DE CERCA CON EL ENEMIGO

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CRYSTAL

Después que culminó el sepelio y se rindieron los honores correspondientes a las víctimas, decidimos regresar a casa, ordené que no se abriera el bar en la noche para guardar luto. Mi cabeza no estaba en esos momentos para fiesta ni música, sólo poder descansar y esperar que estos días grises concluyeran. Pascual permanecía en silencio y confieso que me dolía grandemente verlo de esa manera, un hombre como él, bravo y con carácter, estaba destruido por dentro y no era para menos. Fuimos a casa y le pedí que se quedara con nosotros, no quería que estuviese solo porque el dolor aumentaría. Phil se retiró al despacho mientras los hombres se dirigían a sus tareas. Fui a las habitaciones contiguas que compartían mis dos escoltas, la de Pascual estaba cerrada y la de Kahi entreabierta. No quise molestar al primero así que decidí tocar la puerta del chico, al no recibir respuesta entré y estaba vacía. Me quedé unos segundos ahí y después salí al exterior buscando al dueño de esa habitación.

Lo vi de lejos sentado frente a un árbol del patio trasero con la vista perdida y los pensamientos en quién sabe dónde. Me acerqué en silencio colocándome a su lado, tomé asiento y me quedé así unos minutos, él me miró pero no dijo nada manteniendo la postura anterior.

  -Es triste lo que le sucedió a Pascual -logra decir -Entiendo perfectamente su dolor...yo perdí a mi madre casi de la misma manera, sus problemas cardíacos fueron asociados a ese día en que casi la toman como rehén...por suerte llegó usted para impedirlo -lo observo, aunque el chico no hace lo mismo -Espero que podamos vengar esas muertes.

  -Así será Kahi.

  -¿Irá esta noche al Paradise?

  -No, le dije a Pantera que estábamos de luto.

  -Entonces si no me necesita por ahora, iré a descansar -se pone de pie y yo lo imito.

  -!Kahi, espera! -se detiene -Por favor, necesito que vuelvas a ser el mismo de antes -me mira y luego baja la vista.

Decido acercarme a él un poco.

  -A veces las personas cambian, señora.

  -¿Por qué cambiaste tú?

Se queda callado un momento.

  -Porque de nada sirve aparentar ser algo, cuando en realidad no te nace...o desear algo que nunca vas a tener.

  -Sabes que puedo hacer cualquier cosa por ti, sólo dímelo -me mira fijamente.

  -Lo que yo quiero...usted no me lo va a dar.

  -No digas eso. Dime y tal vez...

  -!La amo Doña Catrina! -esas palabras que salieron disparadas de su boca provocaron una reacción en mí.

Iba a abrir la boca cuando la cerré nuevamente, esperaba cualquier cosa menos eso, era mi escolta, mi hombre de confianza pero...de ahí a amarme era totalmente diferente. Miré a otro lado, caminé a su alrededor, seguía sin creerlo.

  -¿Estás seguro...de lo que dices?

  -Completamente, quiero tenerla cerca todo el tiempo, pienso de usted hasta el más mínimo detalle que tenga conmigo...incluso verla con ese tal Marcos...me llena de celos y.... -dejó la frase a medias.

 -Kahi yo...

  -No diga nada, sé perfectamente cuál es mi posición en todo esto y lo acepto, pero quería saber qué me pasaba y ahora lo sabe -se quedó viéndome fijamente, esquivé su mirada porque confieso que me ponía nerviosa.

  -Yo...lo siento, de verdad.

Salí de allí como una cobarde, huyendo de una confesión la cual me dejó sorprendida y sin palabras. Lastimosamente no podía corresponderle al chico porque mi corazón estaba ocupado por otra persona.

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