III

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Entré al cuarto de Ari, estaba en directo por lo que llamé su atención. Me miró y pausó lo que sea que estuviera haciendo, con confianza me acerqué y saludé a la cámara.

—Hola, hola —Dije sonriente, luego miré a Ari y le susurré. —Voy a salir, ¿Me prestas esa falda tuya que tanto me gusta?

Ella asintió y me sonrió, antes de irme besé su mejilla y me dirigí a su clóset de donde saqué una falda beige y luego salí del cuarto, directo al mío.

Últimamente estaba saliendo mucho más, y de hecho, lo hacía a propósito. Sentía que les quitaba mucho tiempo de pareja a Juan y a Ari, por lo que, salía con más frecuencia, así les daba mucha más privacidad. Incluso, a escondidas estaba ahorrando para alquilar un apartamento.

Llegué a mi cuarto y me cambié, me solté el cabello, me acomodé el flequillo, me vestí y salí directo al centro comercial, tenía ganas de antojarme de cositas por ahí.

Llegué y entré a mi tienda favorita de ropa, me probé algunas cosas y salí con dos bolsas, no pude resistirme sinceramente, entré a un café cerca y me senté en una mesa observando mi celular, estaba viendo las historias de Taylor Swift donde anunciaba el inicio de un nuevo álbum, inevitablemente solté un chillido. Rápidamente me coloqué los audífonos y comencé a escuchar su música.

Trajeron mi café y me fui, mientras cantaba cada una de las canciones que se reproducían de su playlist.

Terminó de sonar: ”You Belong With Me”, y ”Minina” comenzó a reproducirse, me detuve en seco al escucharla, agarré mi celular y con rapidez la salté, no quería escucharla.

Llevaba siete años evitando cualquier tipo de contacto con Rodrigo, me enteré de su fama, pero no quería saber nada de él, nunca miraba sus directos, ni sus videos, no sabía nada de su vida, más que había conseguido el éxito mediante varios videos y que era conocido en redes sociales como ”Carreraaa”. Sabía que verlos eliminaría cualquier tipo de avance que hubiera logrado con el tema de olvidarlo, que ya no tuviéramos contacto no significaba que yo ya lo había olvidado.

Había perdido contacto desde que mi antiguo celular se quebró y perdí a cada uno de mis contactos, realmente no sabía si él habría seguido escribiendo, y si sí, ¿Qué habría pensado de eso?

Suspiré con tristeza y nostalgia al recordar nuestro primer beso, nunca pude disfrutar aquello cuando pasó, y a veces trataba de recordar como era el sabor de sus labios.

Estaría mintiendo si dijera que el proceso para olvidarlo a hecho efecto estos siete años, porque lo único que he hecho es reprimir todos esos pensamientos y sentimientos, intenté salir con muchas personas durante todos estos años, pero nunca pasaban de los tres meses, admito que estuvo mal intentarlo con otras personas cuando aún tenía a aquel chico de rizos en mi corazón, pero tenía que buscar cualquier manera para sacarlo de mi cabeza, estaba desesperada.

Llegué a tal manera de que mientras me besaba con un chico en una antro, terminé susurrando el nombre de Rodrigo, y fue sumamente vergonzoso.

Llegué finalmente a casa después de caminar durante horas intentando nublar mi mente, claramente fue imposible, pero ya no me sentía tan triste. Entré y me dirigí a la habitación de Ari, donde se suponía que estaba en su setup, no estaba allí por lo que me acerqué a la puerta de una de las habitaciones donde dormía con Juan. Entré no sin antes tocar la puerta, y la encontré en su celular acostada sobre la cama.

—Hola, hola. Ya llegué, vine a avisarte.

—¡Dios, estás súper mojada! —Dijo levantándose y acercándome una toalla que tomó de una mesa.

Esa es la manera en la que te amo | Rodrigo Carrera × Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora