EN LA MIRA

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CRYSTAL

Sorprendida miraba a aquel chico guapo que decía querer trabajar para mí, cuando debería terminar la universidad, buscar novias o ser mantenido por los padres. Los hombres que me acompañaban eran de mi entera confianza y no podía dejarme engatusar por una cara bonita como aquella, si en verdad quería pertenecer a mi bando debía pasar mis pruebas y reglas, aunque no me vendría mal otro escolta ya que con Santiago Valverde nunca se sabía.

-¿Qué edad tienes Kahi?

-Tengo 22 años señora -yo le llevaba cuatro.

-¿Por qué quieres trabajar para mí? -calculaba cada gesto, mirada y movimiento, no resaltando nada inquietante en su forma de ser.

-Porque todos le temen y la respetan y soy admirador suyo -no puedo evitar reír, doy una vuelta por la estancia taconeando y después me sitúo nuevamente frente a él.

-Muchos han querido trabajar para mí pero no dejo que cualquiera lo haga -me mira serio, al parecer no le gustó mi expresión -Mira Kahi seré sincera, no necesito a nadie más que me proteja porque tengo dos hombres que valen por mil y son de mi entera confianza, pero agradezco tu gesto generoso de querer cuidarme y para que veas que también soy condescendiente, esta noche escoge a cualquiera de mis chicas, la casa invita -le paso la mano por el rostro y doy la vuelta para marcharme.

-No busco a una de tus chicas, señora Catrina -me detengo, volteo el rostro y lo miro -Vine porque me gustaría trabajar con usted -al parecer no le había quedado claro mi decisión -Y antes que diga algo más...le diré que siento gratitud hacia usted... -enarco una ceja ya que no sabía de qué me hablaba.

-No entiendo lo que dices.

-Usted...hace uno año aproximadamente... -le costaba trabajo hablar -salvó a mi madre de un posible secuestro en una cafetería por la avenida...

          ...esos malditos hombres de Valverde llegaron para matarnos, tienen de rehén a una pobre señora pero no permitiré que le haga daño, saldré y me entregaré para que la suelte, ya arreglaremos cuentas ese mafioso y yo después...

Recordé algo como un secuestro y efectivamente una señora muy parecida a Kahi, al muchacho se le humedecieron los ojos y sentí pena, quería mucho a su madre.

-Gracias a usted, mamá ese día no murió. Ella...con el susto comenzó a padecer del corazón...y...falleció de un ataque cardíaco hace cinco meses -bajó la cabeza y fui acercándome a él -Me pidió antes de morir que buscara a la chica que la salvó ese día...cuando supe que era usted, como único podía pagarle era siendo su guardaespaldas...por eso le pido...le ruego, por la memoria de mi madre...que me de una oportunidad.

Me ponía en una situación incómoda, ya que quería ayudarle pero a la vez desconfiaba de él, pero si me fallaba le quitaría la vida de la forma más despiadada que alguien pudiese imaginar, porque a mí no se me traiciona.

-Bien Kahi, te daré una oportunidad y deberás superar algunas pruebas. Admiro la lealtad y si me traicionas, no quieras imaginar lo que sucederá contigo.

-No le fallaré señora -dijo decidido.

-Bien, disfruta la noche, después te diré lo que harás.

-Gracias señora -hizo una reverencia y sonrió.

Salimos y contemplé mi local abarrotado como me gustaba, Kahi se quedó mirando algunas chicas y yo fui a saludar a viejos conocidos, Crystal era muy popular y su soltura era extraordinaria, después habría que medir la verdadera disposición del chico bonito.

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NARRADOR OMNIPRESENTE

Kahi estaba feliz de recibir la oportunidad que llevaba tiempo esperando, desde que vio a Crystal algo dentro se le prendió como una llamita pequeña que si la avivan se convierte en incendio. Era una mujer hermosa y encantadora, cualquier hombre caería rendido ante sus pies, a pesar de su extremada belleza, conocida por sanguinaria y sin sentimientos, pero eran puras patrañas ya que vio en sus ojos pena ante el acontecimiento de la repentina muerte de su madre. Todas las chicas eran hermosas pero nadie podía compararse con la Catrina, ella era única e inigualable. Pantera estudia al muchacho que observa a su jefa, todos hacían lo mismo pero la Catrina era inalcanzable, cerrada al amor desde que unos malnacidos profanaron su cuerpo. Se acerca sentándose al lado de Kahi, quien no le presta atención ya que seguía concentrado en la musa del cabello negro.

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora