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—Ya, ya, SinB, tranquila.

El llanto y los gimoteos de la bebé parecían no querer detenerse.

Apenas algunos minutos atrás SinB estaba en perfectas condiciones jugando como siempre con su viejo peluche sobre la alfombra, incluso había estado arrojándoselo a Sowon a propósito cuando estuvo cocinando, pero de un momento a otro, cuando quiso comer la galletita de chocolate, comenzó a llorar y desde ese momento no se había detenido.

—¡Mami!

Gruesas lágrimas se deslizaban por las rojas mejillas rellenitas de SinB, su diminuta nariz estaba completamente roja, incluso sus ojitos se estaban poniendo irritados a causa del llanto.

Sowon se encontraba de pie balanceando su cuerpo de un lado a otro, luchando por calmar a su pequeña bebé quien estaba recostada sobre su pecho aferrada a su ropa, la cual ya estaba húmeda de tantas lágrimas.

Ella ya había hecho de todo: pasearla por el departamento, ponerle dibujos animados en la TV, darle papilla de diferentes frutas, ponerle el biberón con leche de chocolate sobre sus delgados labios para que lo probara, hizo extrañas muecas para tratar de animarla, incluso había hecho una voz ridículamente infantil para jugar con el desgastado peluche de SinB, pero absolutamente nada la tranquilizaba.

La nena rechazaba la comida y se negaba a alejarse del pecho de madre, sin embargo, a quien llamaba entre gimoteos, era a Eunha.

Para mala suerte de Sowon, ni siquiera la nota de voz de Eunha cantando logro tranquilizarla.

—Ya cosita bonita, deja de llorar. ¿Quieres volver a pintar sobre mí? —Sowon agarró unos marcadores que estaban sobre la mesa y se los puso en las manitas a SinB— Anda amorcito, píntame.

La bebé la miro un momento sin dejar de gimotear, pero negó, y los dejo caer al suelo para esconder su carita en el cuello de Sowon nuevamente y seguir llorando.

La alta mordió sus labios frustrada y triste, se sentía mal por su bebé, ya no sabía qué hacer para tranquilizarla. Había intentado llamar a Eunha, pero la llamada no enlazaba.

—¿Qué pasa cielito? ¿Te duele algo?

—M-mi.

—¿Extrañas a tu mami? Ella vendrá pronto, no estés triste.

Sowon camino hasta su habitación una vez más y busco su teléfono entre sus cosas, iba a llamar a Eunha una vez más cuando la pantalla se iluminó mostrando la vídeo-llamada entrante de Eunha. Inmediatamente pulsó el botón verde para recibirla.

—Dios Eunha, estaba por llamarte, necesito que me ayudes, ya no sé qué hacer.

Eunha borro su sonrisa, y una expresión llena de preocupación inundó su rostro al ver y escuchar a su pequeñita llorar.

—Won... ¿qué sucede con Bi?

—No lo sé, simplemente empezó a llorar y no quiere detenerse.

SinB levantó su cabecita rápidamente al escuchar la voz de su mamá Eunha, la vio en la pantalla del teléfono y se lanzó hacia el móvil pensando que su madre podría atraparla en brazos.

—¡¡SinB!! —el grito asustado de la pelicorta sonó en la habitación a través del teléfono al lograr ver a su bebé rebotar sobre el colchón de la cama.

La castaña mayor logro tomarla de las piernitas antes de que volviera a rebotar y terminara en el suelo, se sentó sobre la cama y sostuvo a la bebé llorona sobre su regazo.

Sowon le contó lo que había pasado a Eunha desde que se levantaron, hasta que SinB había empezado con su interminable llanto.

—... Y ya no sé qué hacer. ¿Debo llevarla al doctor?

—No lo creo... —Eunha lo pensó un momento— ¿Revisaste su boquita?

—¿La boca?

—Si, es muy probable que su llanto sea porque le piquen o le duelan sus encías. A SinB le están saliendo los dientes, ¿recuerdas?

SinB se había mantenido quieta, sollozando, pero quieta, mientras observaba la pantalla del teléfono. Sowon aprovecho el momento y metió dos de sus dedos en la pequeña boquita de SinB para abrirla y revisarla.

Y justo como Eunha había dicho, a SinB le estaba saliendo un nuevo y pequeño diente, su encía estaba roja, probablemente le picaba pues pasaba su lengüita repetidas veces por la zona.

Casi una hora más tarde, la bebé regordeta estaba brincando sobre el abdomen de Sowon, Eunha le había dicho como hacer que la hinchazón y la comezón se detuvieran, así que la bebé dejó de llorar y ahora estaba tan activa como siempre, mordiendo todo aquello que llamara su atención, su madre Sowon era la víctima principal, ya tenía los brazos marcados y su abdomen estaba igualmente marcado, pero no precisamente por músculos.

Mientras seguía en la vídeo-llamada, SinB se acercó dando saltitos hasta Sowon, balbuceo para Eunha y luego sonrió tan feliz que la pelicorta temió por Sowon.

En un momento de distracción por parte de Sowon, los pequeños dientes de SinB fueron directos a su cuello y la mordió con todas sus fuerzas haciéndola casi llorar.

—Lo importante aquí, es que estas viendo quien está dejándome marcas.

—Lo sé, estará así por un largo tiempo.

—Ay Dios...

—¡Mami! ¡Mami!

SinB soltó una risita adorable, beso las mejillas de Sowon y lanzó pequeños besitos a la pantalla del móvil para Eunha.





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Un tiempo con mamá │WonB/WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora