diferente o hacer cosas diferentes, el karma me lo concedió, ya que estaba jugando para salvar mi vida y coronarme como líder suplente de la Unión, aunque si el líder primero moría, ¿yo sería quién gobernaría? A ese maldito tenía que quedarle poco en el mandato, porque si ganaba, yo misma lo destronaría.

Así lentamente pasaron las horas, hasta que fui quedándome dormida. El cansancio se agolpaba en mi cuerpo y mis ojos no respondían a ninguna otra orden que no fuese descansar un rato. Así llegó la mañana y una luz me daba de lleno en la cara, aunque después hubo como oscuridad. Abrí los ojos y una flecha estaba siendo apuntada hacia mi frente, Kiara sonreía mientras miré a mi lado y no vi a Arina, !maldición!

-¿Buscas esto? -señaló Tulio más atrás a la niña que la tenía cogida del cuello.

-!Levántate perra!

Hice caso mientras miraba sus ojos, captando cada movimiento del arco por si se decidía a disparar y me daba tiempo esquivar. Toqué el cinturón y no estaba mi espada.

-!Camina! -me empuja y salgo de la mini cueva mirándolos -¿Creíste que escaparían de nosotros, perra?

-No intentamos escapar, ya que nuestro objetivo es encontrarlos para matarlos -le dije, bajó el arco y con una mano libre me golpea.

-!Pues ahora morirás tú primero y después la mocosa!

-Mejor que muera la mocosa, mientras ella observa -habla Tulio mientras zarandeaba a Arina.

Hermana de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora