Escuché murmullos de voces suaves mientras rodeaba los oscuros pasillos sinuosos más allá del comedor. Todo estaba oscuro aquí. Sentí que el suelo bajo mis pies se inclinaba hacia abajo. Cuanto más caminaba, más profundo me encontraba en el vientre del castillo.
No había ventanas. No había luz disponible que me ayudara a guiarme. Tuve que usar mis manos contra la fría pared de piedra para saber que no chocaría con algo de frente.
Podría haber hecho surgir una llama, pero el vino había embobado mis sentidos.
Eso y la clara presencia de Jaehyun más adelante.
Quizás apenas había pasado un tiempo durante la ausencia de Jaehyun. ¿Me había rendido a mi propia impaciencia cuando él probablemente había regresado al comedor muy pronto?
Pero me quedé quieto mientras las voces se elevaban. Manteniendo mi respiración tan superficial como pude para no perderme ni una sola palabra.
-Estás fallando -dijo una voz joven y familiar-. No sería yo quien te lo recordara, pero fue tu propia petición, que te mantuviera a raya.
-Tu preocupación está fuera de lugar -respondió Jaehyun, su voz fue un gruñido
bajo.
-¿Lo está? Todos percibimos tu cambio de humor. Lo hemos presenciado lo suficiente; algunos incluso lo han experimentado para saber a dónde conducirá este camino.
Una mezcla de pasos y sombras en la oscuridad parecían vibrar. Froté mis ojos con la palma de mi mano. ¿Era por el vino?
-Han pasado años desde que me permití más de una palabra con la Reclamación. ¿No puede ser diferente este año?
-Simplemente te estoy recordando lo que has pedido. ¿O has olvidado el juramento que me hiciste tomar? -La voz se agudizó. El interlocutor sonaba tan joven, pero tenía mucho poder bajo su tono.
Jaehyun se detuvo en su respuesta. En mi lugar, escondido en la esquina del oscuro pasillo, podía imaginarlo dando vueltas con su dedo índice sobre su mentón.
-Todo termina de la misma manera, Jaehyun. Siempre será así. Y pasarás el siguiente año en el lugar oscuro que me hiciste jurar que te mantendría fuera.
-Hay algo diferente en él.
En mí.
-Si esto tiene que ver con Giselle...
Jaehyun emitió un gruñido bajo desde lo profundo de su garganta.
-Anda con cuidado.
-Aleja tus colmillos -dijo ella, desdeñosamente-. No pueden hacerme daño. Pero pueden lastimarlo a él.
Miré lentamente más allá de la esquina, con la esperanza de echar un vistazo al interlocutor cuando notaba haberla escuchado antes. Detrás de la puerta del dormitorio durante mi primera mañana aquí.
-Es inevitable. Por años hemos intentado romper esta maldición, sin embargo, siempre termina de la misma manera. ¿No puedo permitirme un año libre de buen comportamiento?
-Lo dices como si fueras un perro con correa, Jaehyun.
-¿No lo soy?
-Eres una bestia encerrada en una jaula. Y no hay nada que puedas hacer para salir de ella. No me interpondré en tu camino otra vez si este es el camino que deseas elegir con él. Me pediste esto, y sabía que llegaría el momento en el que te resistirías. Solo debes saber que no apareceremos para ti cuando la cuenta sea saldada, y la sangre caliente tu vientre. Puedes lidiar con las consecuencias por ti mismo esta vez.