Capitulo 1

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Finalmente, la guerra terminó.

Los gritos de victoria resonaron como una esperanza; la paz volvería junto con el nuevo reinado del emperador Alberu Crossman y los héroes que pelearon con valentía.

O eso sucedería... en otra línea temporal, donde las lágrimas no serían derramadas. 

—C…cale-nim, no puedes morir. Siempre me decías eso. Así que ahora tienes que hacer lo mismo: resiste, por favor —los sollozos de Choi Han eran desgarradores.

Sus manos ensangrentadas apretaban con fuerza la mano derecha del moribundo.

—Padre tonto, no tenías que hacer eso. Los débiles deben ser débiles, no hacerse los fuertes. Si te mueres, juro que mataré a todos —las súplicas de un pequeño dragón se aferraban a su protector, mientras su maná, impotente, no podía sanar las heridas.

Era una escena desgarradora para cualquiera que la presenciara.

Eruhaben enfrentaba el mismo destino; su maná resultaba inútil.

—Bastardo desafortunado, no debes cargar con todo esto. Así que levántate, ¡es una orden! —sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a su hijo muriendo frente a él. 

Los labios de Ron temblaban; sus puños estaban apretados hasta que sus palmas se llenaron de sangre.

Su típica sonrisa benigna se había transformado en una mueca de dolor y frustración. 

Beacrox no era la excepción. Su rostro estoico ahora mostraba una mueca de dolor mientras su mente se nublaba con recuerdos de Cale... sin embargo ahora estaba entre la vida y la muerte. 

Look se cubrió el rostro con las manos, dejando escapar gritos ahogados; sus piernas cedieron bajo el peso del sufrimiento.

Su ropa estaba empapada en sangre y aunque tenía heridas, ninguna se comparaba con el dolor de sentir que su alma se quebraba. 

Rosalyn, a pesar de las lágrimas que escurrían por sus mejillas, no cejaba en su intento por sanar el cuerpo de Cale.
Las comisuras de sus labios estaban manchadas con un fino hilo de sangre; si seguía así, su maná se agotaría y no podría usarlo durante semanas. 

—Joven maestro Cale, no puedes morirte. Debes presenciar el gran éxito de tus estrategias; el imperio de Roan espera tu llegada. No... ¡los continentes esperan que el gran comandante lleguevictorioso!.

Tasha habló con voz entrecortada mientras intentaba curarlo incluso con mana muerto. 

Mary solo podía aferrarse a Tasha como si eso le diera consuelo. 

—Hynym, debes convertirte en mi primer ministro; así que no tienes permitido morir —Alberu habló con desesperación, esperando que Cale se levantara y negara la muerte como si su vida dependiera de ello. Sin embargo, sus ojos perdían brillo

— Te daré todo el dinero que quieras, pero por favor... ¡no mueras! Te necesitamos. 

Los gemelos observaban desde lejos; sus miradas estaban en shock ante un escenario inimaginable. 

Cale podía oír las súplicas de toda su familia.

Una amarga sonrisa adornó su pálido rostro; sabía que su corazón dejaría de latir y comprendía las consecuencias de haberse apuñalado en el pecho.

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