𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 11

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Los pequeños Aegon, Viserys y Visenya estaban en la gran casa de sus abuelos, Corlys y Rhaenys, ubicada en Irlanda del Norte, Reino Unido, el imponente Castillo de Marcaderiva. A pesar de que normalmente disfrutaban de la compañía de sus abuelos y las historias épicas que Corlys les contaba sobre sus viajes por los mares, esa tarde se sentían un poco más apagados. El eco de las risas que solían llenar las habitaciones parecía haberse desvanecido. Los tres niños estaban sentados en una de las terrazas del castillo, mirando hacia el horizonte, donde podían ver el mar brillar bajo la luz del sol.

"¿Por qué no podemos estar con mamá y papá? — preguntó Aegon, quien jugaba distraídamente con una rama que había encontrado en los jardines. Su voz denotaba un leve toque de frustración — Quiero estar con ellos en el campamento."

Viserys, que siempre seguía los pasos de su hermano mayor, suspiró mientras jugaba con una piedrecita del suelo. "Dijeron que el campamento estaba muy lejos y que no era seguro para nosotros — dijo, aunque claramente no entendía muy bien el porqué de esa decisión."

Visenya, sentada a su lado, observaba con sus grandes ojos curiosos. A pesar de ser la más pequeña, siempre había demostrado tener una mente ágil. "¿Y si pedimos a los abuelos que nos lleven? — preguntó con esperanza."

Las niñeras de los niños, que estaban cerca, intercambiaron miradas. Sabían que los padres de los pequeños habían partido hacia un lugar más adecuado para adultos, pero las razones no eran suficientes para aliviar la tristeza de los pequeños. Corlys y Rhaenys estaban en una reunión importante ese día, por lo que los niños tenían que conformarse con su compañía y la de las niñeras.

Fue en ese momento en que apareció Leonor Velaryon, tío de los pequeños, y el padrino de Joffrey. Al entrar en la sala y ver a sus sobrinos tan decaídos, se detuvo un momento para evaluar la situación.

"¿Qué pasa aquí? — preguntó Leonor con una gran sonrisa, inclinándose hacia ellos — ¿Por qué esas caras largas?"

Los tres niños lo miraron, y Aegon fue el primero en hablar. "Queremos ir con mamá y papá al campamento, pero nos dejaron aquí porque dijeron que éramos demasiado pequeños — dijo con una mezcla de tristeza y reproche."

Leonor frunció el ceño, simulando una expresión de sorpresa exagerada. "¿Demasiado pequeños? — preguntó, cruzándose de brazos — ¿Quién dice que ustedes son demasiado pequeños para una aventura?"

Viserys levantó la mirada con un rayo de esperanza. "Mamá dijo que era peligroso y que nos aburriríamos — explicó — Pero no nos aburrimos cuando estamos con ellos. Queremos estar allí."

Leonor sonrió para sus adentros. Sabía que Rhaenyra y Daemon habían tomado la decisión correcta al no llevar a los niños a un lugar que, probablemente, no era seguro para ellos. Pero también conocía el deseo de los niños de estar cerca de sus padres, especialmente en momentos divertidos como un campamento. Pensó un momento y, de repente, tuvo una idea que lo emocionó.

Realeza Moderna: La Familia TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora