Capítulo 13. Xenophilius Lovegood

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Draco y Hermione supusieron que a Gia no se le pasaría del todo el enfado de la noche a la mañana, y su actitud del día siguiente confirmó sus sospechas. Pese al entusiasmo y arrepentimiento que su amigo le dedicaba, la muchacha se comunicaba con frialdad con él. Aun así, Draco decía que entendía la postura de la chica.

- Le perdonará porque es Gia - comentó Hermione -. Pero me gusta que se haga la dura.

- No puedo decir nada. Yo le mentí - replicó Draco.

- Pero lo hiciste con buenas intenciones. Eso es algo a tu favor - Draco le dedicó una sonrisa torcida.

- Aun asi, la entiendo. Nunca es fácil de digerir que le gustas a tu amigo y no puedes hacer nada por remediarlo.

Aun así, y animados por la reciente victoria contra el guardapelo, se dedicaron a debatir posibles ubicaciones de los otros Horrocruxes y, aunque ya habían discutido mucho sobre el asunto, Gia volvía a mostrarse esperanzada y esperaba que al primer éxito le siguieran otros. Aunque reacia, por la tarde, escuchó atenta como Ron les ponía al día sobre el mundo mágico.

- Estuvieron a punto de atrapar a Kingsley, ¿sabéis? - comentó Ron.

- ¿Lo dices en serio?

- Sí, sí, es cierto. Bill nos dijo que lo acorraló un grupo de mortífagos, aunque él consiguió escapar; pero ha pasado a ser un fugitivo, igual que nosotros. - Se rascó la barbilla con la punta de la varita, pensativo -. ¿Creéis que pudo ser Kingsley quien envió a esa cierva?

- Es un lince - le recordó Gia.

- ¿Y si hubiese sido Dumbledore? - los dos le miraron.

- Dejad de abusar de la multijugos. - dijo Draco con desdén. - Os afecta al cerebro y empezáis a decir chorradas.

- Albus esta muerto, Ronnie - dijo Gia. - Vimos como le mataban, los dos lo vimos. Y su patronus era un fénix.

- Pero los patronus pueden cambiar, como ocurrió con el de Tonks, ¿verdad?

- Sí, pero si Dumbledore estuviera vivo, ¿por qué no iba a dejarse ver y darnos la espada en persona?

- Ni idea, tía. Quizá por la misma razón por la que no te la dio cuando todavía vivía, o te dejó una vieja snitch y un libro de cuentos infantiles a Hermione. Lo único que tuvo sentido de esa herencia fue dejarle una casa a Gia.

- La cual es una pasada, todo hay que decirlo - comentó Draco.

- ¿La has visto? - preguntó Gia, y él asintió.

- La tienen vigilada, o al menos la tenían - le dijo con una sonrisa.

- ¿Y qué razón es esa? - preguntó Gia.

- No lo sé. - dijo Ron. - A veces, cuando estaba un poco deprimido, pensaba que Dumbledore se reía de nosotros, pero ya no lo creo. Él sabía que Malfoy no conseguiría matarle y que acabaría uniéndose a nosotros, y me legó el desiluminador por algo, probablemente porque sabía que yo os abandonaría.

- Mas bien debía saber que querrías volver - lo corrigió Gia - Y hablando de Dumbledore, ¿te has enterado de lo que dice Skeeter en su libro?

- ¡Oh, sí, la gente habla mucho de eso! Si la situación fuera diferente, sería una gran noticia que Dumbledore hubiera sido amigo de Grindelwald, claro; pero ahora sólo es motivo de regodeo para aquellos a quienes nunca les cayó bien el profesor, y una bofetada para todos los que pensaban que era muy buena persona. Pero yo no creo que haya para tanto. Dumbledore era muy joven cuando...

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