Un hasta pronto y no un adios.

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Espero que esto sea solo un hasta pronto y no un adiós.

Quizá no fue nuestro momento, pero quiero que tengas presente que estos meses juntos han sido determinantes en mi vida. Gracias por todo lo que me demostraste y enseñaste. Por ti, volví a creer en muchas cosas. Me escuchaste en mis peores momentos, y no sabes cuánto te agradezco por eso. No quiero que te sientas culpable de nada; las cosas pasan por algo. Tal vez llegaste para enseñarme algo que aún no descubro.

Recuerda cómo comenzó todo en junio, cuando te escribí sobre mi deseo de pasar muchos meses a tu lado. Si alguna vez sientes mi ausencia, lee cada capítulo como si estuviéramos viviendo ese momento juntos. Guarda aquel llavero que compraste como un símbolo de que las cosas pueden intentarse de nuevo en otro momento. Descubrí que mis ojos se dilatan cuando pienso en ti, y mi papá aún me pregunta por ti, y no sé qué responderle. Me dará miedo visitarlo los viernes, imaginando que te veré y no sabré cómo reaccionar.

Voy a extrañar tu presencia en mis días, contar contigo lo que con nadie más me he atrevido a decir. Gracias por todo, pequeña. No quiero que te sientas mal, al contrario, disfruta el tiempo que ahora tienes libre. Persigue tu meta de ser dentista en la BUAP, disfruta la música como a ti te gusta, maneja la Run Run como solo tú sabes. No te vayas a caer cuando revises el tinaco y no te sientas mal si te comparan con alguien; todos somos diferentes y eso nos hace únicos.

Recuerdo la primera vez que escuché tu voz y lo que sentí, reír juntos aún siendo prácticamente desconocidos. Aquella madrugada haciendo la tarea de Pastrana a último momento, como siempre hacía, los malos hábitos me cobraron factura tarde o temprano. La primera película que vimos juntos, cuando veía tu serie favorita en mis tiempos libres, Más allá del jardín. Cuando intentamos ver tres veces ABC del amor y te quedabas dormida. Tantos momentos lindos que los tengo presentes. Te esperaré como Manolo a María. Veré el billar con nostalgia, recordando esos momentos de plato y jugar Uno, y cómo te enojabas cuando te ponía todas mis cartas.

Aún recuerdo cómo tu voz me hace olvidar todo lo malo, y tus ojos me transportan a un lugar donde solo existe la felicidad. Los brillos de tus ojos siempre iluminaban mis días, incluso en los momentos más oscuros. También pienso en nuestras charlas sobre películas de romance, flan napolitano y leches Santa Clara de moka, que siempre me arrancan una sonrisa. Por cada gota de lluvia que caiga, recordaré cómo cada instante contigo ha dejado una huella imborrable en mi corazón.

Gracias universo por concederme mi deseo de año nuevo. Quiero que aquella salida por el Dickery que nunca se hizo la lleguemos a tener, aquella date pintando mini lienzos la lleguemos a tener, aquella tarde haciendo el flan napolitano que tanto te gusta la podamos realizar.

Quiero seguir llenando este libro con más capítulos. Quizá sea en otro momento, pero no quiero que sea el final de nuestra historia.

Sigue siendo aquella niña que me enamoró. Te quiero, Larichita.

Hasta pronto...

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⏰ Última actualización: Nov 17 ⏰

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