XXX

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Rodrigo

Traté de llegar lo más rápido que pude, la sangre me hervía bajo la piel, podía sentirlo, pero no planeaba formar un escándalo. Al menos, no por ahora.

Cuando la divisé de lejos, envuelta en una polera, y sus labios temblorosos por las lágrimas y el frío, me acerqué corriendo. Antes de que pudiera tan solo darse cuenta de que era yo, la abracé con fuerza, aunque no era tan alto, ella era unos centímetros más baja que yo.

El olor a vainilla de su cabello impregnó mis fosas nasales, y el tan solo hecho de tenerla así entre mis brazos me hacía perderme en no sé dónde.

Tenía razón, sabía que verla llorar me desmoronaría por completo, sus sollozos llenaban por completo el silencio de la fría noche, no nos importaba en lo más mínimo la hora que fuera, todo entre nosotros no tenía límites y eso me encantaba.

Caminamos juntos unos cuantos metros hacia mi auto, ella iba pegada a mi brazo mientras de vez en cuando sonaba su nariz contra las mangas de su polera.

Fuimos rumbo a mi casa, el silencio se adueñó del momento durante todo el camino, y cuando finalmente llegamos a mi casa, la observé con tristeza, viendo cómo se tiraba en el sofá y seguía llorando. Me senté a su lado, y acaricié con suavidad su cabeza, escuché inentendibles quejidos de su parte que solo hicieron que mi odio por cierta persona aumentaran.

Cuando finalmente se levantó y me miró, con sus ojos levemente hinchados y su boca formando un puchero comenzó a quejarse.

—¿Por qué me engañó? —Pausó con tristeza. —¿No fui suficiente?... ¿Pedí mucho a cambio? —Preguntó tapándose la cara con las palmas de las manos, apreté con fuerza mis manos, y luego suspiré, tomé con suavidad sus manos quitándolas de su cara, la miré, esperando que ella también lo hiciera.

—Escuchame, ser infiel no es una equivocación es una decisión, que él no se haya dado cuenta de lo buena y suficiente que sos, es su problema. No pediste mucho a cambio, porque era lo mínimo que te merecías de su parte, flaca. ¿Cómo se te ocurre pensar siquiera de esa manera? Sos mucho ambiente para eso. —Tomé su cara entre mis dos manos, dirigiendo la yema de mis dedos pulgares hacia sus ojos, limpiando con dulzura sus lágrimas, así como ella lo hizo conmigo alguna vez. —No sigas llorando más... Verte llorar me desmorona por completo. —Confesé, la vi limpiarse las lágrimas, me sonrió un poco, algo que me puso contento. —No vamos a seguir pensando en esa poronga, hagamos algo, vos tenés sueño? —Cuestioné, sonreí al verla negar. —Perfecto, vamos a hacer como... una pijamada.

—¡Va, amo las pijamadas! —Sonreí sin mostrar los dientes, viendo cómo se limpiaba rápidamente las lágrimas que quedaron húmedas por sus mejillas y se levantaba, sabía que las amaba. —Yo hago la comida. —Dijo, corriendo rápidamente hacia la cocina.

Yo, mientras tanto, organicé el lugar donde dormiríamos, preparé algunas opciones de películas y algunas mascarillas que compré para videos de skincare que nunca hice.

Minutos más tarde, apareció con una bandeja llena de comida chatarra y palomitas, la miré con sorpresa.

—Te vas a comer todo eso?

—Nos, vamos a comer todo eso. —Corrigió, recalcando suavemente el ”nos”. Me reí.

La ayudé a organizar la comida de tal manera que no hiciéramos tantas migajas, y cuando por fin todo estuvo listo, la pijamada comenzó.

No podía contarle en ese momento, sería demasiado idiota de mi parte confesarle mis sentimientos en un momento de dolor para ella, por más que quisiera decirle absolutamente todo, podía esperar mil años si era necesario con tal de que ella se sintiera cómoda.

Yo realmente amaba nuestra relación, sentir que con ella podía ser yo mismo, con ella no me sentía juzgado, y sabía que entre nosotros no existía ningún tipo de engaño. La amaba, y saber que ella a mí, aunque no de la misma manera que yo, ya era mucho más que suficiente para mí.

La vi recostar su cabeza en mi hombro, comencé a acariciar su cabello, suspiré con suavidad para que ella no se diera cuenta de lo acelerado que estaba mi corazón con tan solo tenerla cerca, si no fuera porque se alejó, lo más posible es que mi corazón habría salido de mi pecho para decirle todo lo que sentía por ella.

—Oye, Rodri. —Me llamó, pasando la película, así que la miré, prestándole completa atención.

—Decime —La miré, expectante.

—¿Qué era lo que querías decirme? —Preguntó con curiosidad. Yo simplemente me mordí el labio inferior con nervios, sabía que en cualquier momento me lo preguntaría.

—No puedo decírtelo, Al menos, no ahora. —Confesé. Observé su rostro confundido.

—¿Por qué o qué? —Preguntó acomodándose.

—Porque no es un buen momento para que te lo diga, entendés? —La miré, suplicando que no siguiera preguntando. Agradecí mucho cuando la vi encogerse de hombros y despausar la película. No era un buen momento.

Pasó como más de media hora, y mientras veíamos la película apareció una escena romántica, de esas donde la chica por fin se da cuenta de que el chico del que obviamente está enamorada tenía razón cuando dijo que todo era mutuo. Irónico, ¿No? La confesión de amor llegó, ella lo persiguió antes de que se fuera y le confesó sus sentimientos. No pude evitar reírme cuando escuché los sollozos de Bella a mi lado cuando se besaron.

Minutos más tarde la película terminó, y mientras yo me levantaba a tirar toda la basura, sentí como la mano de Bella tomaba mi muñeca para detenerme antes de que me fuera. La miré confundido, ella ya se había limpiado las lágrimas y me pidió que me sentará, algo que hice.

Al sentarme la miré expectante, sus suspiros solo me ponían más nerviosos y darme cuenta de que no era capaz de mirarme me ponía mil veces más nervioso de lo que estaba ya.

—Rodri... —Pausó, pensando si decírmelo o no. —Lo recuerdas, no es así? —Preguntó, mirándome.

¿Debería mentirle?

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HOLA, HOLAA

Ya me quitaron el castigoooo, upaaa. Voy a estar mucho más pendiente. ¡Mañana cumplo años! Y me regalaron el piercing del labio! mañana voy a subir un especial con la condición de que ustedes me feliciten, va? Los amo un montón, gracias por ser tan pacientes conmigo, sus comentarios realmente me alegran el día, cuando subí está historia nunca pensé que la continuaría porque pensé que no se haría famosa, pero ya casi llegamos a las 10k de lecturas 🫂😓

Os amooo, no se olviden de votar por esta hermosa historia de amor! 💕💕

Esa es la manera en la que te amo | Rodrigo Carrera × Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora