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—Bueno cosita esponjosa, iremos a la oficina. ¿Tienes listo tu traje de negocios?

Sowon estaba en su habitación frente al espejo arreglando su blusa blanca. Era martes y debía ir a su trabajo, Yerin la había dejado faltar el lunes, pero no más, pues tendrían una junta importante y como la segunda coordinadora principal, necesitaban de su presencia en la reunión.

Afortunadamente el edificio ya contaba con una estancia infantil para las madres y los padres que no podían dejar en casa a sus hijos, y SinB pasaría el día en ese lugar... Al menos Sowon tendría un respiro.

La castaña buscó entre los montones de ropita diminuta el traje de oficina que Yuju le había regalado a su bebé, porque ambas irían a la empresa, así que necesitaban estar presentables.

Pero SinB seguía en la cama, llevándose su regordete y pequeño pie hasta la boquita, para morder la calceta y jalarla con intenciones de quitársela.

SinB sabía que si tenía calcetas tendría zapatos, y ella odiaba los zapatos.

Le gustaba ver sus pequeños deditos moverse.

Las únicas calcetas que aceptaba usar eran unas pequeñas azules con el dibujo de un bunny, pues en la mente infantil de SinB, el conejito se parecía a su mami Eunha con sus abultadas mejillas.

Pero su mamá Sowon le había puesto unas feas y aburridas calcetas rosas, por eso estaba tratando de deshacerse de ellas.

La pequeña mujercita observo a su madre, quien estaba muy ocupada tratando de abotonar las mangas de su blusa, rodó por la cama hasta el borde y se sostuvo fuerte de las sabanas, bajo sus piernitas apenas rozando el suelo y se soltó. Una vez estuvo firme en el suelo, corrió escapando de la habitación lo más rápido que sus cortas piernitas de bebé le permitían.

Sowon estaba tan concentrada en sus botones, que ni siquiera notó que SinB ya no se estaba sobre la cama y que estaba hablando sola.

Algunos minutos después la castaña levantó la vista de sus brazos y se giró para ver a SinB quien se supone, debería haber estado sobre la cama. Paseo la mirada por el lugar esperando encontrarla en alguna parte de la habitación, fallando en el intento.

La casa estaba relativamente silenciosa y eso era preocupante, considerando que su pequeño ángel era muy ruidosa al jugar. Corrió a la cocina y revisó todo el lugar temiendo encontrar a la bebé en el refrigerador nuevamente, pero SinB no se encuentra ahí.

Se estaba desesperando.

Corrió a la habitación de SinB y la canasta de juguetes se encontró desordenada, pasó la vista por todos los juguetes en el suelo y justo al captar que faltaban los conejitos de hule, corrió directamente al baño.

¿Como no se le había ocurrido antes?

Al llegar al baño, la puerta estaba semiabierta y por debajo estaba saliendo agua. Sowon sintió como la sangre se le helaba, por su mente estaban pasando miles de escenarios en donde su bebé flotaba fría en la bañera.

Con el corazón a punto de salir disparado de su pecho, empujó suavemente la puerta con un ojo cerrado temiendo ver el interior.

Un chapoteo y un balbuceo seguido de un "pii" sonó en el baño.

Sowon abrió los ojos y suspiro aliviada de ver a su pequeña hija a salvo, sin embargo, al ver la escena completa, su corazón se detuvo nuevamente.

SinB estaba sentada en medio del baño sobre un gran charco de agua, rodeada de conejitos de hule mientras jugaba, el agua salía desde el lavamanos llenando toda la habitación, una calcetita estaba flotando en el lavamanos y otra estaba a medio piecito de la bebé.

Sowon llevó sus manos a su rostro, se mordió los labios, camino a paso lento dentro del baño, cerró la llave del agua y tomó a SinB en brazos para ir a buscar con que secar todo ese desastre.

SinB llenó de babita la mejilla de Sowon, sonriendo ante su aventura, balbuceando las pocas palabras entendibles que sabía y meciendo su regordete piecito.

—Mamá, mamá, no ceta, no, no —la castaña frunció el ceño mirándola.

¿Toda la piscina interior por no usar calcetas?





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Un tiempo con mamá │WonB/WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora