𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 10

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El día de la acampada había llegado, y la familia Targaryen se dirigía al lugar de su escapada de fin de semana. La camioneta estaba llena hasta el borde con equipo de camping, comida y una gran cantidad de entusiasmo. Aegon, Aemond, Helaena y Daeron estaban en el asiento trasero con los hijos de Rhaenyra y Daemon, mientras que Rhaenyra y Daemon estaban al volante y en el asiento del copiloto, respectivamente.

Aegon, siempre con su entusiasmo contagioso, miraba con admiración los vastos campos verdes que pasaban a su lado. Para él, cualquier oportunidad de explorar el mundo natural era un regalo. Aunque podía ser travieso y a veces un poco imprudente, su amor por la naturaleza lo hacía apreciar en estos momentos de libertad.

"¡Mirad esos campos! ¡Esto va a ser increíble! — exclamó mientras su cara se iluminaba al observar el paisaje — Oye, ¿qué les parece si hacemos una competencia de quién puede encontrar más animales salvajes?"

Daemon, que conducía con la paciencia de un santo, sonrió irónicamente al oír la propuesta de Aegon. Sabía que su sobrino tenía una tendencia a llevar las cosas al extremo, y aunque apreciaba su entusiasmo, también sabía que aún tenían un largo camino por recorrer.

"Solo si no nos distraes demasiado — mirando por el retrovisor — todavía tenemos un largo camino por delante, Aegon."

Aemond, que rara vez se unía a las bromas de Aegon, dejó escapar una sonrisa mientras imaginaba las travesuras de su hermano.

"Esa idea no está mal, pero asegúrate de que no acabe con una serpiente en el coche."

El comentario provocó risas entre los demás. Aegon era conocido por su capacidad de encontrar criaturas curiosas en cualquier rincón. Helaena, sentada tranquilamente, se unió a la conversación con una sonrisa.

¡O un ciervo corriendo por la carretera! — dijo en tono de burla, sabiendo bien que Aegon sería capaz de atraer a cualquier criatura o tragedia en su dirección.

Jacaerys y Lucerys, que estaban sentados cerca de Aegon, se sumaron al jolgorio. Jacaerys, el mayor de los dos, bromeó sobre las ocurrencias de su tío mayor.

"Estoy seguro de que Aegon encontrará algo interesante — riendo — Es una máquina de curiosidades."

Lucerys, con su habitual picardía, añadió. "Sí, pero ¿Aegon puede, por favor, dejar de tocar el claxon? Cada vez que lo hace, Daemon parece a punto de volverse loco."

Daemon, conocido por su temperamento firme, sonrió ante el comentario de Lucerys. Aunque estaba acostumbrado a las travesuras de Aegon, apreciaba un viaje tranquilo.

Aegon, por favor, si puedes evitar tocar el claxon cada vez que veas una vaca, te lo agradecería — con un tono paciente pero firme — Nos estamos desviando del camino."

Realeza Moderna: La Familia TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora