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—¿S-sí? —Dije totalmente nerviosa.

—Olvídate, solo me recordás mucho a una personita. —Dijo y me sonrió. —Mucho gusto, Isabella. Yo soy Rodrigo, pero todos me dicen Carre.

Spreen apareció por detrás y lo golpeó, este se quejó y lo miró con molestia, comenzaron a insultarse y yo no pude evitar reírme. No pude evitar ponerme a pensar en lo que había dicho Rodri. No me había reconocido porque llevaba gafas de sol negras y tapabocas del mismo color, pero lo habría hecho si no los tuviera. Suspiré, y entré nuevamente sin que ellos lo notaran, en otro momento tendría otra vez la oportunidad de escapar de este lugar. Busqué a Ari por todos lados y no la encontré, así que me senté cerca de un mini bar que había por ahí, casi a mi lado, y comencé a mirar mi celular con aburrimiento.

Finalmente lo solté y me estiré sobre el sillón.

—Se re ve que estás re cómoda, boludo. — Se rió.

¿No puedo estar tranquila sin al menos cinco minutos de relajación? A este paso moriré de un infarto.

Lo miré y me quedé en silencio, no sabía que decir.

—¿Te comieron la lengua los ratones, o es que mi belleza celestial te cautivó?

Yo diría que la segunda.

Yo simplemente rodé los ojos, pero no lo vio y se quedó en silencio.

—¿Hasta cuando planeás quedarte callada? —Siguió insistiendo.

Lo miré durante algunos segundos, me estaba mirando directamente, y sentí como la piel se me ponía de gallina, ¿Debería decirle quién soy?

—Está bien, no hablés. Total, puedo hablar solito, lo hago todo el tiempo. —Se cruzó de brazos y volteó molesto hacía otro lado.

—Veo que no cambiaste nada, Rodri. —Dije entre carcajadas, que se detuvieron en seco.

¿Lo dije o lo pensé?

—¿Cómo sabés mi nombre? —Preguntó con una sonrisa divertida. —Sos mi fan, ¿No? Te entiendo, yo también soy mi propio fan, entenderé si me pedís un autógrafo.

Lo miré mal, pero en el fondo agradecí el hecho de que no me reconociera ni con eso.

—Ya quisieras. —Dije.

Nos quedamos en silencio viéndonos, estaba nerviosa porque me miraba con mucho detalle. Acercó su mano a mi rostro, a punto de sacarme los lentes, y cuando casi lo logró, llegó Spreen.

—Pará, loco. Tan rápido te la chamuyaste? —Se burló Spreen sentándose frente a nosotros. —No se los recomiendo acá, todos los pueden ver, y si no quieren formar polémicas, deberían irse a otro lugar, qué sé yo.

Rodri le sacó el dedo y la lengua, tenía un leve rubor en las mejillas, y yo también, mucho más intenso, pero nadie lo notó, y se lo agradecí al cielo.

—Bueno, yo ya me voy... Tengo que... Hacer unas cosas, sí. Unos pendientes, ahí.

Me miraron cómo si fuera súper extraña, y cuando les di la espalda casi salgo corriendo. Entré al baño y toqué mi pecho, estaba acelerado. Entré a un cubículo, me encerré y me senté sobre el inodoro. Me saqué las gafas y el tapabocas y me agarré la cara con frustración.

Había hablado con él, no me reconoció, pero... Todo lo que siento cuando me habla, cuando me mira. Nada de eso es normal, en el fondo me alegra demasiado volver a verlo, pero luego pienso en mí y en todo lo que hice para olvidarlo, verlo hizo que todo avance desapareciera. Todavía lo amaba, todavía me gustaba, todavía seguía ahí, en el mismo lugar dentro de mí corazón.

Suspiré, y salí del cubículo, me miré al espejo, mis ojos cristalizados, mi pelo desordenado. Me veía mal, me asustaba que solo verlo y hablarle me pusiera de esta manera.

Me arreglé un poco el cabello, tomé papel, sequé mis lágrimas y suspiré. Me coloqué el tapabocas y olvidé los lentes, salí del baño, y me di vuelta hacia la salida. Miré hacia los lados, y al no ver a nadie corrí fuera del aquel lugar, no dejé de correr hasta estar lo suficiente lejos, y me quité el tapabocas para respirar mejor, tomé un taxi y me dirigí al hotel.

Cuando llegué me tiré a la cama de mi habitación, comencé a moverme por todos lados nerviosa, no sabía que pensar, había sido un día muy movido, había sentido muchas cosas al mismo tiempo y eso me había cansado, así que inevitablemente, me dormí, lo necesitaba.

Eso era lo único que me ayudaba a no pensar en aquel hermoso chico.

Ignorando el hecho de que si no pensaba en él, soñaba con él, que era muchísimo peor.

Vaya mierda, no sé qué es lo que haré.

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Hola, hola, mis amoress

Un poco corto el capítulo, porque tuve un día muy ajetreado, así que hice este como para salir de eso. Lo hice casi como de relleno pero le agregué un poquitín de emoción.

Espero que les haya gustado, nos vemosss

Os quiero, mis amores, los veo en el siguiente capítulo de esta linda historia, no olviden votar la historia, me ayuda bastante.

Sin nada más que decir, hasta luego, os amo💓

Esa es la manera en la que te amo | Rodrigo Carrera × Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora