TEXTOS QUE LE ESCRIBÍ.

Ecos en la distancia.

Ecos en la distancia,
susurros que cambian,
como el viento que acaricia,
pero también aleja.

En la penumbra del día,
tu ausencia se siente distinta,
como un eco que se desvanece,
entre la luz y la sombra que pinta.

La inquietud de la noche,
tu voz es un eco lejano,
como estrellas fugaces,
que brillan en un cielo lejano.

Los mensajes son puentes,
que cruzamos sin tocar,
pero siento un cambio sutil,
en cada palabra al hablar.

A veces solo quiero un abrazo tuyo,
en estos tiempos inciertos,
como el sol que sale entre nubes,
y transforma mis pensamientos desiertos.

Quisiera estar 22 de las 24 horas de mi día,
pero esas 2 que restan usarlas para soñar contigo,
aunque siento que eso le quitaría todo el sentido,
me gusta imaginar tus días,
me gusta saber qué te gusta y qué te disgusta,
quiero ser perfecto para ti,
aunque por el simple hecho de vivir no lo puedo ser así,
quiero todo lo que anhelas como tú lo eres para mí,
solo despierto y mi primer pensamiento es saber si pensaste en mí.

Las estrellas se desvanecen,
cuando no estás cerca,
aunque estamos conectados,
percibo un cambio en la manera en que te afecta.

Tu esencia se filtra,
en cada gesto y cada mirada,
como la lluvia que purifica,
pero también causa nostalgia.

Tu voz me guía en la oscuridad,
hacia un horizonte incierto,
donde siento un cambio,
en cada latido abierto.

Las pantallas no abrazan,
como lo haría tu presencia,
y aunque aún te quiero igual,
siento que algo cambia en nuestra esencia.

En el susurro del viento,
escucho nuestras promesas,
y en la distancia que nos separa,
percibo un cambio que avanza y pesa.

Podría escribir mil y un poemas,
pero ninguno podrá capturar con certeza
lo que tú me enseñas.