Capítulo 1: Los Retos y sus Bromas

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Capítulo 1: Los Retos y sus Bromas

El sol brillaba intensamente sobre la tranquila ciudad costera de Fujisawa. Las olas rompían suavemente contra la orilla, y las gaviotas se cernían en el aire, emitiendo sus agudos gritos. En medio de este idílico escenario, dos adolescentes caminaban lado a lado, sus sombras proyectándose largas sobre la arena.

Nishikata, con su cabello oscuro y despeinado, llevaba una expresión de concentración en su rostro. Estaba sumido en sus pensamientos, intentando encontrar la manera perfecta de vengarse de su amiga , Takagi. Ella, con su sonrisa juguetona y sus ojos brillantes, parecía disfrutar de la confusión de Nishikata, como siempre.

—¿En qué piensas, Nishikata? —preguntó Takagi , inclinando ligeramente la cabeza.

—Nada importante —respondió Nishikata rápidamente, intentando no delatar sus verdaderas intenciones.

Takagi sonrió, reconociendo la mentira al instante. Había pasado años perfeccionando el arte de burlarse de Nishikata.

—No parece nada, parece algo —replicó Takagi con un tono burlón—. ¿Estás planeando alguna broma? Porque ya sabes que siempre fallas tus intentos.

Nishikata apretó los dientes, sintiendo cómo el rubor subía a sus mejillas. Recordaba con claridad la última vez que intentó hacerle una broma , y cómo ella había volteado la situación a su favor en cuestión de segundos. Pero esta vez, estaba decidido a ganar.

—Quizás sí, quizás no —dijo Nishikata , intentando sonar misterioso.

Takagi soltó una risa suave y melodiosa, que siempre lograba hacer que Nishikata se sintiera un poco nervioso y a la vez feliz.

—Bueno, buena suerte con eso —dijo ella, y antes de que Nishikata pudiera responder,    añadió—: Oh, mira, un cangrejo. ¿No te dan miedo?

Nishikata siguió su mirada y vio un pequeño cangrejo que corría por la arena. Frunció el ceño, recordando cómo Takagi solía asustarlo con cualquier situación que podía.

—No me dan miedo los cangrejos, Takagi-san —dijo él con firmeza, dando un paso hacia adelante para demostrar su punto.

Pero Takagi, con su habilidad innata para detectar la más mínima debilidad, se apresuró a recoger el cangrejo y lo sostuvo en la palma de su mano.

—¿Estás seguro? —dijo ella, acercando el cangrejo un poco más a Nishikata.

Nishikata retrocedió instintivamente, su valentía tambaleándose bajo la presión de la mirada divertida de Sora.

—¡Deja eso, Takagi-san! —dijo, tratando de mantener la compostura.

Takagi se rió de nuevo, esta vez con más fuerza, y dejó el cangrejo de vuelta en la arena. Mientras continuaban caminando, Nishikata no pudo evitar notar cómo el sol iluminaba el cabello de Takagi, dándole un brillo dorado. Su corazón latía más rápido cada vez que la miraba, aunque nunca se lo diría.

—¿Sabes? —dijo Takagi de repente, interrumpiendo sus pensamientos—. Siempre es divertido pasar tiempo contigo. Aunque a veces eres un poco predecible.

Nishikata resopló, fingiendo ofensa.

—¿Predecible yo? Eso es porque tú siempre estás un paso adelante. Pero no te confíes, Takagi-san. Algún día te ganaré en tu propio juego.

—Estoy esperando ese día con ansias —replicó ella, sus ojos brillando con picardía—. Pero por ahora, me conformo con seguir burlándome de ti.

—*malditas sea Takagi-san algún día seré yo quien me ría de ti*.(*es en su cabeza*).

—Ahora como castigo me invitaras a un helado— dijo Takagi

—QUEEEEEEEE no era un reto eso.....— dijo molesto y un poco sonrojado

—a no?— se acerco Takagi bastante a Nishikata el cual se sonrojo aún más 

— Ta..Ka..gi-san estás muy cerca— takagi se acerco aun más poniendo más rojo tomate a Nishikata— vale valeeee  tu ganas

Tras lo sucedido llegaron a una pequeña tienda de helados, y Nishikata invito a Takagi al haber perdido el resto (como de comstumbre). Mientras disfrutaban de sus helados sentados en un banco.

El tono ligero de la conversación pronto dio paso a un momento de silencio cómodo. Ambos miraron el horizonte, donde el sol comenzaba a descender lentamente, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa.

—Takagi-san —dijo Nishikata suavemente, rompiendo el silencio.

—¿Sí? —respondió ella, sin apartar la vista del cielo.

—Gracias por siempre estar ahí. Incluso si siempre te estás burlando de mi, aprecio tenerte a mi lado.

Takagi se quedo paralizada y se sonrojo un poco ante ese comentario acababa de recibir otro golpe directo de Nishikata el cual no se dio cuenta (como de esperar)

—De nada pero no solo estoy contigo para gastarte bromas— dijo takagi intentado sonrojar a nishikata, el se sonrojo y se le callo el helado al suelo provocando la risa de takagi y la tristeza de Nishikata pero por una parte tampoco le molesto mucho aquel suceso al estar junto a Takagi.

Por ahora, Nisihkata estaba contento con los juegos, las risas y las bromas. Después de todo, en el juego del amor, las burlas eran solo otra forma de decir "te quiero".

Y con esa idea, ambos continuaron disfrutando del día , sabiendo que mientras tuvieran el uno al otro, cualquier cosa era posible.

El momento en donde nos perdimos NishikataXTakagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora