Hermione enojada

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Señorita Hermione.

¡Buenos días, linda! Que te vaya bien en los exámenes. :)

Te ama, A.K

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La victoria de los Slytherins no paso para nada desapercibida durante los siguientes días. Aliyah estaba algo agotada con las continúas felicitaciones apenas caminaba en los pasillos, y los exámenes que se aproximaban como rayos.

Los alumnos de quinto año, después de comer, entraron en la pequeña cámara que había junto al Gran Comedor, donde tenían que esperar a que les avisaran para poder hacer el exámen práctico. Los llamaban en pequeños grupos y por orden alfabético, y Aliyah estaba desanimada porque su apellido estaba entre los primeros. Los que se quedaban atrás, murmuraban hechizos y practicaban los movimientos de varita.

De pronto, la ojigris escuchó su nombre.

— Black, Aliyah; .... — avisó el profesor Flitwick, mientras seguía dando nombres, pero Aliyah no los escuchó.

— Desearía haberme cambiado el apellido a Zabini, Blaise. — se quejó la Slytherin con malhumor.

— Pues ya ves, te pasa por no aceptar. — soltó el chico moreno con una sonrisa divertida.

— El profesor Tofty está libre, Black. — le avisó Flitwick, y Aliyah caminó hacía el otro profesor, que estaba sentado detrás de una mesita, a escasa distancia de la profesora Marchbanks.

— Black, ¿verdad? — preguntó Tofty al ver acercarse a la ojigris. —. ¿La próxima heredera de los Black?

— Sí. — se limitó a decir, observando la habitación con algo de incomodidad.

— Eso es — dijo Tofty con su temblorosa voz. —, no tienes por qué ponerte nerviosa. Bueno, me gustaría que tomarás esta huevera y la hicieras dar unas cuantas volteretas...

La ojigris salió del exámen bastante conforme, ya que todos los hechizos los hizo a la perfección.

El día paso bastante pesado y la Slytherin tenía ganas de tirarse de la torre de Astronomía. Al momento de cenar, caminó hacía la mesa de los leones, para buscar palabras de consuelo de Hermione.

Al sentarse a su lado, la vió más agotada que de costumbre.

— Por Salazar — exclamó Aliyah al ver a la Gryffindor. —. Pequeña cerebrito, estás hecha un desastre. Uno muy lindo, pero un desastre.

La castaña se limitó a reír un poco y seguir comiendo.

— Mañana tenemos un exámen de Transformaciones. — le comentó Ron, que al igual que Hermione se veía bastante agotado.

— Y Hermione está hecha nervios. No paraba de repetirnos sobre en lo que pudo haber fallado después del exámen. — añadió Harry, comiendo cereales.

— Por Merlín... Linda, deberías descansar un poco... — soltó la Slytherin, acariciando la mano de Hermione.

— Lo haré — le afirmó la Gryffindor con algo de balbuceos. —... Mañana.

— No. Vamos a leer algunos cuentos en tu habitación y después estudiaremos juntas. — habló Aliyah, con seriedad.

La castaña soltó un suave suspiro y asintió lentamente.

— ¡Por fin! ¡Lo has logrado! ¡Hermione no estudiará apenas salga a los pasillos! — exclamó Ron, bastante sorprendido, haciendo reír a la ojigris.

— Lo sé, lo sé, soy una genia. — afirmó la Black con orgullo.

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