Se sentía menos nerviosa al ser menos simios ahora, un grupo de al menos siete a su alrededor, jugaba con la yema de sus dedos esperando que alguien dijera algo.Pero todos eean simios. Solo usaban señas.
—Yo... No se que debo decir y que no. —murmuro. Observando a Ash de reojo, no sabía si él habló de ella antes con el resto o si recién ahora sabía de su presencia.
—¿Con grupo... humano?
Sus ojos quedaron en el fuego, giro rápido la mirada hasta el simio líder, estaba segura que escucho su voz decirle algo.
—Hablas... Tu... hablaste.
—Responder. Pregunta.
Sacudió la cabeza volviendo en sí— Yo no estaba con ellos, lo juro. Uno apareció de la nada y luego disparo... contra... Ash. —volvió a ponerse nerviosa por todas las miradas.
—Podría mentir. Humanos engañar para luego atacar. —dijo Koba por medio de señas.
—¡Ser amigable! No humana mala, es amiga.
—Conocer humana. —César se dirigió al hijo de Rocket. El joven bajo la mirada avergonzado, se le escapó las palabras.
—¡Yo lo encontré! —Elena hablo de repente— Ash no hizo nada malo, él solo... me ayudo. No quise meterlo en problemas. Si, me conoce desde ya tiempo, pero prometo que no le hice nada malo. De hecho, quise alejarme para no darle problema cuando su amigo me convenció de volver.
Las miradas recayeron en Ojos Azules. Elena cerró con fuerza los ojos, no debió decir eso.
—Escucha... —miro a César de nuevo— No quiero mentirte. Te juro que no soy mala, no estoy con ese grupo que vieron, solo... estuve en el momento y lugar equivocado. Conozco a Ash y a su amigo desde tiempo, quizá le hablaron de mi o no, pero no quiero que estén en problemas por mi culpa.
Sus azules ojos brillaron por unas lágrimas que se asomaban.
—Yo solo... quería sobrevivir y Ash me ayudo —señaló vagamente al simio con su brazo—. Él me trajo comida, una manta para cubrirme del frío y yo... yo... No habría vivido sino fuera por él.
Los padres del simio vieron a su hijo, evito sus miradas rascando su cuello y mirando otro lado. Pero viendo a la humana de soslayo, no le gustaba verla llorar.
—Cuando oí el disparo solo me asuste y Ash dijo que me fuera... Pero quise saber si se encontraba bien, es mi amigo y yo... No se —bajo la cabeza—. Lo siento, puedo irme si así lo desean. Pero no castiguen a Ash y su amigo por solo ayudarme.
Elena mantuvo la mirada hacia abajo, sollozaba sin razón alguna, tenía miedo por lo que sucedería ahoea. Sintió una mano posarse en su barbilla y obligarla a levantar de nuevo la cabeza, una simio la observaba con detenimiento, como si buscará algo en su mirada.
—¿Tu eres... la madre de Ash? —Tinker inclino la cabeza ante su pregunta, luego asintió— Lamento que él haya mentido, solo quería ayudarme...
—Es bonita —hablo la simio al grupo. Viajo su mirada hasta su esposo— Es buena, dice la verdad.
—Tu decides, César. —Rocket hablo a su líder.
El nombrado vio de nuevo a la humana, su decisión se dividía en dos.
Miró los movimientos que el simio hacia en el nido, ella abrazaba la piel de animal en sus brazos algo confundida por la situación.
Rocket paso a su lado dándole una mirada fría de reojo, Elena extendió sus labios en una mueca por ello, no sabía dónde quedarse parada.Tinker le sujeto la mano y guió al nido donde su hijo saltaba.
—No, no... Yo no quiero estorbar. Puedo dormir en el suelo, de verdad...
—Obstinada. —dijo la simio a su hijo. Ash separo sus labios soltando una risa.
—Tímida. Mucho tiempo para que ella me dejara acercar.
—¿Hablan de mi, cierto? —separo su mano de la de Tinker— De verdad no deben dejarme dormir ahí, ya es suficiente con permitirme estar en su hogar. Y dudo que... él me quiera aquí.
Su mirada se poso en Rocket, quien al sentir los ojos de su familia en él dio la vuelta y se recostó en el nido dándoles la espalda. Ash ignoro a su padre y sujeto el brazo de Elena, la guió a la cama contra su voluntad y la tiro allí.
—¡Oye! —la piel de animal fue quitada de sus manos y cubierta por la misma. Ella la aparto de su rostro y miró de mala manera al simio— Te dije que puedo dormir en otro lado, aquí esta tu familia.
Hizo el amague de ponerse de pie, pero Ash la sujeto de sus hombros y volvió a derribar. El simio golpeo el suelo con los puños dándole a entender que podría hacerlo de nuevo si intentaba levantarse, Elena frunció el ceño.
—Quedar ahí. —el chimpancé apunto el nido varias veces. La castaña no necesito intentar entender sus señas para saber que quería.
—Bien. —protesto entre dientes mientras volvía a taparse con la manta.
Tinker le sonrío a su hijo, ella tomó su lugar al lado de su esposo y Ash se mantuvo otro momento observando a la chica. Elena separo los párpados enfocándose en el simio parado afuera del nido.
—¿Que? ¿Te gusto o que?
—Si.
—No entiendo que dices. Ya acuéstate antes que yo te tire aquí.
La chica le hizo espacio, lugar donde Ash se tiro y comenzó a dar vueltas, ella contuvo una carcajada por los movimientos que hacía, sin más remedio se tiro sobre el estómago del simio intentando que deje de moverse.
Ambos jóvenes dejaron de moverse al oír el bufido de Rocket, Elena apretó los labios y regreso a su lugar.
Vio de reojo al simio a su lado, le sonrío y volvió a cubrirse con su manta, se acomodo mejor cerca del simio quien se puso nervioso por su cercanía. Elena se sentía mas segura de ese modo, con alguien que ya conocía bien y protegía.Así como con el gorila de la entrada.
Ash calmo su respiración, rodeo la figura de la humana con el suyo y relajo su cuerpo. Sonrío a la nada, tenerla así de cerca le gustaba, la observo dormir otro rato, su expresión relajada y serena.
Le alegro que ella volviera por él.
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Ash. Contento. Con. Elena.
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Freckles | 𝘼𝙨𝙝
Rastgele𝔘𝔫𝔬. 𝔇𝔬𝔰.. 𝔗𝔯𝔢𝔰... 𝔓𝔲𝔢𝔡𝔬 𝔭𝔞𝔰𝔞𝔯 𝔢𝔩 𝔯𝔢𝔰𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔪𝔦𝔰 𝔡𝔦𝔞𝔰 𝔠𝔬𝔫𝔱𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔱𝔲𝔰 𝔭𝔢𝔠𝔞𝔰...