𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 1

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La luz del sol de la tarde se filtraba a través de los árboles mientras el coche avanzaba por el camino de entrada a una majestuosa villa en las afueras de Florencia. Las sombras largas y cálidas del atardecer cubrían los extensos terrenos, proyectando un resplandor dorado que parecía iluminar cada rincón de este nuevo hogar. Los hijos de Daemon y Rhaenyra Targaryen miraban por las ventanas del coche con asombro, sus ojos recorriendo los jardines meticulosamente cuidados y la arquitectura renacentista que definía su nuevo hogar. La villa, con su grandeza y esplendor, parecía un reflejo del poder y la historia de la familia Targaryen, un lugar donde podrían comenzar un nuevo capítulo en sus vidas.

Daemon, que siempre había tenido un espíritu aventurero y un deseo de encontrar un lugar donde pudiera proteger a su familia, no pudo evitar sonreír mientras se estacionaba. Con un gesto confiado, giró hacia su familia, su voz resonando con un tono cálido y decidido. "Bueno, aquí estamos — dijo mientras apagaba el motor y bajaba del coche — Nuestro nuevo hogar."

Rhaenyra, que había estado observando el paisaje en silencio, salió del coche y se detuvo para admirar la villa. "Amor, esto es hermoso — respondió con un suspiro de alivio. Había algo en Florencia, en su atmósfera tranquila y en su cultura rica, que la hacía sentir más en paz que en Londres — Florencia tiene una energía tan diferente de la corte Real."

Daemon asintió, sus ojos recorriendo el horizonte. "Sí, aquí podremos encontrar la paz que necesitamos — dijo, sonriendo mientras tomaba la mano de Rhaenyra — Ven, vamos a entrar."

Los niños bajaron del coche, maravillados por la belleza de su nuevo entorno. La villa se alzaba ante ellos como un palacio de cuentos de hadas, rodeada de jardines que parecían extenderse hasta el horizonte. Jacaerys, el mayor de los hijos, fue el primero en hablar. "Esto es increíble — exclamó mientras giraba sobre sí mismo para tomar en cada detalle — ¡Miren esas vistas!"

Lucerys, el hermano de media edad, asintió con una sonrisa. "Sí, parece sacado de un sueño — respondió, su voz llena de esperanza — Espero que aquí podamos empezar de nuevo."

Baela, siempre la más inquieta, no pudo contener su entusiasmo. "Vamos a explorar, Rhaena. Este jardín parece un laberinto — dijo, ya corriendo hacia el extenso terreno."

Rhaena, más tranquila, pero igualmente curiosa, la siguió con una sonrisa. "Sí — asintió, sus ojos brillando con emoción — Seguro que hay muchos rincones interesantes."

Mientras los niños mayores exploraban con entusiasmo, los más pequeños, Aegon, Viserys y Visenya, se aferraban a las manos de sus padres, sus miradas llenas de curiosidad y asombro. Cada paso que daban dentro de la villa los acercaba más a una nueva vida, una vida que, esperaban, estaría llena de paz y felicidad.

Realeza Moderna: La Familia TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora