No sabía en qué momento había acabado tumbada en su cama, con Lloyd sobre ella sin camiseta.
Irina no perdía el tiempo, acariciando los músculos de sus brazos o su espalda mientras él dejaba besos húmedos por todo su cuello, bajando a su clavícula.
Lloyd gruñe cuando siente los dientes de Irina mordiendo el lóbulo de su oreja y lleva ambas manos hacia la camisa de ella para tirar de ella con brusquedad, haciendo que todos los botones se abran de golpe y dejando a la vista sus pechos desnudos.
— Mierda. — dice Lloyd lamiendo uno de sus pechos. — ¿Nunca llevas sujetador?
— Yo que sé. — jadea Irina cuando la boca de Lloyd se cierra sobre su pezón. — A veces si, a veces no.
Las manos de Lloyd se aprietan en su cintura antes de dejarla para que ambos puedan quitarse el resto de ropa que ya les estorbaba.
Una vez sin ropa interior, Irina vuelve a atraer a Lloyd a sus labios sintiendo todo su cuerpo sobre ella. Se muerde el labio cuando él la mira directamente a los ojos mientras acercaba su miembro a su entrepierna.
— Hazlo ya, mierda. — jadea Irina sintiendo la punta pasearse por su alrededor.
Él la mira con una sonrisa maliciosa. — ¿Qué haga el qué?
Ella lo mira molesta. — Lloyd, si no me follas ahora mismo, quemaré tú coche.
Irina suspira al sentir el bigote rozando la piel de su cuerpo pero suelta un profundo gemido cuando Lloyd entra en ella de una estocada.
— Joder. — murmura Lloyd empezando a moverse.
Irina gime cuando Lloyd cambia sus movimientos a unos más rápidos y profundos. Muerde su labio cuando él se lleva uno de sus pechos a la boca para chuparlo con agresividad. Sus perfectas uñas esculpidas con un color rojo vino se entierran en la espalda de Lloyd cuando siente que va a llegar a su máximo punto.
— Mierda, Lloyd voy a... — ella se detiene cuando siente que Lloyd muerde la piel de su pecho. — Eres un bruto.
Eso le encantaba.
El sonido de sus cuerpos chocando resuena por toda la habitación cuando Lloyd aumenta la velocidad pegando su cuerpo al de ella, gruñendo cuando siente sus pechos presionándose contra él. Una última estocada, la más profunda, hace que ambos se vengan a la vez. Lloyd se deja caer sobre ella mientras intentan recuperar el aliento.
— ¿Esto significa que me perdonas? — pregunta él, apoyado contra su pecho.
— Casi. — responde Irina sin aliento, aceptando el brazo que él pasa por su abdomen para abrazarla. — Pero gracias por no matar a Seis.
Lloyd se encoge de hombros. — Ya te dije que si vuelve a ser un dolor en el culo, acabaré con él.
Irina sonríe y le da un beso en la mejilla antes de levantarse de la cama, sintiendo la mirada de Lloyd clavándose en su cuerpo desnudo.
— ¿A dónde vas?
— A la ducha. — responde ella mirándolo por encima del hombro.
Irina entra al baño de su habitación y se mira en el espejo. En uno de sus pechos ya se había formado un pequeño hematoma morado, pero lo ignora y se moja sus manos para limpiar el pintalabios corrido en su boca.
Un escalofrío recorre su columna cuando siente el cuerpo de Lloyd detrás del suyo. Su miembro roza con su trasero y siente una mano recorrer su abdomen.
— ¿Vamos a la ducha? — pregunta él con una en su oído antes de dejarle un beso en el hombro.
— Te odio. — dice ella mirándolo a través del espejo.
...
Para cuando Lloyd e Irina salieron de la habitación ya se había hecho de noche en Croacia. Alex les había avisado de que Tamil ya había llegado al castillo por lo que ambos bajaron las largas escaleras hasta llegar a la puerta principal.
Irina termina de bajar las escaleras quedando frente a Tamil.
— ¿Lo tienes? — pregunta ella escuchando los pasos de Lloyd a sus espaldas.
El hombre alza en su mano una cadena de la cual colgaba la pequeña tarjeta por la que tanto habían esperado.
— Premio. — Lloyd sonríe tomando el activo antes de entrar a la sala de ordenadores.
Cuando Irina entra en la sala, el equipo ya estaba intentando abrir la tarjeta.
— Bueno, Suzanne. — Irina se cruza de brazos detrás de la nombrada. — ¿Tenemos que ocuparnos de otro trabajo que sea tuyo?
— Ascender fracasando no se considera éxito. — dice Suzanne mirándola con un semblante serio.
— No, el éxito se considera éxito. — Lloyd interviene, sentado en su silla mientras se sirve un vaso de whisky.
— ¿Creéis que matar a la niña que hay arriba es un éxito? — Suzanne los mira incrédula. Irina tuerce sus labios. Sabía que a Lloyd no le importaría matar a Claire pero Irina sólo la quería para chantajear a Donald, no iba a matarla. — Me gustaría imaginar como vais a resolver esto.
— Si quieres una tortilla, tienes que matar un huevo. — responde Lloyd dando un trago a su vaso.
— ¿Vais a matar a una niña? — la voz Tamil llega a sus oídos.
Irina voltea a mirarlo de manera amenazante. Ahora que habían conseguido el maldito activo, no iban a perderlo por culpa de ese idiota.
— Eso a ti no te importa. — dice Irina mirándolo con frialdad. — Así que no digas una sola palabra más.
— Suzanne, paga a nuestro amigo y acompáñalo a la puerta. — interviene Lloyd.
— ¿Quién hay en el perímetro este? — pregunta Suzanne mirando la pantalla de un ordenador.
— La unidad cinco. — responde Jeremy.
— ¿Y donde están?
— Estaban ahí hace un segundo.
De repente, las luces de la sala se apagan. Irina nota que algo va mal inmediatamente. Lloyd la mira de reojo cuando la ve sacar la pistola que tenía guardada detrás de su espalda, bajo su camisa.
Un estruendo fuera del edificio hace que el suelo bajo sus pies tiemble. Tanto Lloyd como Irina se acercan a la ventana justo a tiempo para ver cómo un helicóptero caía al suelo estrepitosamente en llamas.
Irina siente la mano de Lloyd en su espalda baja y lo mira.
— Nos están atacando.
— Si, me he dado cuenta. — contesta ella cargando su arma.
— Ponte a salvo. — pide Lloyd tomando una ametralladora antes de ordenar a los demás. — ¡Cerrad todos los accesos! ¡Todas las unidades al exterior!
— ¡Y no paguéis a este imbécil! — exclama Irina señalando a Tamil.
Irina ve como Lloyd sale al exterior del edificio junto a los demás hombres armados y no puede evitar preocuparse por él.
Nota de la autora.
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𝘋𝘢𝘳𝘬 𝘚𝘪𝘥𝘦 | Lloyd Hansen
Fiksi PenggemarElla sabía lo que era el infierno. Había estado en él. Cuando por fin consiguió ser libre, se trasladó a la CIA, donde un puesto de trabajo como agente la esperaba. Y ahí conoció a Court Gentry. Conoció a Denny Carmichael. Y por último, conoció a Ll...