Inuyasha y Tú [Amor a través del tiempo]

29.Beso prohibido

T/n, al lado de Kikyo, la puso entre sus brazos tratando de levantarla. No podía evitar compararla con su amiga Aome; el parecido era sorprendente, aunque tenían personalidades muy distintas. Mientras se preparaba para levantarla, vio cómo los ojos de Kikyo comenzaban a abrirse lentamente, mostrando un atisbo de conciencia.

—¿Me escuchas? ¿Puedes moverte? —preguntó t/n, su voz llena de urgencia y preocupación.

Kikyo no le respondió, solo dirigió su mirada hacia Inuyasha, quien seguía peleando con una ferocidad inigualable. Sin embargo, el demonio aprovechó una oportunidad y lanzó un ataque con su cola larga hacia donde ambas chicas se encontraban.

T/n reaccionó rápidamente y, abrazando a Kikyo, logró esquivar el ataque, rodando por el suelo con la sacerdotisa en brazos. Sintió cómo el aire se cortaba a milímetros de su cuerpo, su corazón latiendo frenéticamente. El golpe estuvo a centímetros de t/n, quien casi fue aplastada ante la vista de Inuyasha.

—¡Maldito! —gritó Inuyasha, atacando al demonio con su espada, haciéndole varios cortes, uno tras otro, cada uno más profundo que el anterior. Pero parecía no servir de nada, ya que el demonio seguía regenerando sus partes.

—Eres una tonta... —dijo Kikyo débil pero audiblemente, su voz apenas un susurro.

—¿Qué? —preguntó t/n, confundida y preocupada, su respiración entrecortada por el esfuerzo y el miedo.

—Tu aparición significa eso... Inuyasha te perderá completamente... —continuó Kikyo, con una mirada de resignación y comprensión en sus ojos.

Kikyo sabía que la presencia de t/n en medio de esta batalla ponía a Inuyasha en una situación imposible. Su corazón ya estaba dividido entre ella y t/n, y cualquier peligro que amenazara a t/n lo llevaría a actuar de manera imprudente. Kikyo entendía que Inuyasha sentía una profunda conexión con t/n, y su preocupación por ambas lo debilitaba emocionalmente. La presencia de t/n significaba un riesgo mayor, ya que Inuyasha haría cualquier cosa para protegerlas, incluso si eso significaba sacrificar su propia vida.

T/n no entendía completamente el significado de las palabras de Kikyo. Aun así, sentía un nudo en el estómago, desconcertada por lo que acababa de escuchar. Las palabras de Kikyo resonaban en su mente, revelando una posible verdad que nunca había considerado.

El demonio volvió a atacar, y esta vez Inuyasha lo enfrentó con una furia renovada, sus movimientos más rápidos y letales. Sin embargo, cada golpe que asestaba parecía ser inútil ante la capacidad de regeneración del demonio.

T/n, sosteniendo a Kikyo, sabía que no podían quedarse allí. Debían encontrar una manera de detener al demonio y salir con vida.

—Kikyo, tenemos que movernos. No podemos quedarnos aquí —dijo t/n con determinación, apretando los dientes.

Con una última mirada a Inuyasha, t/n se levantó, sosteniendo a Kikyo con fuerza. Sabía que debía encontrar una solución rápida, algo que pudiera cambiar el curso de la batalla.