12

65 6 2
                                    

RIO DE JANEIRO, Brasil

Era de noche. A simple vista, el edificio parecía estar tranquilo, pero en la realidad todo era un caos.

— ¡Corre, Seis, joder! — ordena ella sin dejar de correr por el largo pasillo.

— ¡Estoy intentando que no te maten mientras corres sin prestar atención a los que te están disparando! — se queja el nombrado detrás de ella, a la vez que activaba una bomba y la lanzaba por encima de su hombro. — ¡Salta!

Irina no dudó en acatar la orden y ambos saltaron siendo impulsados por la expansión de la bomba.

— Idiota. — murmura ella tosiendo en el suelo.

— Denada, yo también te quiero. — dice Seis irónico, ayudándola a levantarse. — ¿Tienes el USB?

— Claro que lo tengo. — responde Irina con una sonrisa autosuficiente.

— Denny, estamos listos para salir. — habla Seis por el auricular que había en su oído.

Más tranquilamente, ambos agentes empezaron a subir las escaleras hacia la azotea del edificio para esperar al helicóptero que los llevaría de vuelta a la base de la CIA.

— Entonces, ¿mañana te vas? — pregunta Irina cuando se detienen en mitad de la azotea.

— Si, Donald y Margareth quieren verme.

— ¿Para qué?

— No lo sé. — responde Seis aguantando una pequeña risa por la curiosidad de la chica frente a él.

— Oye, Court...

— No sigas. — él la detiene, sabiendo por dónde iba la conversación. — Este tiempo juntos ha sido increíble, pero ambos sabemos que no estamos destinados.

Irina aprieta los labios y asiente. Hace un tiempo que decidieron ser algo más que amigos, pero las misiones que tenían juntos y la convivencia entre ellos no era buena. Al final, acababan peleando, siempre.

— Si te digo que te quiero, ¿cambiaría algo? — pregunta ella.

Seis la mira, analiza su rostro. Él la amaba, pero sabía que si seguían juntos ambos acabarían mal.

Irina suspira cuando ve al rubio negar con la cabeza y da un paso hacia él, llevando ambas manos a su rostro para unir sus labios.

Ambos se separan cuando escuchan el ruido del helicóptero sobre ellos. Se observan y sonríen levemente antes de subir al vehículo.

— ¿Estás bien, cariño?

Irina aparta la mirada de su plato y mira a Lloyd, quién la observaba con el ceño levemente fruncido.

— Si. — responde ella sonriéndole.

— ¿Qué te sucede?

Ella suspira sabiendo que no podía mentirle, a él no. Lloyd siempre sabía cuando mentía, al igual que ella sabía cuando él ocultaba algo.

— Es Court...

Ve como los hombros de Lloyd se tensan de inmediato. Sabía que tarde o temprano hablarían sobre él. Hace menos de un mes, Alex les había informado de que Seis había escapado del hospital, al igual que ellos, y Claire Fitzroy había desaparecido del lugar donde la CIA la custodiaba.

— ¿Es enserio, Irina? — dice Lloyd serio.

— Lloyd, sabes lo que pasó. — rebate ella calmada, no queriendo iniciar una pelea cuando las cosas estaban llendo bien. — Sólo me preocupo por él, es mi amigo.

— Tu amigo el que casi me mata. — reclama él, apretando sus puños sobre la mesa.

— Y al que tú casi matas también. — responde Irina rodando los ojos.

— No hagas eso con los ojos. — reniega Lloyd, calmándose.

— Oye, no quiero que peleemos. — Irina suspira y posa su mano sobre la de Lloyd por encima de la mesa. — Además, has preguntado tú.

Lloyd la mira unos segundos antes de levantar un poco la comisura de sus labios y negar.

— Te amo. — dice él.

Irina siente como su corazón salta de felicidad aunque no sea la primera vez que lo haya dicho.

— Yo también te amo, guapo.

Ella lo observa, ve como asiente para sí mismo antes de meter su mano a un bolsillo y rebuscar en él. Irina frunce su ceño cuando lo ve levantarse de su silla y caminar hasta ella. Abre la boca sorprendida cuando Lloyd hinca una de sus rodillas en el suelo y abre frente a ella una pequeña caja de terciopelo.

— Lloyd, ¿qué haces? — pregunta ella sintiendo como su estómago se revolvía de los nervios.

— Sabes que no se me dan bien estas cosas. — empieza a decir él. — Pero quiero que te quede claro lo mucho que te amo y quiero estar contigo el resto de mis días, cueste lo que cueste. Por eso estamos aquí, ¿quieres casarte conmigo?

A ese punto, Irina ya le dolían los ojos de aguantar las lágrimas y se tapa la boca con ambas manos cuando un puchero se asoma en sus labios.

— Claro que quiero, mierda. — dice ella levantándose de su silla.

Lloyd sonríe orgulloso y se levanta para colocar el anillo en la mano de su, ahora, prometida y rodearla con sus brazos para apretarla contra él.

— Joder, Irina, te amo tanto. — dice él contra su oído. Sólo escucha un sollozo, lo que hace que su corazón se acelere. — No llores, cariño.

— Te amo mucho, Lloyd. — dice ella mirando sus ojos azules.

Él lleva ambas manos al rostro de Irina para limpiar las lágrimas en sus mejillas y después unir sus labios, escuchando como el resto de personas del restaurante aplaudían en su dirección. Ante eso, Lloyd gruñe e Irina suelta una risa y ambos se separan para volver a abrazarse.

— Vámonos a casa. — ordena él haciéndole una señal a un camarero para pagar la cuenta. — Quiero quitarle ese vestido a mi futura esposa.

Irina sonríe y toma su bolso de la silla para que ambos se dirigesen a la barra del restaurante y pagar la cuenta. Con rapidez, salen al exterior donde Alan ya los esperaba, abriéndoles la puerta del auto.

— Enhorabuena, señor Hansen. — dice él antes de asentir hacia Irina. — Señorita Volkov.

Irina le sonríe antes de entrar detrás de Lloyd al auto para poder llegar cuanto antes a su casa.

Nota de la autora.

•Amo está capítulo!! 🙈🙈

•No olviden votar para más capítulos.

¡TIKTOK!

xstsab

𝘋𝘢𝘳𝘬 𝘚𝘪𝘥𝘦 | Lloyd Hansen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora