Capítulo 22| Ángeles

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          Parte 1/2
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Ava

Todo el mundo dice que, si te acostumbras todo será más fácil.

Y... puede que tengan razón.

Las manecillas del reloj no se detenían permitiendo que los días pasasen sin detenerse mientras que Noah Caleb y yo conviviámos bajo el mismo techo.

Sinceramente, no pensé que vivir junto a Caleb sería tan bueno. Era como estar en un sueño solo para escapar de la cruda realidad.

Ya habían pasado un par de semanas desde el día en que había sacado a mi hermano de aquel horrible lugar y algunas cosas habían cambiado y pasado.

Desde el momento en que Noah y mi compañera de trabajo Nora se habían conocido no habían dejado de verse y enviarse mensajes de texto, de echo, ella venía casi todos nuestros días de descanso a visitarnos— en sí, solo a visitarlo a él— haciendo que nuestra relación de amistad se fortaleciera aunque no demasiado como para contarnos la vida de la otra, solo era una linda amistad.

Quizás las amistades sin demasiada confianza son más duraderas, si la otra persona no sabe demasiado sobre ti es más difícil que te joda.

También, April y yo habíamos intentado una vez más reconciliarnos como si fuéramos una pareja que a pasado por más de tres divorcios.

Aún recuerdo cuando estaba haciendo un intento de cocinar y mi teléfono comenzó a sonar resultando ser ella:

—Hola— contesté queriendo sonar cortante aunque logré sonar más triste que cualquier otra cosa.

—Emm... hola— sonaba indecisa, como si se hubiese replanteado demasiadas veces el llamarme o no.

April podría ser la única de las dos que estudió psicología pero,

Ninguna psicológa me llegaba a los talones si se trataba de darle terapias personales a mi mejor amiga.

¿Puedes hablar?

—Supongo.

Suspiró sin poder contenerse.

—Mira, sé que nuestro último encuentro no fue de lo mejor.

—No me digas— ironicé.

—Y que estuvo mal que Dereck haya echo esto— continuó ignorándome— pero por eso no vamos a dejar de ser mejores amigas ¿no?

Guardé silencio, ella soltó un bufido a través de la línea.

—Nos sentimos solos sin ti.

¿Era idea mía o eso sonaba a una mentira para convencerme?

Estaban perfectamente sin mí.

O al menos yo pensaba eso ahora mismo.

—Claro— dije intentando resistirme.

—Además, todo se puede resolver si te portas bien y esperas.

Sus palabras provocaron que me sintiera culpable.

¿Acaso era culpa mía?

Apreté la mandíbula guardando silencio.

—¿Estamos bien?— dijo después de unos segundos sin decir nada.

Valla, una disculpa no habría estado mal.

—Supongo— dije con un mejor tono aunque mi mente aún seguía sobrepensando.

Pero, ¿que iba a hacer?

Si ella o el par de amigos que tenía se iban me iba a quedar sola... por eso me veía obligada a disculparla sin que siquiera pidiera perdón o me hiciese sentir culpable.

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