En el camino de ida y vuelta la estación permanecía allí, cubierta de maleza y el interior de cabeza por los estantes tirados y vacíos.
Ningún simio le prestaba atención, se encontraba abandonado, ni un animal se acercaba y los simios no eran una excepción.Pero siempre había alguien curioso por saber.
—Debemos volver pronto. No lo olvides.
—¿No te da curiosidad ver que hay?
—La verdad no... Pero rápido, debemos ir por peces para la cena. —Ojos Azules le recordó a su amigo.
Ash asintió repetidas veces y aceleró su paso para llegar a la vieja y pequeña estación de servicio. El joven simio de manchas blancas se adentro poco a poco para observar el entorno, los estantes estaban caídos, el suelo cubierto de tierra y hojas secas.
Se detuvo en un estante para ver botellas vacías en una repisa apunto de caer. Latas abiertas esparcidas en una mesa al lado de una radio. Siguió caminando adentrándose al fondo, encontrando heladeras vacías e igual de sucias. Levantó una tela vieja que se encontraba a sus pies.
Le generaba curiosidad por saber como era antes. Jamás conoció a los humanos, su padre le contó algo de cómo eran ellos. Al menos lo que él conoció, y no fueron gente buena.
Hasta que César los libero y obtuvieron libertad. Entonces el tiempo pasó y no hubo señales de ellos dando a entender que podrían ser los únicos.Algo cayéndose hizo que se detuviera, soltó un pequeño ulular creyendo que sería su amigo. Pero el seguía afuera esperando por él, Ash recorrió hasta el fondo y encontrar una puerta entreabierta, una luz desprendía desde adentro.
Estiro su brazo empujando el umbral y adentrarse poco a poco, el cuarto estaba lleno de cajas vacías y una vela pegada al suelo con la misma cera derretida.En un segundo su cuerpo se congelo, la figura escondida entre viejas cajas, el fuego de la candela iluminaba su mirada. Su labio inferior temblaba y sus ojos eran cubiertos por lágrimas enrojeciendo su rostro. Notaba su cuerpo temblar y era entendible, solo llevaba prendas ligeras.
Ambos tenían sus miradas conectadas por segundos. Ella tenía pánico por lo que el simio podría hacerle.
Levantó sus temblorosas manos queriendo dar a entender que ella no hacía nada— No... me h-hagas daño... por favor.
Escuchar su voz lo hizo suspiro del asombro. Ash miró detrás suya sin saber si llamar por Ojos Azules, volvió su atención a la humana a presa del pánico por su presencia.
El simio oyó el llamado de su amigo, lo estaba apurando para que saliera.
La joven se alarmó al verlo caminar hasta ella, retrocedió hasta sentir la fría pared contra su espalda.—Espera... no. De-Detente... —se cubrió con los brazos al tenerlo solo pasos frente suya. Cerro sus ojos creyendo que recibiría algún tipo de daño.
Pero algo suave cayó en sus piernas, separo sus brazos para ver entre ellos al simio aun en la misma posición. Bajo la cabeza para encontrar una vieja manta que la cubría. Se movió rápido para tapar el resto de su cuerpo en busca de calor.
Los dos volvieron a conectar la mirada, ella no volvió a hablar pero sus ojos demostraban su agradecimiento. La chica miró ambos lados comenzando a buscar entre un bolso abaratado. Ash vio sus movimientos con curiosidad, hasta que ella le mostró una bolsa.
Metió su mano y le tengo un alimento que el simio desconocía, era recordó, portaba un tono marrón y puntos negros a su alrededor.Olía bien.
—Es una... galleta. Toma. —ella sacudió su mano con el dulce. Ash, dudoso, estiro su brazo y recibió el alimento. Retrocedió unos pasos y observo el comestible unos segundos. Era preso de la atención de ella, sus grandes ojos lo seguían mirando, esperando que probara lo que recibió de su parte.
Con cada mordida que dio al alimento fue una explosión en su boca. Era crujiente, dulce, algo nuevo que jamás probó. Comenzó a dar pequeños saltos y estirando de nuevo su mano por otra. Ella abrazo el paquete contra su pecho.
—Solo me quedan... dos. Es lo último que tengo de comida. —ella hablo. En su tono escuchaba preocupación por ser lo único que tenía.
Ignoro sus palabras y siguió con su brazo extendido.
Creyendo que él le haría daño si no le daba lo que quería, le entrego la bolsa con lo poco que tenia de comida. Ash procedió a devorar todo frente a la humana, quien abrazo sus piernas bajo la manta.
El chimpancé exhaló un ulular hacia ella. Buscando que le diera más de ellas, pero no entendía que en toda la tienda solo quedaban cosas vacías.
—Ya no tengo... nada. De verdad.
Ash dejo de moverse al prestarle atención. Sin decir más salió de la pequeña bodega hasta el exterior, encontró a Ojos Azules apunto de devorar una fruta en sus manos. Pero el de manchas blancas golpeó su mano tirando la comida.
Su amigo grito confundido— ¿Que te sucede? Estaba por comer eso.
—¿Donde estaba eso?
—Lo traje de la Aldea antes de salir. Tardabas mucho y me dio hambre.
No contesto más. Justo las tres frutas que estaban en el suelo con ambas manos y corrió apresurado dentro de la estación hasta el fondo.
La humana se exaltó al verlo entrar corriendo, retrocedió lo más que pudo. Vio al simio tirar la fruta al suelo, tomó asiento frente a ella y empujo los frutos a sus pies.—¿Que? ¿Que haces?
—Comida. Fruta.
—No entiendo tus señas, simio. ¿Por qué sigues aquí? ¿Piensas matarme?
Recibió el típico ruido que hacían los simios de su parte, movía sus manos formando señas bastante rápido. Pero siempre imitaba los mismos movimientos y apuntaba las frutas.
—¿Para mi?
Ash asintió contento al ser entendido finalmente.
La contestación tomó desprevenida a la humana, pero no rechazo el regalo. Se arrastro hasta tomar la comida y comenzar a devorarla con desesperación. El chimpancé la observo unos instantes, detallando sus facciones con cuidado.
Salió en silencio dejando a la chica con el alimento.
—¿Que hiciste con mi comida? —fue lo primero en recibir de su compañero al salir.
Ash mantuvo la mirada en él, luego en la gasolinera. Se apoyo en sus patas traseras para contestar en señas.
—Animal herido.
—¿Animal?
—¡Vamos por los peces!
Paso de su amigo para comenzar su caminar, viendo de reojo una última vez el pequeño edificio.
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Bienvenidos a esta historia!
Pedido de una loquilla con amor culposo @ludrafts . Nuestro bello y querido Ash tiene su historia de amor gracias a esa personita. Espero la apoyen.
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Freckles | 𝘼𝙨𝙝
Random𝔘𝔫𝔬. 𝔇𝔬𝔰.. 𝔗𝔯𝔢𝔰... 𝔓𝔲𝔢𝔡𝔬 𝔭𝔞𝔰𝔞𝔯 𝔢𝔩 𝔯𝔢𝔰𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔪𝔦𝔰 𝔡𝔦𝔞𝔰 𝔠𝔬𝔫𝔱𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔱𝔲𝔰 𝔭𝔢𝔠𝔞𝔰...