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Castillo de Zbrka, CROACIA

Era por la tarde cuando llegaron al castillo y mentiría si dijera que no estaba impresionada, era enorme y precioso tanto por dentro como por fuera. Lloyd había elegido bien.

— ¿Lo matarás?

Las cabezas de todos los empleados, sentados frente a sus ordenadores, voltearon a mirarla cuando entra a la sala de conferencias. Ella solo tenía su mirada clavada en Lloyd, quien estaba sentando en una silla con un vaso de whisky en su mano.

— Esa es la idea. — asiente él lanzando una mirada asesina a todos sus empleados, quienes volvieron a centrarse en las pantallas de inmediato. — ¿Cuándo empezarás a buscarlo?

Su pregunta había sido calmada aunque Irina sabía que estaba deseando encontrar a Court. Lloyd lo odiaba.

— Mañana, estoy cansada. — Irina se encoge de hombros paseando su mirada por los numerosos ordenadores que había en la sala.

Lloyd deja el vaso de whisky sobre la pequeña mesa a su lado y se levanta para caminar firmemente hasta quedar frente a ella.

— No tengo tiempo para tus juegos, cariño. — dice él entre dientes notando el feroz brillo que adquirían sus ojos.

— No te equivoques, guapo. — hacía mucho que no lo llamaba así y pudo ver cómo algo en su mirada se ablandó. — No soy tu empleada, no me das órdenes. Estoy aquí por mi propio interés y si digo que empezamos mañana, entonces empezamos mañana.

Lloyd mantuvo su mirada seria sobre ella, ocultando la nostalgia que recorría su cuerpo. Extrañaba cuando ella le hablaba así, incluso extrañaba cuando peleaban. Extrañaba todo de ella.

Irina sonrió de lado cuando lo vió pellizcarse el puente de la nariz, buscando paciencia. Suzanne los observaba desde una esquina de la sala, cruzada de brazos y con una mirada de pura irritación.

— Bien. — sisea Lloyd antes de voltear a ver a sus empleados. — Mañana empezaremos la búsqueda de Sierra Seis. Será mejor que está noche durmáis bien porque no volveréis a hacerlo hasta que encuentre a esa cucaracha.

Irina sonríe victoriosa antes de salir de la sala para subir las escaleras del castillo, en dirección a su habitación. No pasan más de cinco minutos cuando nota su presencia en el marco de la puerta.

— ¿Qué quieres?

— Lo siento. — esas dos palabras dejaron helada a Irina en su sitio. Jamás pensó escucharlo decirlas, ni siquiera en los dos años de relación que tuvieron lo escuchó.

— ¿Qué? — fue lo único que pudo balbucear.

Lloyd cierra la puerta detrás de él y camina hasta ella, llevando ambas manos a cada brazo de Irina. Sintió como sus bellos se erizaron ante el contacto.

— Que lo siento, Irina. Nunca te lo dije. — Lloyd la miraba directamente a los ojos. — Fui un idiota, no debí hacer caso a Denny cuando había que cerrar la misión. Al principio fue una misión, pero no pasó ni un mes de conocerte y ya me tenías a tus pies, cariño.

No sabía que decir. Irina estaba muda ante esa confesión.

— Dijiste que no me amabas. — rebate ella intentando con todas sus fuerzas no dejar caer los muros que cubrían sus sentimientos.

𝘋𝘢𝘳𝘬 𝘚𝘪𝘥𝘦 | Lloyd Hansen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora