Después de una larga jornada de clases, los estudiantes de la academia Shuchin empezaron a salir de uno en uno de la escuela para dirigirse a sus hogares y así descansar de las agobiantes clases dignas de una escuela de élite.
Pero oculta entre los árboles al frente de la academia estaba la ex-alumna de la academia, Koyasu Tsubame, quien estaba con un nuevo corte de pelo, mirando cautelosa detrás del árbol como los estudiantes salían, esperando por ver a un chico en específico, a uno que no lograba encontrar.
Sin darse cuenta que una de las estudiantes de Shuchin la estaba observando a lo lejos con una mirada consternada, al ver a una universitaria acechando a alumnos de preparatoria, lo positivo era que conocía a esa estudiante, y sabía que no tenía malas intenciones, aunque luciera muy inquietante.
-¿Tsubame sempai?
-¡Ah!- Tsubame se sobresaltó al oír su nombre a un costado- ¿Iino?
-¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Yo? ¿Ahm?- La ex-alumna buscaba una excusa convincente que no la haga ver como una acechadora- Solo pasaba por aquí y... solo quise ver como les iba a todos ahí, je, je.
Iino no se lo tragó ni por un segundo.
-Okay... Creo que me seguiré retirando, hasta otro día Tsubame- Iino se movió con intención de irse a su casa, pero su superiora la detuvo.
-Oye Iino- La joven en cuestión se detuvo para escuchar lo que tenía que decir- ¿No quieres ir a dar un paseo?
-¿Ah?- Iino en ese momento se preguntó ¿Por qué Tsubame la estaba invitando a una cita?
...
Ambas chicas llegaron hasta un centro comercial, donde Tsubame se mostraba relajada y tranquila, mientras que Iino estaba nada más que incómoda y escéptica con la salida inesperada que le ofreció su antigua compañera. Sin embargo por educación y un poco de curiosidad, decidió aceptar acompañarla.
-¿Quieres ir por unos postres Iino?
-Ah... bueno, no diría que no- Iino era débil ante los dulces.
Con algo de timidez decide acompañar a Tsubame a comprar unos pastelitos, la cuál la fue perdiendo conforme disfrutaba de los dulces que Tsubame la invitaba, la universitaria miraba con alegría y ternura como Miko devoraba las golosinas que le había invitado, como si fuera una pequeña hermanita que quería mimar y consentir.
-Veo que está delicioso- Se regodeó la joven adulta.
Iino volvió en sí avergonzándose por su comportamiento algo infantil.
-Ehm, muchas gracias, por invitarme Tsubame sempai...
-Ya no estoy en la escuela, puedes llamarme solo Tsubame.
-Okay...- Iino respondió tímidamente- Tsubame... ¿Qué estabas haciendo realmente frente a la academia?
Con algo de vergüenza Tsubame sabía que debía ser sincera con su acompañante.
-Yo, quería saber como se encontraba Ishigami, sé que ha pasado un tiempo desde que rompimos, pero no he dejado de pensar en lo triste que estaba cuando nos separamos.
-Ya veo- Iino no sabía qué responder, si decirle que Ishigami se estaba recuperando exitosamente, o si reclamarle por haberle roto el corazón en ese tiempo, aún así, el pasado era el pasado, y debía corresponder la sinceridad que le ofreció su compañera- Ishigami, él está haciendo su mejor esfuerzo.
-¿De verdad?- Tsubame mostró una expresión nostálgica- ¿Fue muy duro?
-Sí, Tsubame, de verdad lastimaste su corazón- Iino respondió seriamente.
-Yo, lo siento mucho, pero de verdad no podía mantener una relación con Ishigami a largo plazo, yo no estaba lista, y él tampoco, sin embargo, quiero que él sea feliz.
-Sí, yo también.
Esa respuesta de Miko hizo que Tsubame levante la mirada, haciendo que Iino se avergüence y quisiera ocultar su rostro sobre la mesa.
-¡Ah! No, no, lo digo porque me preocupa, como mi compañero del consejo, me preocupo por todo el consejo, ja, ja- Iino dejó de hablar y siguió comiendo para diluir sospechas, sin embargo Tsubame ya estaba analizando sus expresiones, y esbozó una sonrisa.
Después de comer, las dos siguieron paseando por el centro comercial, visitando varias tiendas, y pasando el rato, si alguien las viera, pensaría que son buenas amigas, pasando el tiempo juntos, Tsubame llevó a Iino a una tienda de ropa donde le mostró varias combinaciones que le aseguró atraería las vista de los chicos, avergonzando así a Iino, pasaron por una tienda de regalos donde observaron varios muñequitos que les hacían agradables a la vista, ambas se enternecieron de una figurita que se parecía a Ishigami. Finalmente, Tsubame invitó a un helado Iino, y ambas salieron del centro comercial caminando y charlando de la vida de la otra.
-Bueno, ya se está haciendo tarde, permíteme acompañarte hasta el autobus- Le propuso Tsubame.
-Claro, fue divertido- Iino no mentía, después de conversar sobre Ishigmai, Iino se dio cuenta que Tsubame, era una buena chica, que de verdad lamentaba haber lastimado a Ishigami, y que solo quería su felicidad, notó sinceridad en sus palabras, y eso la hizo sentirse más en confianza con ella.
Antes de despedirse, Tsubame tomó de las manos a Miko, y le dedicó una sonrisa de confianza.
-¡Ánimos Miko! ¡Yo sé que tu puedes!
-Ahm, muchas gracias- Iino se puso nerviosa- Me esforzaré en la elección.
-No me refiero a eso- Tsubame sonrió tiernamente.
El autobús de Miko llegó y era hora de su partida.
-Fue un placer verte de nuevo Tsubame, que te vaya muy bien en la universidad- Iino le dio sus buenos deseos.
-Gracias, igual a ti Iino, gana la candidatura, y por favor, cuida muy bien de Ishigami.
Esa última despedida hizo que Iino se avergonzara, y no le dio tiempo de responder ya que el bus empezó a partir, con Tsubame viendo como Iino se alejaba más por el horizonte, bajo la luz del atardecer, Koyasu Tsubame, ahora se sentía más tranquila, al saber que Ishigami tenía personas buenas a su lado.
-Ishigami, Iino, les deseo lo mejor.
ESTÁS LEYENDO
Lo que pudo haber pasado
RomantizmOtra historia más de Iino Miko y Yuu Ishigami, una historia donde una decisión diferente, abriría las puertas para un futuro incierto para el secretario y la auditora del consejo estudiantil. Lo que pudo haber pasado.