𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 3

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La mañana siguiente, la familia Targaryen se despertó con el sol brillando a través de las ventanas de su nueva villa en Florencia. El canto de los pájaros y el suave murmullo de la ciudad se mezclaban, creando una atmósfera de paz y frescura que hacía que la mudanza a Italia pareciera una de las mejores decisiones que habían tomado. Después de un desayuno rápido, Daemon y Rhaenyra se miraron y asintieron, sabiendo que había llegado el momento de hacer la gran compra para abastecer su nuevo hogar.

Los niños, emocionados ante la perspectiva de explorar un supermercado en una ciudad extranjera, se prepararon rápidamente. La energía vibrante de la familia era palpable mientras se reunían en la puerta principal, listos para la aventura del día.

"Bien — dijo Rhaenyra con una sonrisa, tomando el liderazgo mientras sostenía una lista de compras en la mano — Hoy vamos a hacer una gran compra para llenar la despensa. Quiero que cada uno de ustedes sea responsable de algo, así todos trabajamos juntos."

Daemon, siempre protector, añadió con una sonrisa juguetona, aunque con un tono de advertencia. "Recuerden mantenerse cerca y no se pierdan. Este supermercado es grande y no queremos perder a nadie."

Jacaerys, el mayor de los niños, rodó los ojos con una mezcla de impaciencia y humor. "Entendido, papá. ¿Puedo ser el encargado de las frutas y verduras?"

Lucerys se unió rápidamente a la conversación, mostrando su entusiasmo por la tarea.

"Yo te acompaño — dijo Lucerys, con una sonrisa de oreja a oreja."

Baela y Rhaena, siempre unidas como hermanas inseparables, se miraron y asintieron antes de que Baela hablara.

"Rhaena y yo podemos encargarnos de los cereales y snacks — dijo con determinación."

Joffrey, el más pequeño y siempre con un dulce en mente, miró a su madre con ojos suplicantes. "¿Qué hay de los dulces, mamá?"

Rhaenyra rio suavemente y asintió, dándole una pequeña palmadita en la cabeza. "Está bien, Joffrey, pero no te excedas, solo un par de cosas."

Con todos asignados a sus tareas, la familia se dirigió hacia el coche, y en pocos minutos llegaron al supermercado. Al entrar, las luces brillantes y los estantes abarrotados de productos creaban una atmósfera emocionante, aunque un poco abrumadora para los más pequeños.

"Daemon, ¿podrías encargarte de Aegon, Viserys y Visenya? — pidió Rhaenyra mientras empujaba el carrito de compras — Necesito concentrarme en la lista."

Daemon asintió, tomando a los pequeños de la mano. "Por supuesto. Aegon, Viserys, Visenya, quédense cerca de papá."

"¡Sí, papi! ¿Podemos buscar los juguetes? — preguntó Aegon, con sus ojos brillando de anticipación."

Realeza Moderna: La Familia TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora