Nuevos comienzos

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Los días pasaron con una mezcla de ansiedad y esperanza. Mila finalmente tomó una decisión que había estado meditando durante semanas: dejaría su trabajo en la cárcel y abriría su propio consultorio en la ciudad. La idea de estar más cerca de su casa y de tener un entorno más seguro, especialmente ahora que Bruno había salido, le daba una tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo, lo había hablado con el director de la cárcel y estuvo de acuerdo en aceptar su renuncia después de que lo había pasado , solo le pudo decir que gracias por el servicio que prestó y que que tuviera suerte

La noticia fue recibida con entusiasmo por Abby, quien inmediatamente se ofreció a ayudarla a encontrar un pequeño estudio en la ciudad. Después de varias visitas y consideraciones, encontraron el lugar perfecto: un acogedor consultorio en un edificio tranquilo, a solo unos minutos de la casa de Mila. Con la ayuda de Abby, Mila se encargó de decorar el espacio, haciéndolo sentir cálido y acogedor para sus futuros pacientes.

Pasaron las semanas, y Mila comenzó a ver a sus primeros pacientes. Poco a poco, su consultorio se fue llenando de personas que buscaban su ayuda y orientación. A pesar de sus inseguridades, Mila se sentía más realizada y segura de sí misma en este nuevo entorno.

La vida de Mila volvía a su rutina normal. Iba al gimnasio con Abby, trabajaba con sus pacientes y disfrutaba de la tranquilidad de su nuevo consultorio. Sin embargo, a pesar de su éxito profesional, una sensación de vacío la acompañaba. Había cumplido con su promesa de ayudar a Bruno y Alex, pero ahora que ellos ya no formaban parte de su vida diaria, sentía que algo faltaba.

Una tarde, después de terminar una sesión con una nueva paciente, recibió un mensaje de Abby invitándola a salir a bailar. Al principio, Mila no tenía muchas ganas, pero Abby sabía cómo convencerla.

—Nos encontramos en tu casa —dijo Abby por teléfono—. Y no pienses en salir con esa ropa de trabajo, te tengo una sorpresa.

Mila suspiró, acostumbrada a la persistencia de su amiga, y aceptó la invitación. Cuando llegó a casa, Abby ya estaba allí, sosteniendo un vestido que dejó a Mila sin palabras.

—¿Qué es esto? —preguntó Mila, mirando el vestido con incredulidad.

—Es para ti —respondió Abby con una sonrisa—. Quiero que te veas y te sientas espectacular esta noche.

Mila dudó al principio, pero Abby la animó a probarse el vestido. Al mirarse en el espejo, se sorprendió de lo bien que le quedaba. El vestido resaltaba sus curvas de manera elegante y sensual. Pero mientras se observaba, los viejos recuerdos comenzaron a aflorar. Escuchaba la voz de su madre, recordándole que nunca sería suficiente.

—Mira bien en el espejo, Mila —dijo Abby, sacándola de su ensoñación—. Eres hermosa y debes comenzar a creértelo.

Mila sonrió con gratitud y, por primera vez en mucho tiempo, comenzó a verse a sí misma con ojos diferentes. Abby tenía razón. Era hora de dejar atrás esos viejos traumas y de aceptar la mujer fuerte y capaz que era.

Esa noche, Mila y Abby salieron a bailar. Mientras se movía al ritmo de la música, Mila sintió una libertad y una confianza que no había experimentado antes. La vida estaba cambiando, y por primera vez, estaba dispuesta a abrazar esos cambios con los brazos abiertos.

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Se que es cortó pero quería enviar algo más antes de dormir , gracias a todos los que están leyendo mi historia ? Gracias por el apoyo y la paciencia ( que fue mucha ) 🙈🙈 y bueno me dice. Si les va gustando

MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora