Sentimientos

36 3 10
                                    

HOLISSSSS HABÍA COMETIDO UN PEQUEÑO ERROR EN LA HISTORIA SI SE DAN CUENTA ME DICEN XD PERO YA LO ACOMODÉ

---

Mila se despertó temprano, con el sonido de su alarma resonando en la silenciosa habitación. Se levantó lentamente, sintiendo una extraña mezcla de emociones que no podía identificar del todo. Después de lo sucedido en los últimos días, su mente estaba en un torbellino, y no podía dejar de pensar en cómo se había sentido después de escuchar aquellos sonidos detrás de la puerta. Se sorprendía a sí misma al sentirse dolida, pero se recordaba que no tenía ninguna relación real con Bruno y Alex; ellos solo la estaban cuidando porque ella les había hecho un gran favor.

Decidida a no quedarse atrapada en esos pensamientos, se preparó para ir al trabajo. Se vistió rápidamente y bajó las escaleras en silencio, sin intención de quedarse a desayunar. No quería enfrentarse a ellos en ese momento, no cuando su cabeza estaba tan llena de preguntas y sentimientos confusos.

Ya en el coche, mientras se dirigía a su consultorio, decidió llamar a Abby. Necesitaba hablar con alguien, y Abby siempre había sido su confidente.

—¿Hola? Hola holaaaaaa —respondió Abby con su habitual energía.

—Abby, soy Mila. ¿Podemos vernos esta noche después del trabajo? —preguntó Mila, tratando de sonar casual, aunque sabía que Abby la conocía demasiado bien.

—¡Claro que sí, nena! —respondió Abby, notando el tono de preocupación en la voz de su amiga—. Nos vemos donde siempre.

Mila se sintió aliviada por la respuesta de Abby. Pasó el día en el trabajo, viendo a sus pacientes y tratando de enfocarse en sus problemas en lugar de los suyos. Sin embargo, no podía evitar que su mente vagara de vez en cuando hacia la conversación que tendría con Abby esa noche.

Cuando finalmente terminó su jornada, se dirigió al lugar donde siempre se encontraban. Abby ya estaba allí, esperándola con una sonrisa, pero con la preocupación dibujada en sus ojos.

—Cuéntame qué pasa, Mila. Para que me llames a mitad del trabajo, sé que es algo serio —dijo Abby en cuanto Mila se sentó frente a ella.

Mila respiró hondo antes de comenzar a hablar. Le contó a Abby todo lo que había pasado en los últimos días: la carta de amenaza, la cita con Frank, lo que escuchó en la casa, y la extraña sensación que no podía sacudirse.

Abby escuchó en silencio, sin interrumpirla, dejando que Mila se desahogara. Cuando Mila terminó, Abby se quedó mirándola por un momento antes de hablar.

—¿Es todo lo que tienes que decir? —preguntó Abby, con una mirada que parecía atravesar a Mila—. ¿Quieres decir algo más?

Mila suspiró, sintiéndose vulnerable. —No sé, Abby. No sé qué estoy sintiendo. Yo ... bueno no sé , no sé lo que siento en estos momentos , y no sé si eso es bueno o malo.

Abby la miró con comprensión y un toque de firmeza. —Mila, tú sabes lo que estás sintiendo, solo que no lo quieres aceptar. Y no es malo que te estén empezando a gustar. Pero, Mila, no los conoces realmente. No sabes quiénes son ellos en verdad. Pero tienes una oportunidad frente a ti, con alguien que te ha mostrado interés, que te ha dicho de frente que quiere salir contigo. ¿Por qué no aprovechas esa oportunidad?

Mila la miró, sintiendo una mezcla de alivio y confusión por las palabras de su amiga.

—Mila, respeto tus emociones, pero tienes que vivir. Has estado atrapada en recuerdos del pasado que te han torturado. Tu madre fue una total perra contigo, eso lo sabemos. Te tuviste que resolver casi toda tu vida sola.

—No fue sola, tú y tus padres me ayudaron —replicó Mila con una voz quebrada, recordando los momentos difíciles de su infancia.

Abby asintió, con una expresión triste en su rostro. —Sí, Mila, pero al final, tú eras la que regresaba a esa casa todos los días, tú eras la que lidiaba con toda esa mierda que te rodeaba de pequeña y aunque me duela decirlo yo ni mis padres lidiamos hacer mucho — Abby dio un respiro profundo y cerró los ojos porque se sentía en cierta parte culpable de algo que no podía cambiar y era el pasado de Mila —. Y quiero que dejes de vivir en el pasado y aproveches las oportunidades que tienes ahora, mira todo lo que has logrado y tú sola , eres más fuerte de lo que crees

Mila bajó la cabeza, sabiendo que lo que Abby decía era cierto. —No pierdes nada con intentar algo con Gregory —continuó Abby—. No lo conozco bien, pero me gustaría hacerlo. Lo vi en el hospital cuando pasó lo de tu accidente, y se veía genuinamente preocupado por ti. No pierdes nada con intentar, Mila.

Mila suspiró profundamente, sintiendo que el peso de sus emociones comenzaba a aliviarse un poco. Aceptó las palabras de Abby, agradecida por su apoyo incondicional.

—Gracias, Abby. Creo que tienes razón. Necesito intentarlo, aunque me asuste.

Abby sonrió y le dio un abrazo cálido. —Estoy aquí para lo que necesites, ya lo sabes.

Después de despedirse, Mila tomó un Uber de regreso a la casa. Mientras se acercaba, vio que las luces estaban encendidas y comenzó a sentirse ansiosa. Sabía que Bruno y Alex probablemente estarían molestos porque había salido sin avisarles. No estaba de humor para una confrontación, pero sabía que tendría que enfrentarlos.

Al bajarse del auto, se quedó un momento en la acera, mirando la casa. Respiró hondo, preparándose para lo que vendría. No sabía qué esperar, pero estaba decidida a manejarlo lo mejor posible.

Finalmente, se dirigió hacia la puerta, decidida a enfrentar la situación con la mayor serenidad posible, aunque en su interior el torbellino de emociones seguía girando sin control.

---

MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora