Mila salió de la oficina, todavía impactada por el beso que había presenciado entre Vanessa, Bruno y Alex. Su mente estaba en un torbellino de emociones, y no estaba segura de cómo sentirse al respecto. Decidió que necesitaba distraerse, despejar su mente de todo lo que había sucedido en las últimas horas.Mientras caminaba por la casa, su celular sonó. Era Gregory ,uno de los gemelos que había conocido en la cárcel.
—Hola, Gregory —respondió Mila con una sonrisa, tratando de sonar relajada.
—¡Mila! Qué bueno escucharte. ¿Cómo estás? —la voz de Frank sonaba animada, pero también había un tono de nerviosismo en ella.
—Estoy... bien, supongo —respondió Mila, sin querer entrar en detalles sobre lo que realmente estaba pasando.
—Me alegra saberlo. Oye, ¿te gustaría salir un rato? Podríamos ir a tomar un helado a ese lugar que te gusta o algo. Hace tiempo que no hablamos y quería saber cómo estás.
Mila lo pensó por un momento. Sabía que Bruno y Alex no estarían de acuerdo, pero también sabía que necesitaba un respiro de toda la tensión.
—Me encantaría, Gregory. ¿A qué hora?
—¿Qué te parece dentro de unas 3 horas ? Yo salgo del trabajo dentro de poco así me da tiempo de cambiarme y podría pasarte a buscar.
—Perfecto pero no te preocupes, toma tu tiempo y nos vemos en la heladería
Después de colgar, Mila se dirigió a la sala, todavía absorta en sus pensamientos. Sabía que necesitaría algo de ropa para salir, pero no quería regresar a su casa. La situación era demasiado peligrosa. Justo cuando estaba pensando en cómo resolver ese problema, Bruno y Alex aparecieron.
—¿Todo bien? —preguntó Alex, notando la expresión pensativa de Mila.
—Sí, es solo que... necesito ir a casa a buscar algo de ropa —respondió Mila, tratando de sonar casual.
Bruno y Alex intercambiaron una mirada.
—No creemos que sea una buena idea que vayas a tu casa ahora mismo. Es peligroso —dijo Bruno, con tono firme.
—Podemos comprar ropa para ti o enviar a alguien a tu casa a buscar lo que necesites —añadió Alex.
Mila suspiró, sabiendo que no iba a ganar esa discusión. —Está bien. Pueden comprarme algo. Pero no se tomen demasiadas libertades, ¿de acuerdo?
Alex sonrió y asintió. —Confía en nosotros.
En menos de una hora, uno de los trabajadores de la casa regresó con varias bolsas de compras. Mila las tomó, agradecida pero también un poco nerviosa por lo que encontraría dentro. Subió a su habitación y comenzó a sacar la ropa. Había vestidos ajustados, blusas elegantes y pantalones que acentuaban sus curvas. También había algo de maquillaje, lo cual la hizo sonreír.
"Definitivamente esto no es mi estilo," pensó mientras sostenía un vestido rojo ajustado, "pero no puedo negar que se ve bien."
Mila se preparó lentamente, sintiéndose un poco más segura a medida que se arreglaba. Cuando bajó las escaleras, lista para salir, Bruno y Alex la esperaban en la sala.
Ambos se quedaron sin palabras por un momento, sorprendidos por lo hermosa que se veía.
—Te ves increíble, Mila —dijo Alex finalmente, rompiendo el silencio.
—Gracias —respondió ella, sonrojándose ligeramente—. Pero solo es para tomar un helado con un amigo.
Bruno levantó una ceja—: ¿Un amigo? ¿ Saldrás ?

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Mila
ChickLitMila Coubrer es una psicóloga comprometida con su trabajo en una prisión, decidida a ayudar a los reclusos a reintegrarse en la sociedad. Sin embargo, su vida cambia radicalmente cuando conoce a Bruno, un prisionero inocente que ha sido injustamente...