𝙲𝚒𝚝𝚢 𝚗𝚒𝚐𝚑𝚝𝚖𝚊𝚛𝚎𝚜 -𝙺𝚞𝚛𝚝𝚊𝚡𝚕-

9

La luz morada ilumina la habitación llena de cosas innecesarias. Él se siente tan pequeño en un lugar así.

Su mirada viaja por todo el lugar. Caminó hasta llegar a una puerta de madera. Al abrirla se encuentra con jaulas para pájaros llena de juguetes y, en cambio, las aves vuelan en la habitación.

Está extrañado. Intenta buscar una llave para abrir las jaulas.

Suena una melodía de una caja musical, pero no es la que suele cantar.

Ve la llave colgada en el cuello de un pájaro negro azulado. Las aves vuelan en lo más alto que se les permite. Por más que alcé su mano no podrá tomarla por el constante movimiento del ave y lo lejos que se encuentra está.

Se acerca a las jaulas. Los muñecos están mirando por los pequeños orificios que dejan los barrotes.

Suspira. Sabe que no podrá abrir las jaulas. Deja aquellos muñecos prisioneros de lado. Sigue explorando el lugar; al caminar un poco mira a aquellos "niños" que en la historia de su madre había escuchado.

Sobresaltado, intenta acercarse a aquellas criaturas. Tiene curiosidad de ellos, pero, a la vez, un miedo irracional.

Aquellas extrañas criaturas se alejan al ver como el colorado intenta acercarse. Axl los mira extrañado.

-Hey.- Intenta llamar su atención; sin embargo, ellos solo sueltan un sonido.- Hey.- Mira a uno que se ha quedado quieto cerca de donde se encuentra.

-Nez.- Suelta lo único que, al parecer, saben y pueden decir.

-¿Nez?- Pregunta extrañado, mientras intenta acercarse al "niño", esté no se aleja como los demás.

-Nez, Nez.- Susurra, mientras deja que el chico se acerque.- Tú eres Nez.

Axl se quedó sorprendió porque haya dicho otra frase. Sin embargo, su sorpresa también es por la confesión.

-¿Quién es Nez?

-Tú.- Responde mirándolo a los ojos.- Quien la oscuridad convirtió en su rey y la luz y bondad rechazo.

Frunció el ceño, mientras miraba aquellos ojos morados como la luz de la habitación. Las cosas que él dice le parecían irracionales.

Todo eso era irracional.

Los muñecos de las jaulas miran la escena con sorpresa, con la mirada gacha y con cierta pena. Al parecer, ellos conocen lo que aquella criatura dice.

-Yo no soy...

Fue interrumpido por el coro de muñecos y "niños" que salieron de su escondite solo para gritarle aquellas palabras que no quería escuchar.

-¡Tú eres Nez! ¡Tú eres Nez!

Él negaba con desesperación, miedo y nervios. Sin embargo, ellos no paraban de gritar aquellas palabras que eran una tortura para él.

-¡No, no, no!- Grito de vuelta.

-¡Tu eres Nez! ¡Tu eres Nes!- El coro seguía.- ¡Tu eres Nez! ¡Tu eres...