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César observo el suelo durante un tiempo, tenía el cuerpo de su pequeño hijo en brazos y el mayor a su lado dándole apoyo. Apretaba los dientes con ira. Ambos simios enfundaron lanzas cuando escucharon pasos cerca, los cercanos se pudieron en la misma posición.

—Elena.

La chica estaba herida, se tambaleaba y sujetaba el costado de su estómago, su ropa al igual que cabello y todo su cuerpo estaba mojado. Rocket se acercó a la humana y la atrapó antes que cayera al suelo. Le hicieron espacio y la dejaron con delicadeza en el suelo.

César se puso a su lado— ¿Que te paso?

—El... Coronel. Él... —apretó los dientes al sentir dolor. Unas lagrimas bajaron pir su rostro— Lo siento, César. Por mi... culpa, ella...

Cornelia.

El líder de los simios bajo la mirada. Elena sollozo en silencio, de nuevo no pudo salvar a alguien. Se sentía tan inútil ahora.

—Ella me salvo pero... De verdad lo siento, César... Te falle.

—No. Salvaste a mis... hijos. Te lo debo, Elena.

La castaña hizo una mueca en su rostro, asintió y volvió a derramar lagrimas como la cascada. Además de la corriente del agua ella era lo segundo que se escuchaba cerca.
Varios simios al atendieron, sanaron lo mayor posible sus heridas y Tinker le preparo un plato especial.

En la mañana iban a partir y necesitaba recuperar fuerzas.

Preocupar. Pensamos que ese hombre te llevó.

—Lamento preocuparte, Tinker. Yo...

—Ahora estar bien. Segura.

La humana oculto el rostro entre sus rodillas, la simio escucho de nuevo su llanto, dejo el cuenco de frutas aun lado y se sentó a su lado. Rodeo su cuerpo con ambos brazos y la atrajo a su pecho.

—Soy inútil... Por mi culpa Ash y Cornelia...

Tinker escucho como lloraba en sus brazos y se lamentaba por ambas muertes, Elena repetía lo mismo una y otra vez. La primate observo a su esposo acercarse a ambas, se sentó en frente y llamo la atención de la chica tocando su pierna.

—Rocket...

No llorar. Fea.

Tinker gruño ante las palabras de su esposo. Él rasco un costado de su cuello y volvió a formar señas.

Mi hijo odiarte si verte llorar.

Elena agacho la cabeza, uso la manga de su ropa para limpiar su rostro, volvió la mirada al simio y mostró una pequeña sonrisa.

Mejor dormir. Partir al amanecer con todos.

Ambas asistieron.

Colgó el bolso aun lado de su caballo y lo monto segundos después, exhalo, tomó las riendas y se preparo para irse

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Colgó el bolso aun lado de su caballo y lo monto segundos después, exhalo, tomó las riendas y se preparo para irse. Apenas cruzo el túnel cuando escucho el ulular de un simio.

—No deberías estar aquí.

Heridas aún no sanan.

—Estoy bien, Tinker. Vuelve adentro, por favor.

La simio se acercó para terminar a su lado y se levantó en dos pies para tomar una de sus manos entre las suyas.

¿Donde ir? Sol aun no sale, no dormiste nada. Peligroso salir sola.

—Sabes muy bien a donde voy. No puede aparecer aquí, matar a quien quiera e irse como si nada. Lo voy a matar.

La simio comenzó a negar y tirar de su pierna intentando que se bajara del animal, Elena sostuvo sus manos y la alejo con lentitud.

—Tengo que hacer esto, Tinker. Ustedes me ayudaron y ahora es mi turno de devolver el favor.

¡Peligroso! Quédate. Por favor.

—Tinker. Tinker... Esta bien. Necesito hacerlo. Todo acabará cuando él muera, ustedes ya no tendrán que esconderse...

¡Ir contigo!

—¡No! —se bajo del caballo evitando que ella buscará uno. La sujeto de sus brazos y la hizo voltear para que la viera— Entiende, por favor. En este tiempo Rocket y tu se volvieron como otros padres para mi. Me diste tu apoyo, me ayudaste cuando te necesite, alimentaste y curaste mis heridas... Me hicieron parte de su familia. Déjame ayudarte ahora, a ti y a los demás simios.

No recibió una contestación de la simio mayor, le dio un último abrazo y subió de nuevo al corcel. Volteo para regalarle una sonrisa.

—Vayan a ese paraíso y espérame. Prometo volver... Ojos Azules ya me dijo como llegar. Espérame, ¿si?

—Ya prometerlo. Cumplir.

—Te agradezco por todo, Tinker. Dile igual a Rocket.

Un leve golpe al costado del caballo y el animal comenzó a caminar. La simio mantuvo la mirada hasta perder de vista a la humana entre los árboles.
Elena inhalo profundo y soltó un rápido suspiro, aparto cabellos de su rostro y siguió el camino que la llevaba fuera del bosque.

《—¡¿Que esperas?! ¡Disparame! ¡Maldito humano despreciable!

—Eres valiente. Me agrada eso. Serias una gran soldado para mi.

—Vete al diablo. Prefiero morir...

—Ven a mi cuando cambies de opinión.

De sus labios salió la ubicación de su base, ambos oídos lo captaron y frunció más el ceño. El arma fue retirada de su cuerpo y en ese momento alguien se abalanzo contra el General, solo escucho un único disparo.

—¡Cornelia!

Se puso de pie para treparse a la espalda del hombre, rodeo su cuello con ambos brazos para ahorcarlo. Pero él se inclino para adelante hasta tirarla, levantó el arma y comenzó a disparar contra ella. Elena rodó por el suelo hasta ya no sentirlo y cayó al agua.》

—Prometo matarte, jodido General...

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Elena fuerte. Irse. Palabra que cumplir.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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