Bruno y Alex estaban en la oficina, discutiendo sobre los problemas apremiantes que enfrentaban. Sabían que el tiempo corría en su contra y que, si no recuperaban la empresa pronto, las consecuencias serían catastróficas. En medio de la conversación, Bruno notó que Mila, exhausta, se había quedado dormida en una silla.—Es mejor que la llevemos a una habitación —murmuró Bruno.
Se acercó a ella con cuidado, levantándola en sus brazos con suavidad. Mila se movió ligeramente pero no despertó. Bruno la llevó a una de las habitaciones de la casa y la colocó en la cama. La arropó con una manta y, antes de levantarse, no pudo evitar acariciar su cabello.
—Es tan suave —murmuró, sintiendo una ternura inesperada. Pero rápidamente se enderezó, recordando sus prioridades. Volvió a la oficina donde Alex estaba revisando unos papeles.
—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —preguntó Alex sin levantar la vista.
—¿A qué te refieres? —replicó Bruno, aunque sabía exactamente a qué se refería.
—Sabes muy bien a qué. El juez te dijo que tenías que ver a un psicólogo al menos una vez a la semana y llevas falsificando la firma de esa mujer diciendo que vas a sesiones con ella . Ella nos brindó una confianza ciega —dijo Alex, elevando la voz al final.
—No tengo tiempo para esas cosas —respondió Bruno, agarrando unos papeles—. No puedo desconcentrarme en idioteces , Ella es un medio para un fin , luego que todo esto acabe la recompesaremos con dinero y alejándonos de su vida
—Pero hombre, estás tan lleno de ira y venganza que...
Bruno no lo dejó terminar, tirando los papeles al suelo y gritándole. —¿Crees que es para menos después de toda la mierda que hemos pasado? Nos embaucaron, usaron nuestros nombres, nuestro dinero para quitar tierras, robar y asesinar gente por solo más puto dinero. Fui a la maldita cárcel, con todo el mundo culpándome de esa mierda que no tuve manera de negar y tú me dices a mí que estoy lleno de ira. ¡Pues sí, lo estoy!
Alex recogió los papeles cercanos y lo miró con seriedad. —Te recuerdo, Bruno, que no eres el único que las vio verdes. Sí, tú fuiste a la cárcel, pero yo seguí aquí soportando esta mierda, buscando pruebas. Y como la gente no podía llegar a ti para gritarte y llamarte estafador o asesino, me lo decían a mí.
Bruno respiró profundo y se quedó mirando las ventanas, reconociendo que Alex tenía razón. Al fin y al cabo, los dos confiaron en un maldito que los traicionó.
—Al final, Marcus Draven fue más hábil en todo. Sabía qué buscaríamos y dónde podíamos encontrar lo que creíamos que nos serviría.
—Ya sabemos que está jugando, Bruno. Antes ni sabíamos eso. Él nos jodió, pero ahora nos toca joderlo a él —dijo Alex con determinación.
Bruno asintió y preguntó. —¿Qué tenía el pendrive al final?
Un informante que aún trabajaba para ellos en la empresa había logrado encontrar algo y se comunicó con ellos.
—Lo que ya sabíamos —dijo Alex—. Sabemos que se hicieron compras ilegales de ciertas tierras y transacciones bancarias desde la empresa con nuestros nombres, pero aún nada que lo relacione directamente.
Bruno apretó los labios. —Pero en la mayoría de esas compras son lugares donde él estuvo un tiempo antes de ser compradas, muy conveniente, ¿no crees?
—Sí —admitió Alex—. Eso nos da una pista, pero necesitamos más pruebas sólidas. No podemos actuar solo con suposiciones.
Bruno suspiró. —Y luego está lo de Mila. La carta de amenaza que le llegó es una señal clara de que sabe que ella nos ayudó a sacarte de la cárcel , si antes lo intuíamos ahora es algo seguro
—Ya mandamos a buscar huellas en la carta que le llegó pero solo se registraron de ella y de nadie más , la persona que lo hizo se aseguró de no dejar nada que lo involucrara—comento Alex, frunciendo el ceño - Max no encontró nada en el departamento de ella pero el mismo está seguro que lo que le mandaron fue la primera y última advertencia
—Sí, en pocas palabra mencionaba que ella sería la próxima en la lista si no nos detenemos. Están tratando de intimidarla para que se aleje de nosotros porque saben que nos ayudó - dice Bruno pasando su mano por su cabello
—Malditos bastardos —gruñó Alex, apretando los puños—. No podemos permitir que la dañen. Mila ya ha pasado por suficiente con lo que le pasó en la cárcel
—Lo sé —respondió Bruno, su voz más suave—. Pero también sabemos que ella está en esto porque quiso ayudarnos. No puedo permitir que algo le pase por mi culpa
La conversación quedó en silencio por un momento, ambos hombres absorbidos por sus pensamientos. Finalmente, Bruno rompió el silencio.
—Sé que lo que estoy haciendo con ella no es correcto, pero solo serán unas firmas.
Alex suspiró y dijo. —Lo sé, y después de todo, no puedo decir mucho si yo fui quien robo su firma sin contar que me meti en su oficina sin ella saberlo , no me hace mucho mejor persona
Bruno miró a Alex con seriedad. —Esto no se trata solo de nosotros. Se trata de recuperar lo que es nuestro y asegurarnos de que la gente que amamos esté a salvo.
—Tienes razón —admitió Alex—. Pero debemos ser inteligentes sobre esto. No podemos dejar que nuestras emociones nos dominen.
—Lo sé —dijo Bruno, finalmente cediendo—. Pero eso no hace que sea más fácil.
Alex asintió. —Vamos a necesitar toda la ayuda que podamos conseguir. Y eso incluye a Mila, aunque no nos guste admitirlo nos ha ayudó con o sin saberlo
Bruno suspiró, sintiendo el peso de sus responsabilidades sobre sus hombros. —Sí, tienes razón. Necesitamos protegerla
Alex se acercó a Bruno y le puso una mano en el hombro. —Lo haremos y terminaremos con todo esto
Bruno asintió, agradecido por el apoyo de su amigo. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero también sabía que no estaba solo en esta lucha.
Cuando terminaron de hablar, se dirigieron a sus respectivas habitaciones, sabiendo que el día siguiente traería nuevos desafíos y más peligros. Pero estaban decididos a enfrentarlos juntos, sin importar lo que se interpusiera en su camino.
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Mila
ЧиклитMila Coubrer es una psicóloga comprometida con su trabajo en una prisión, decidida a ayudar a los reclusos a reintegrarse en la sociedad. Sin embargo, su vida cambia radicalmente cuando conoce a Bruno, un prisionero inocente que ha sido injustamente...