Capítulo 4

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La memoria de aquella lejana tarde donde habían acusado a Guillermo siendo tan solo un cachorro de algo tan bajo, había golpeado con fuerza a Lionel. Los hechos de ese día se habían esfumado de sus recuerdos, quizá porque era muy pequeño cuando pasó, porque ya habían pasado muchos años o porque nunca más se había vuelto hablar del tema.

Después de lo que sucedió aquel lejano día, Rafael le había logrado meter la idea que lo que había hecho con Guillermo había sido un pecado y que era algo de lo que no se debería hablar nunca más, por eso cuando Scaloni intentaba tocar el tema Lionel se rehusaba a mencionarlo.

Había sido un niño demasiado solitario y callado, que había sufrido burlas de parte de sus compañeros en los primeros meses que llegó a Barcelona, algunas veces por su acento pero las más frecuentes eran por su estatura debido a que era más bajito que los demás niños. No fue hasta que conoció a Sergio Agüero que tuvo nuevamente un amigo en quien confiar. Lionel lo quería mucho pero nunca pudo compararse al cariño especial que sentía por Guillermo.

Otra persona importante en su vida había sido uno de sus profesores; el profesor Riquelme, un omega viudo que entró a trabajar al colegio unos meses después de su llegada. El omega siempre le contaba que le recordaba mucho a su hijito que había perdido hace muchos años.

A Leo le ponía triste saber que el omega estaba igual de solo que él pero por razones diferentes. El se encontraba en un país lejos de su familia que solo lo visitaba en las vacaciones; y Riquelme había perdido a su cachorro y a su esposo por lo que ambos habían creado un vínculo muy especial.

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Lionel estaba muy alterado por revivir cosas del pasado que había comenzado a sentirse mal, se bajó del mueble del lavamanos y arregló su ropa; cuando quiso salir del baño sintió como sus piernas le fallaron y cayó al piso totalmente inconsciente.

Santiago y sus padres al no ver a Lionel por ningún lado durante la mayor parte de la fiesta, comenzaron a buscarlo de manera desesperada por toda la propiedad temiendo lo peor, David había mencionado que lo había buscado antes dentro de la casa pero no lo había encontrado, aún así volvieron a entrar para buscarlo por más que el británico intentó evitarlo.

— Papá, Lionel está inconsciente — gritó Santiago al encontrarse a su hermano tirado en el piso pero un fuerte aroma lo hizo detenerse — Que ningún alfa se acerque, solo tu papá, parece que Lionel está en celo — tocó la frente del otro omega — Está ardiendo, ayúdame a llevarlo a su habitación para colocarle un supresor, es muy extraño que se haya desmayado por su celo — explicó preocupado.

David sintió curiosidad por lo que le había ocurrido a su prometido, por dentro se preguntaba quien había ocasionado eso; no era idiota, había escuchado una voz desconocida cuando lo buscaba en esa zona tan alejada de la hacienda, además del aroma de un alfa mezclado con el de su prometido pero prefirió alejarse para evitar hacer su drama en aquel momento.

Rafael soltó un suspiro largo para disimular la molestia ante el momento, juraba sentir vagamente un olor tan peculiar que sus ojos empezaron a moverse por doquier en busca de una persona, pero fue en vano. Scaloni cargaba a su pequeño hasta la habitación preocupado y al mismo tiempo paranoico al haber sentido antes en el jardín un aroma tan familiar, retrocediendo al pasado donde esa sonrisa volvió a su mente recordando a su primer amor.

A la distancia observaba la escena cierto omega preocupado. Contuvo la respiración al notar la mirada fría de Rafael, el maldito omega que tejió una gran red de mentiras y manipulación tras una amistad tan fingida como su amor; por las circunstancias, tenía que esperar un poco más para obtener su justicia.

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Lionel despertó al siguiente día cuando el efecto del supresor pasó, habían llamado a un médico y este solo les había dicho que probablemente el estrés de la boda o un problema hormonal había ocasionado ese desmayo, que una vez recuperado debían llevarlo a realizarse unos estudios para descartar un problema más delicado de salud.

Siempre en mi mente [MECHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora