Los esposos Daemon y Rhaenyra Targaryen desean tomar la decisión de comenzar una nueva vida lejos de los conflictivos de la corte y los Higtower por ello se mudan a Italia, a la ciudad de Florencia junto con sus hijos, comenzando un camino lleno de...
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Con el ambiente de la fogata un poco más relajado, todos estaban listos para escuchar la siguiente historia. La noche era fresca, pero la calidez de la fogata y el suave murmullo de los árboles creaban un entorno acogedor y tranquilo. Las chispas del fuego se elevaban en el aire, iluminando brevemente los rostros expectantes de la familia. Los más pequeños ya estaban acurrucados en mantas, completamente absortos en las historias que se habían contado hasta ahora, y aunque la competencia de historias había comenzado de manera casual, ahora todos estaban envueltos en una atmósfera de camaradería. El turno de Helaena había llegado, y la expectativa estaba en el aire.
Daemon, siempre el animador de la noche, no perdió la oportunidad de motivarla. "Muy bien, Helaena, eres la siguiente. Todos estamos ansiosos por escuchar lo que tienes preparado para nosotros — dijo, esbozando una sonrisa y lanzándole una mirada cómplice. "
Helaena, con su naturaleza suave y soñadora, sonrió tímidamente antes de empezar. "Esta es una historia que no es exactamente aterradora — dijo, con una nota de dulzura en su voz — pero sí tiene algo encantador — Su sonrisa reflejaba serenidad mientras comenzaba a relatar — Se trata de una casa en un pequeño pueblo, donde vivía una anciana amable que siempre ayudaba a sus vecinos con sus problemas. Era una mujer que, de alguna manera, siempre sabía cuándo alguien necesitaba de ella."
Visenya, acurrucada en su manta, levantó la cabeza con curiosidad. "¡Eso suena bonito! — exclamó."
Helaena asintió suavemente. "Sí, lo era. Lo más sorprendente es que esta anciana vivía en una casa con un jardín mágico. Un jardín que florecía con flores de colores brillantes, sin importar la estación del año. No importaba si era invierno o verano, el jardín siempre estaba en plena floración."
Lucerys, que estaba completamente absorto en la historia, intervino. "¡Qué increíble! Me gusta cómo el jardín siempre está ahí para ayudar a la gente — dijo, con un brillo en los ojos."
Aegon, que siempre tenía un toque de sarcasmo en su tono, se inclinó un poco hacia adelante. "Muy conmovedora, Helaena. Aunque esperaba algo un poco más espeluznante — comentó, levantando una ceja — ¿Dónde está el terror en esto?"
Helaena, lejos de ofenderse, simplemente sonrió con amabilidad. "A veces, las historias amables también tienen su propio tipo de magia — respondió suavemente, sus palabras flotando en el aire como una brisa ligera. El ambiente alrededor de la fogata seguía siendo acogedor, aunque Aegon siempre tenía un comentario sarcástico que lanzar."
Joffrey, quien había estado escuchando en silencio hasta ese momento, de repente levantó la mano con entusiasmo. "¡Ahora yo! Tengo una historia que me contaron una vez — dijo, sus ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y emoción."
Rhaenyra, siempre la madre amorosa, lo animó. "Adelante, Joffrey. Todos estamos listos para escucharla — dijo con una sonrisa alentadora."
Joffrey tomó una respiración profunda antes de comenzar. "Esta es la historia de la Linterna Perdida. Se dice que en una antigua cabaña en el bosque, había una linterna que siempre estaba encendida durante la noche. Pero no era una linterna común, era mágica. Podía guiar a los viajeros perdidos de regreso a casa. Sin embargo, una noche la linterna se apagó y nunca volvió a encenderse."
