XXV

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Isabella

¿En serio estaba a punto de besarme?

Lo necesitaba, en serio moría por volver a sentir el sabor adictivo de sus labios, moría por ser algo más que su mejor amiga, ¿en serio iba a besarme?

Y cuando creí que por fin lo haría, su celular vibró, despertándonos del sueño a los dos, él se alejó, y rápidamente quitó las manos de mi cintura, yo me alejé unos pasos por instinto.

Alex...

—Lo siento, es... mi novia. —Terminó de decir y yo asentí con el corazón adolorido, se alejó unos pasos para que no lo escuchara y yo me senté en la fuente reteniendo las ganas de llorar, miré al gatito en mis brazos, intentando concentrarme mejor en encontrarle un nombre, era blanco con manchas negras, sonreí al darme cuenta de que tenía un lugar con forma de corazón cerca de su osico, era realmente muy lindo.

—¿Pero qué nombre te pondré, cosita? —Le pregunté, como si fuera a responderme. —Eres macho, no?... —Pregunté, confirmándolo. —Qué tal... Manchas? —Pregunté y como si pudiera escucharme maulló en negación. Lo pensé mejor y sonreí al sentir que había encontrado el nombre perfecto. —Te parece... Nino? —Pregunté, y sonreí al ver al gatito mover suavemente la cola. —Nino será. —Le susurré, volviendo a colocarlo contra mi pecho al darme cuenta de que Rodri se acercaba, se veía molesto.

—Debo irme, adiós, Bella. Pídete un Uber, luego te transfiero. —Dijo envolviéndome en un abrazo, acarició a Nino y le sonrió, luego sin dejarme despedirme, se fue a paso rápido, suspiré, sintiéndome molesta, porque esperaba que me acompañara hasta el dormitorio.

No quise tomar ningún Uber, no me alcanzaba el dinero para pagar uno, y solo cuando estuve muy cansada y mis pies no daban para más, me aseguré de estar cerca para pedir un taxi y llegar al dormitorio, así pagando menos cantidad de lo que pudiera haber sido inicialmente.

—¿En serio iba a besarme, Nino? Tú lo viste, crees que lo hubiera hecho si no lo hubiera llamado su... su novia? —El recién mencionado maulló. —Lo sé, no iba a hacerlo, él tiene a su novia y yo tengo a mi novio, ya no existe futuro para nosotros, tal vez solo estemos destinados a ser mejores amigos.

Me obligué a pensar en que, tal vez nos dejamos llevar por la tensión del momento y casi cometemos un error del que obviamente nos arrepentiríamos profundamente en el futuro, así que ninguno tenía la culpa.

O al menos, yo sí me dejé llevar por el momento... Creo.

Obvio que sí, yo tengo a Alex, y lo amo, él a mí... Nos amamos, ¿No?

Aunque claramente, después de todo lo que había estado pasando con eso, lo dudaba mucho, no respondía mis mensajes y si lo hacía tardaba como mínimo unas cuatro horas, excusándose en que estaba ocupado, pura mierda.

Suspiré molesta, mientras acariciaba suavemente a Nino, quien yacía dormido sobre mi regazo. Finalmente, llegamos y lo escondí en mis bolsillos, logrando burlar a la seguridad subí al dormitorio.

—Chicaas~ —Dije mientras entraba, todas las presentes me miraron y me saludaron. —Traje una sorpresita. —Dije sacando a Nino de mi bolsillo y enseñándoselos. —Saluden a Nino. —Conté, moviendo la patita de Nino, simulando que las saludaba.

Todas emocionadas se acercaron y me lo quitaron de las manos, acariciándolo y mimándolo. Sonreí ante la escena y preparé el baño para lavarlo.

—No, no, no! Yo lo hago, yo quiero hacerlo! —Dijo Miriam tomándolo y entrando con él al baño, seguida de Laura que de igual forma se ofreció a ayudarle.

Negué divertida y me tumbé en la cama de Salomé, mi celular vibró en mi bolsillo, así que lo tomé, sorprendiéndome al darme cuenta de que era una llamada de Rodri.

—Bueno? —Contesté.

—Hola... ¿Cómo andas? ¿Por qué no respondés mi mensajes? Te estaba preguntando cuánto era lo del Uber.

Ahh, no te preocupes. No me fui en Uber, no tenía dinero para pagar uno. —Conté, mientras miraba una parte del techo.

No me digás que te fuiste a pie todo eso, boluda...

—No fue todo el camino, pero sí casi todo, pero no te preocupeees, ya me hacía falta ejercicio. —Dije intentando eliminar la tensión del momento.

Vos creés que eso me calma? Pero que pelotudo que soy, perdonáme... Es que... Me surgió un coso ahí y tuve que irme, realmente lo siento, boluda. —Dijo apenado, yo solo suspiré rendida.

—No pienses más en eso, no me jode. Más bien hablemos de otra cosa.

—¿Cómo qué? —Cuestionó, yo solo hice el típico: ”Mmm”.

—¿Qué tal... de lo que pasó? —Dije, arriesgándome.

Oh... Por eso, ah, eh... —Lo interrumpí.

—No te preocupes, sé que nos dejamos llevar por la tensión del momento, solo imagínate si hubiera pasado! ¿Qué sería de nuestras relaciones, tú amas a tu novia, y yo... —Pausé dudándolo. —Y yo amo a mi novio. —Dije un tanto insegura, algo que no pasó desapercibido para Rodri, pero se quedó en silencio.

Ah... Sí, eso. —Se rió amargamente, y yo confundida fruncí el ceño, no esperaba esa respuesta. —Bueh, cuándo volvemos a quedar? —Dijo intentando cambiar de tema.

—Los fines de semana tengo tiempo de sobra, recuerda que estoy bien pinche ocupada con la uni, ay no, que horror. —Respondí quejándome.

No te preocupés por eso, boluda. Que cuando salgas de ahí, yo te mantengo. —Nos reímos al unísono.

—A poco sí, mi Rodri?

¿No me creés? Ya verás que sí. —Dijo, y su tono de voz me dejó saber que estaba sonriendo, algo que me contagió de tan solo imaginarlo. Comencé ansiar estar allí, solo para poder apreciar su sonrisa.

—Pero, cómo harás? Tipo, si tú sigues con tu novia, en serio crees que le agrade esa idea? —Se quedó en silencio, pensó, pensó y pensó y luego respondió.

No creo durar tanto con ella, si te soy sincero. —Dijo, e inevitablemente mi corazón saltó de alegría, provocándome una sonrisa genuina que de cierta forma me hizo sentir mal, porque no podía sentirme feliz con la desgracia de otro.

—¿Por qué o qué?

—Unos temitas, ahí. —Respondió, restándole importancia, entendí que no quería hablar sobre eso, así que no volví a preguntar.

—Entonces si quedamos el fin de semana? —Pregunté insistente.

Eso no se pregunta, obvio que sí, boluda.  —Sonreí inconscientemente. Solo él era capaz de causarme tantas sonrisas en una sola hora.

El resto de la tarde, nos la pasamos hablando, hicimos videollamada y le conté sobre Nino, y su nombre. Amaba pasar tiempo con él, más bien, lo amaba a él.

Solo que yo no quería aceptar ese hecho, no podía hacerlo, después de todo, yo amaba a alguien más, y Rodrigo siempre sería mi amor platónico, aquel que nunca podría tener.

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Holaaa, ¿Cómo andan?

¿YO? Puesss... Ahí vamos, podría estar mejor, tengo unos temitas con un chico en mi cole, y wn, me tiene maaal

Lo que hace un hombre:/

En fin, os amoooo, no se olviden de votar por esta linda historia de amor! 💕

Esa es la manera en la que te amo | Rodrigo Carrera × Tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora