Mila se despertó en la cama que había usado en la anterior ocasione y no entendía cómo había llegado allí. Llegó a la suposición de que alguien la había llevado, probablemente uno de los dos hombres dueño de la casa y se avergonzó al recordar que era la segunda vez que despertaba en esa casa con la misma ropa del día anterior. Fue al baño, se enjuagó la boca y se lavó la cara para despejarse un poco. Decidió bajar las escaleras y, al no percatar ningún ruido, se dirigió a lo que recordaba como el camino a la cocina pensando que se encontraría con uno de los dueños de la casaDespués de intentar con dos pasillos, finalmente la encontró y, para entonces, tenía hambre.
"Espero que no se molesten si abro la nevera y veo qué tienen," pensó.
Al revisar, vio que había de todo lo que cualquiera podría necesitar para un buen desayuno. Nunca fue perezosa con la comida, así que se tomó la libertad de preparar un desayuno para todos. Sabía que cuando los viera tendría mucha pena por las libertades que se estaba tomando, pero no había comido desde el día anterior y de verdad tenía demasiada hambre . Pensó que seguramente no le dio tiempo ni de guardar las cosas que compró la noche anterior
Mientras cocinaba, se dio cuenta de lo agradable que era hacer algo normal después de todo lo sucedido. Estaba casi lista cuando sintió una presencia detrás de ella. Al girarse, vio a Bruno sin camisa, con un pecho perfectamente marcado y una V que incitaba a la imaginación.
Obviamente, cualquier mujer , hombre ,cosa o extraterrestre en sus cinco sentidos no cerraría los ojos ni apartaría la vista de la impactante y sensual imagen que tenía frente a ella
Bruno notó que se había sonrojado y sonrió un poco. —Buenos días —dijo.
Ella reaccionó, consciente de que otra vez había quedado como una boba frente a él. —Buenos días. Yo... hice el desayuno.
—Eso veo.
—Sé que no debí meterme en la cocina sin su permiso. Es que tenía hambre y ayer, con lo que pasó, no me dio tiempo... Fui al supermercado para...
Bruno la interrumpió suavemente. —Está bien, gracias por tomarte esta libertad. Y lo digo con honestidad si no fueras cocinado seguramente mi desayuno fuera una simple taza de café y cualquier cosa que encontrara en la nevera
"Por primera vez desde que lo conozco no lo veo malhumorado o serio, puedo llegar a decir que se ve hasta diferente ," pensó Mila.
Y sensual , como siempre tu fiel consciencia diciendo lo obvio
Comieron en silencio por unos minutos hasta que Bruno lo rompio al llevar ya la mitad del plátano vacío —Esto está delicioso.
—Gracias —dijo, feliz y sonrojada.
—¿Te gusta la cocina? —le preguntó él. "Es la primera vez que tenemos una conversación normal y sin drama," pensó Mila. —Digo, debes si cocinas así.
Mila rió un poco y negó con la cabeza. —La verdad no me gusta cocinar, pero amo comer, así que toca. Me gusta hacer desayunos y postres, pero los almuerzos... bueno, eso aún es un reto.
Bruno estaba por contestar cuando apareció Alex bostezando y también sin camisa. —¿Qué huele tan bien? —dijo. —¿Acaso la señora Clara volvió? —Al ver que solo estaban Mila y Bruno, dijo—: oh Hola, buenos días.
Mila solo podía pensar: "¿Qué pasa con estos hombres? ¿No saben lo que es una camisa? No se dan cuenta lo fácil que es provoca e a una mujer cuando se tiene un cuerpo así "
—Mila cocinó —dijo Bruno.
—Ah, sí, pues tenemos que probar —dijo Alex mientras se acercaba a un gabinete y sacaba un plato para servirse y sentarse con los demás
Probó un bocado y comentó—: Guau, está muy bueno. La señora Clara se pondrá celosa.
Mila agradeció y preguntó—: ¿Quién es la señora Clara?
—Es nuestra ama de llaves —respondió Alex.
Mientras terminaban de comer, Alex y Bruno intercambiaron una mirada antes de dirigirse a Mila.
—Mila, sobre la carta de amenaza que recibiste en tu casa ayer... creímos que lo mejor sería que te quedaras con nosotros unos días por protección —dijo Bruno.
—Aprecio la preocupación, pero tengo mi casa, tengo mi trabajo, tengo mis pacientes. No puedo quedarme aquí, tengo una vida —respondió Mila, sintiéndose frustrada por la situación que estaba pasando pero también agradecida por la preocupación que ellos tenían por ella
—Lo sabemos pero solo sería por un tiempo , además como te diste cuenta tenemos habitaciones extras, no serias un problema - comentó Alex
— Lo aprecio pero también está mi trabajo y mis pacientes
— Bueno sobre eso... nos comunicamos ayer con tus pacientes. Les enviamos un correo para avisarles que te tomarías unos días por asuntos personales —dijo Bruno.
Mila al escuchar eso se para de la silla de golpe indignada porque otra vez lo habían hecho , había tomado desiciones que dependían de ella sin su consentimiento, indignada levantó la voz . —¿Cómo pudieron hacer eso sin mi permiso? ¿Cómo se tomaron esa atribución?
Bruno intentó calmarla. —Lo sabemos, Mila. Pero creímos que, con lo que pasó ayer, sería mejor que no tuvieras que preocuparte por nada más hoy.
—¿Cómo saben quiénes son mis pacientes? —preguntó Mila, claramente molesta y desconfiada.
Alex intervino—: Lo sabemos porque cuando mandamos a alguien que te siguiera para tu protección, le tomaron fotos a las personas que salían de tu consultorio y averiguamos de ellos. Nos enteramos que eran tus pacientes , solo ponte un momento en nuestra posición, la chica que nos ayudó está en peligro por culpa nuestra , tú que harías
Mila, aunque aún molesta, comprendió que en ese momento no tenía muchos motivos para desconfiar. —Okay, pero por favor, ya lo digo en serio: no más decisiones que me incluyan sin mi consentimiento. Prométanlo o les juro que me largo de aquí y me valdrá una mierda todo - yo era una persona que aunque no decía groserías sabía que a veces la situación lo ameritaba
Ellos asintieron y solo dijeron de acuerdo
—Lo sentimos, Mila. Solo queríamos asegurarnos de que estuvieras a salvo y no tuvieras que preocuparte por nada más por ahora —dijo Bruno.
Ella suspiró, sintiendo una mezcla de resignación y gratitud. Aunque la situación no era ideal, sabía que estaban tratando de protegerla y lo entendía solo que esta situación ya comenzaba a superarla
En otro momento ella solo habría asentido con la cabeza como ellos pero ya no podía más ser la Mila con tantos temores de expresarse , necesitaba madurar y hacerles entender que su opinión era igual de importante que la de ellos

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Mila
Chick-LitMila Coubrer es una psicóloga comprometida con su trabajo en una prisión, decidida a ayudar a los reclusos a reintegrarse en la sociedad. Sin embargo, su vida cambia radicalmente cuando conoce a Bruno, un prisionero inocente que ha sido injustamente...