Irina bajó las escaleras del castillo después de darse una ducha y cambiarse de ropa. Entró en la sala de conferencias justo a tiempo para ver en las pantallas como una casa explotaba.
— Vaya. — comenta Irina. — ¿Me he perdido la diversión?
— Eso no me lo esperaba. — dice Lloyd entre dientes. Irina sabía que estaba furioso.
— ¿Acabamos de matar a Margareth Cahill? — pregunta Suzanne asustada.
— Los equipos Alpha y Bravo ya están ahí. — dice Jeremy. — Delta está en camino.
— Mete a todos los equipos, que prendan fuego. — ordena Lloyd serio.
Irina mordió su labio viendo como la vena de su cuello estaba marcada y sus hombros totalmente tensos mientras se paseaba por la sala.
— Entonces, ¿tenemos a Seis? — pregunta Irina al aire.
En el fondo, ella aún tenía cierto aprecio por su compañero. Pero había sido educada para saber enterrar sus sentimientos y en esos momentos, Court era una amenaza para ella.
— Lo tendremos. — responde Suzanne.
— Lo tiene la policía cerca de la plaza. — dice una mujer sentada frente al ordenador.
— El equipo Alpha ya ha llegado. — dice Jeremy.
— Ese payaso es un blanco fácil. — comenta Lloyd sirviéndose un vaso de whisky antes de hablar por el auricular de su oído. — Están autorizados para abatir a cualquiera que se ponga en medio.
— Objetivo confirmado. — dice alguien a través de los comunicadores.
— Mátalo.
En las cámaras aparecen las imágenes del equipo Alpha disparando a Seis, quien estaba esposado a un banco en medio de la plaza. Pero los policías locales de Praga habían empezado a defenderse también.
— Vamos a acabar en la cárcel. — se lamenta Suzanne mirando la gran pantalla.
— Quiero esa plaza vacía de policías. — ordena Irina acercándose a Lloyd para tomar la botella de whisky entre sus manos.
— ¿Ahora matamos policías? — pregunta Suzanne incrédula mirando a Irina. — ¿No basta con Margareth Cahill?
— Que entre el equipo Bravo. — ordena Lloyd levantándose de la silla. — Quiero más artillería.
Irina aprovecha para sentarse en la silla mientras tomaba un largo trago de la botella de whisky.
Los hombres de Lloyd ya estaban en la plaza. Seis estaba esposado a un banco. Irina no lo quería admitir, pero su corazón se había acelerado al pensar en él muerto.
— ¿Alguien podría matar al hombre esposado a un banco? — grita Lloyd enfadado, detrás de la silla en la que Irina estaba sentada.
— Esto es demasiado. — dice Suzanne asustada viendo como la plaza estaba siendo destruida. — Lloyd, por favor, acaba todo esto.
— Diez millones extra al que le meta un balazo en los sesos a ese muñeco Ken. — responde Lloyd después de segundos de silencio.
Irina sonríe ante el suspiro exhausto de Suzanne y dirige su mirada a la pantalla.
No sabe cómo, pero Seis se había liberado de las esposas y había conseguido subir a un tren. Los hombres de Lloyd lo habían perseguido, intenando acabar con él y destrozando la ciudad a la vez. Seis había escapado otra vez.
Todos los hombres de Lloyd estaban muertos e Irina ya había acabado con media botella de whisky. No estaba ebria, ella toleraba bien el alcohol.
— Este es posiblemente el fracaso más estrepitoso de la historia de las operaciones en cubiertas. — Suzanne se acerca a Irina. — ¡Esto se enseñara en las facultades como ejemplo de lo que no hay que hacer!
Irina siente que le quitan la botella de whisky de la mano y mira hacia arriba encontrándose con Lloyd, apoyando sus brazos en el respaldo de la silla que estaba sentada.
— Aquí lobo solitario. — el silencio en la sala es interrumpido por Tamil.
Una sonrisa ladina se apodera del rostro de Lloyd. — Hola, mi amigo Tamil.
— Estoy rastreando al objetivo.
— No hay cambios. — dice Irina levantándose de la silla. — Trae el activo.
Suzanne dirige una mirada de odio a Irina mientras ésta sale de la sala.
— Mi trabajo no puede mostrarse. — le dice Lloyd a la de pelo corto antes de salir también.
Irina llega a su habitación soltando un suspiro profundo. Ella estaba intentando ignorar la molestia en su cuerpo al tener que matar a Court.
— ¿Estás bien? — Irina voltea encontrándose con Lloyd, que la miraba con una ceja enarcada, apoyado en el marco de la puerta.
— Si.
— Es por él, ¿verdad? — Irina no responde porque sabe que para Lloyd, Seis ya era una piedra en el zapato que quería quitar de en medio. — Claro que es por él.
— De todas formas, no te importa. — ella se encoge de hombros.
— Por supuesto que me importa. — Lloyd se acerca con rapidez a ella. — Voy a matar a Seis y si tú vas a estar en medio, será mejor que te apartes.
Irina lo mira indignada. — ¡No vas a apartarme!
— ¡Pues deja de preocuparte por ese imbécil!
— ¡No me grites! — Irina lo mira con el ceño fruncido mientras llevaba un dedo al pecho del hombre.
— ¡Cállate! — exclama Lloyd furioso.
— ¡Dios! — grita ella aún más fuerte. — ¡Eres un puto psicópata!
— ¡Y tú una maldita narcisista, Irina!
— ¡Déjame en paz! — reniega ella cuando Lloyd intenta tomar su brazo.
— Siempre supe que habías tenido algo con él. — niega Lloyd calmándose cuando nota ella se quiere alejar de él.
— Nunca estuvimos realmente enamorados. — dice ella. — Pero fuimos compañeros y amigos, me salvó la vida algunas veces.
Irina puede notar con claridad como la mandíbula de Lloyd se contrae y sus puños se aprietan mientras piensa.
— Puedo no matarlo. — dice después de unos segundos eternos de silencio.
— ¿Qué? — Irina no sabía si había escuchado bien.
— ¿Me perdonarías? Sólo quiero demostrarte que sí me importas. — Lloyd da un paso hacia ella. — Hablaré con Tamil si es lo que quieres. Lo dejaré escapar.
Realmente estaba sorprendida. Ella sabía que Lloyd odiaba a Seis y que estaba deseando acabar con él. Pero le estaba dando la oportunidad de dejarlo huir sólo por ella.
— Eso estaría bien. — dice Irina hablando con suavidad.
Lloyd asiente pasando una brazo por su cintura mientras ella llevaba ambas manos a su nuca, abrazándolo. Un simple abrazo que se le hacía tan familiar que Irina quería llorar. Oler el aroma de Lloyd en su cuello era como regresar a casa después de tanto tiempo.
— Pero te lo advierto. — murmura él cerca de su oído. — Le diré a Tamil que no lo mate, lo dejaré pasar, pero sólo esta vez. Si vuelvo a encontrarme con Seis siendo un dolor en el culo, acabaré con él.
— No creo que lo vuelvas a ver, sabe esconderse. — dice ella sin querer separarse del abrazo. — Te he extrañado tanto.
— Yo también, cariño. — suspira él dejando un beso sobre la cabeza de Irina, aprovechando para inhalar el suave olor a vainilla que emanaba. — Yo también.
Nota de la autora.
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𝘋𝘢𝘳𝘬 𝘚𝘪𝘥𝘦 | Lloyd Hansen
FanficElla sabía lo que era el infierno. Había estado en él. Cuando por fin consiguió ser libre, se trasladó a la CIA, donde un puesto de trabajo como agente la esperaba. Y ahí conoció a Court Gentry. Conoció a Denny Carmichael. Y por último, conoció a Ll...