𝙲𝚒𝚝𝚢 𝚗𝚒𝚐𝚑𝚝𝚖𝚊𝚛𝚎𝚜 -𝙺𝚞𝚛𝚝𝚊𝚡𝚕-

21

Caminan en silencio. Mirando a su alrededor la luz morada y la, más de una, mirada de gato que los observa desde las sombras. Sin embargo, solo están curiosos sin querer hacerles daño.

Escucha unos murmullos en la parte superior de las escaleras. Mira al rubio a su lado para saber sí ha escuchado lo mismo. Esté asiente con suavidad.

Pone aún más atención a las voces, notando ese tono peculiar que no podría confundir jamás. Lo que hace que suba las escaleras con rapidez, Kurt le sigue el paso un poco confundido.

Izzy se detiene cuando ya no hay mas escaleras y solo una puerta frente a él.

Regresa la mirada al rubio un poco nostálgica, creyó tener la oportunidad de volver a tenerlo cerca.

-Tal vez detrás de la puerta.- Intento dar una esperanza.

Ante lo dicho, abrió la puerta. Solo una oscuridad inmensa lo recibió. Ambos caminaron hacia dentro, donde vieron una puerta del otro lado.

Ante la rareza de ese hecho, ambos caminan hasta el otro lado, abren la puerta entre los dos. Un largo pasillo se hace presente.

-¿Más escaleras?- El azabache frunce el ceño.- ¿Qué tan alto es este edificio?

-No lo sé.- Empieza a caminar.- Hay que subir, tal vez haya algo arriba para ayudarnos a cabar con esto.

Suben las escaleras con tranquilidad.

Escucha un murmullos a lo lejos. La misma voz, junto a otra completamente desconocida.

Puede ser algo producto de su imaginación, pero quiere que no se trate de eso, quiere comprobar que lo que oye es real. Por lo que, vuelve a subir con rapidez las escaleras. No le importa dejar atrás al rubio.

Pará cuando casi choca con un rubio mucho más pequeño.

-¡Izzy!- Escucha el grito de su novio y del rubio —que también ha subido las escaleras con rapidez—.

Sin embargo, solo puede concentrarse en la cara de su novio. Se lanza a abrazarlo. Sentir su calor parece un sueño.

-Duff.- Susurra con nerviosismo. Aferrándose al chico, siente lágrimas resbalar por su mejilla. El teñido también solloza.

-Cariño.- Ambos están perdidos en el otro.

Ambos rubios no dicen nada, deciden dejar que disfruten su encuentro.