Los esposos Daemon y Rhaenyra Targaryen desean tomar la decisión de comenzar una nueva vida lejos de los conflictivos de la corte y los Higtower por ello se mudan a Italia, a la ciudad de Florencia junto con sus hijos, comenzando un camino lleno de...
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La noche estaba en su apogeo, y el cielo estrellado brillaba sobre el claro donde la familia Targaryen había levantado su campamento. El calor de la fogata crepitaba, iluminando los rostros expectantes de todos los presentes. Las brasas chisporroteaban, lanzando chispas al aire, mientras las llamas proyectaban sombras que danzaban sobre las tiendas de campaña y los árboles circundantes. Era el ambiente perfecto para una última ronda de historias terroríficas, la que todos esperaban: la de los adultos.
Daemon, que había sido hasta ahora un espectador más, se levantó con una sonrisa segura en los labios. Se acomodó en el centro del círculo, atrayendo todas las miradas, y dejó que el silencio cayera sobre el grupo antes de hablar.
"Bueno, parece que es el momento de los adultos — dijo con un tono que sugería tanto misterio como desafío — Creo que es justo que yo empiece. Lo que estoy por contarles, elevará el nivel de terror."
Aegon, siempre dispuesto a bromear, no dejó pasar la oportunidad.
"¡Vamos, Daemon! — dijo con una sonrisa burlona mientras se acomodaba en su silla — Estoy seguro de que será interesante, aunque no prometo que sea tan aterrador como las historias que ya hemos escuchado."
Daemon lo miró con una expresión entre divertida y desafiante, y sin más preámbulo, comenzó.
"Esta es la historia de la Casa del Olvido — dijo, bajando su voz en un tono grave que inmediatamente capturó la atención de todos — En un rincón olvidado del mundo, en un lugar donde nadie se atreve a ir, existe una casa construida con piedras de un gris tan desolador que parece absorber toda la luz a su alrededor. Cuentan las leyendas que cualquier persona que entre en esa casa comienza a olvidar, primero los detalles pequeños, como qué desayunó o el nombre de una calle cercana, pero luego... —Daemon hizo una pausa, alzando la vista para ver la reacción de su audiencia, que ya estaba completamente inmersa en su historia— ...eventualmente olvidan su vida, sus seres queridos y, finalmente, su propia identidad."
Un leve murmullo recorrió el círculo, pero nadie interrumpió.
Helaena, siempre intrigada por las historias más sombrías, no pudo contenerse.
"¿Olvidaban todo? — preguntó con los ojos muy abiertos."
Daemon asintió lentamente.
"Todo. Cada habitación de esa casa estaba llena de objetos que una vez pertenecieron a los antiguos residentes, pero nunca se podía saber a quién correspondían. Aquellos que pasaban más tiempo en la casa, inevitablemente quedaban atrapados en sus propios vacíos. Ya no sabían quiénes eran, y deambulaban sin propósito, atrapados para siempre en las sombras de sus vidas olvidadas."
Lucerys, quien había estado completamente absorto en la historia, se estremeció visiblemente.
"¡Eso sí que es aterrador! — dijo — No puedo imaginar perder todos mis recuerdos."
