XV(³/³)

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Los días pasaron.

¿Señales de Rodrigo? Ningunas.

Pero me empezó a importar menos, cuando me di cuenta de que él podía vivir tranquilo con mi ausencia.

Por otro lado, finalmente estaba allí, esperando que llamaran al número del avión para irme, a uno de mis lados estaban Juan y Ari, también había invitado a Rivers, quien se convirtió en mi mejor amiga en poco tiempo, seguidos de muchísimos estudiantes, y a mi otro lado, estaba Fabián seguido por muchos más estudiantes.

Suspiré y miré hacia un punto fijo, preguntándome si esta era una buena decisión.

—¿Preocupada? —Dijo Fabián. Yo solo asentí, agarrándome la cara.

—Vos no te preocupéss, tomalo como un viaje normalito. —Dijo imitando el acento argentino, lo miré mal y él solo se echó a reír. —¿Qué? ¿A poco me sale mal el acento? —Dijo y rodé los ojos sacándole una carcajada, pero tenía razón, no le salía tan mal. Por otro lado, yo no pensaba forzarme a hablar así.

Finalmente nos llamaron, y todos se levantaron, mi corazón se aceleró, así que aproveché para abrazar muy fuerte a Juan y a Ari, quienes hicieron lo mismo.

—Promete que nos llamarás, cada vez que tengas tiempo. Te amamos, recuérdalo siempre, te apoyamos en todo. —Dijo Ari sonriéndome con lágrimas en sus ojos, y me reí al escucharla susurrar ”Crecen tan rápido”. Luego me acerqué a Juan y me abrazó por los hombros.

—No te olvides de nosotros, chamaca miada. —Dijo separándose y señalándome con la ceja levantada, yo solo asentí y me acerqué a Rivers, quien me esperaba de brazos abiertos, la abracé fuertemente y ella se echó a reír.

—Ay, wey. Me vas a apachurrar, a poco me quieres matar? —Yo me reí y asentí dándole la razón.

—Sip, es que solo yo puedo ser tu mejor amiga. —Nos reímos.

—Te extrañaré.

—Yo igual. —Nos miramos sonrientes.

—Hablaré con JuAnito, para que los tres vayamos a visitarte en tus vacaciones. —Dijo y yo asentí con emoción.

Miré la hora, se me hacía muy tarde, por lo que simplemente, me despedí una última vez y me alejé halando mi maleta, con lágrimas en los ojos, dispuesta a dejar mi hogar, el país que me vio crecer.

Entregué mis maletas y entré al avión, me senté junto a la ventana por suerte, y observé a Juan y Ari, mirando el avión hasta que despegara, Rivers ya se había ido porque tenía que hacer directo.

Sonreí entre lágrimas, y suspiré al sentir darme cuenta de que no faltaba nada para que despegara.

Una chica se sentó a mi lado, y me saludó con una sonrisa, hice lo mismo.

—¿Quién vino a despedirse de ti? —Preguntó para sacar un tema de conversación.

—Mi hermana, mi cuñado y mi mejor amiga. —Dije sonriendo al recordar la despedida. Hasta Alex me había mandado—Y tú?

—Mis padres y mi novio. —Dijo sonriente.

El resto del viaje, terminó contándome casi toda su vida. Hablaba demasiado, pero a mí no me molestaba escucharla, después de todo no tenía nada que hacer durante las próximas horas.

Terminó contándome su tan ”hermosa” historia de amor, que de hecho me pareció un poco(demasiado) tóxica, pero la dejé hablar, no había pedido mi opinión. Resultó que su nombre era Miriam y que tenía un novio tóxico que le prohibía casi, casi hasta respirar, pero que ella veía como algo muy normal. Sus padres tenían mucho dinero y no le prestaban atención.

Me sentí mal, así que en un momento, cuando por fin terminó de hablar, estaba todo en silencio, su mirada estaba ida, y las comisuras de sus labios decayeron.

Me di cuenta de que su forma de evadir las cosas, era hablando demasiado, por más molesto que fuera, a ella eso le hacía olvidar lo horrible que era su vida.

Me acerqué a abrazarla, y eso hice, ella se quedó quieta unos segundos pero rápidamente me abrazó con fuerza y comenzó a llorar en silencio.

Lloró durante horas, hasta que finalmente se durmió en mi hombro, yo estaba cansada, así que solo recosté mi cabeza en la suya y me dormí.

En resumen de lo que pasó después, Miriam no paraba de seguirme a todos lados, le gustaba ir conmigo a todas partes y contarme miles de cosas que le gustaban, incomodaban, etc.

Luego nos dieron las llaves de los dormitorios, y a último momento me enteré de que eran dormitorios compartidos.

Suspiré resignada, y al llegar a la puerta del dormitorio, me encontré con dos escaparates, entré cerrando la puerta y dejé mi maleta sobre la cama.

Desempaqué las cosas, y casi grito cuando escuché a alguien salir del baño, era una chica de cabello rojo, facciones delicadas que tenía los brazos repletos de tatuajes que escondía con camisas de mangas largas.

—Hola. —Dijo y me quedé en silencio admirándola.

—H-hola... —Dije nerviosa y tragué con fuerza.

Dos chicas más entraron por la puerta, entre esas estaba Miriam, quien al verme se sentó rápidamente a mi lado y me abrazó.

Casi me vuelvo loca al darme cuenta de que éramos cuatro personas en la misma habitación, dos baños, nada de privacidad y un montón de costumbres distintas que probablemente harían que no nos lleváramos bien.

Suspiré y cerré mis ojos, preparándome mentalmente para todas las inconformidades que tendríamos a costa de todo esto.

Lo último que supe fue que las otras dos chicas se llamaban Laura y Salomé.

¿No había posibilidades de arrepentirme y volver?

Bueno, era el primer día, no podía dejarme influenciar de la primera impresión, ¿no? Seguramente todo cambiaría con el tiempo, o eso esperaba.

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HOLIII

¿Cómo están? Los extrañé un montónnnn

Están preparados para lo que viene?

Os amooo, no se olviden de votar por esta hermosa historia de amor!💕

Mucho besos y muchísimos abrazos💕

Bye, bye, amores💕

Esa es la manera en la que te amo | Rodrigo Carrera × Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora